Hockey en Soria, ejercicio de supervivencia

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El Laguna Negra Hockey Club inicia una nueva temporada con un equipo senior que no ha podido ascender y sin poder formar un equipo femenino

Ejercicio de supervivencia - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Esta temporada el Laguna Negra Hockey Club tenía lo oportunidad de ascender de categoría y militar en la Liga de Bronce. Un gran salto de calidad a nivel competitivo que no tenían más remedio que descartar. Ni por infraestructura, ni por medios, ni por capacidad económica podían siquiera plantearse el cambio, «era un poco una locura porque aunque había muchas cosas que podían realizarse, todo estaba en el aire y era arriesgar demasiado», reconoce Julián Petinal, entrenador y jugador del equipo senior.

Es la guerra de siempre que en esta ocasión se trasladaba a una categoría mejor, la de conseguir jugadores, la de poder tener las horas adecuadas de entrenamiento y la de contar con un compromiso suficiente de la plantilla para realizar largos viajes, «si por ejemplo, tenemos que ir a Galicia son muchos los que por motivos laborales desecharían jugar esos partidos al ser demasiada horas de viaje». Motivos por los que resultaría una quimera competir en una división mayor.

Ahora el club afronta una nueva temporada con 61 integrantes desde la escuela hasta el equipo absoluto, con la reanudación de esa cantera tras un año obligados a parar por la situación sanitaria y con la imposibilidad de reunir más de cinco jugadoras descartando la formación de su equipo femenino. El hockey sobrevive en Soria pero lo hace tras superar muchas dificultades.

El verano. Aunque el final de una temporada debería ser tiempo de descanso para cualquier club deportivo, en el Laguna Negra es solo el comienzo del trabajo, «lo que hacemos en esta época es un primer sondeo para saber con qué jugadores podemos contar para la próxima temporada», asegura Julián Petinal, «es momento de contabilizar a los chavales que se van fuera por estudios y a su vez saber con quiénes de los más pequeños podemos seguir trabajando», porque no todos deciden continuar.

En edades tempranas se corre el peligro de que cambien de deporte, «al final hay muchas disciplinas y si unos amigos juegan a otra cosa, en algunas ocasiones deciden probar». En definitiva, «llega un momento en el que tienen que elegir y eso provoca que perdamos niños de forma habitual». A esta situación no ha ayudado el parón de la escuela, «al no ser un deporte al aire libre hemos estado un año sin la formación y ahí hemos perdido gente», lamenta.

Cuando ya tienen formada la lista de jugadores es el momento de hacer encaje de bolillos con los horarios, «la escuela está por un lado, luego los equipos benjamín, alevín e infantil, y después el juvenil, el junior y el absoluto». La falta de horas obliga a concentrar todo en tres grupos, «y muchas veces el horario para la escuela es complicado porque a las cuatro de la tarde muchos acaban de salir del colegio».

Con esta situación han conseguido contar con 21 integrantes en la escuela y otros 20 en categorías inferiores, un número con el que trabajan ahora para formar en este deporte, hacer que se queden y que con el tiempo puedan formar parte de un conjunto absoluto que a pesar de no haber empezado bien la temporada, ha dado un cambio en la calidad de los entrenamientos que debe surtir efecto en pocos meses y lograr resultados.

Dinámica. La visibilidad de este deporte en Soria la da su equipo absoluto. Entablado en la Liga Norte, la cuarta categoría del hockey patines a nivel nacional, han iniciado este año con tres derrotas, «no ha sido el comienzo esperado pero el trabajo va por buen camino y esperamos enderezar el rumbo en cuanto a resultados lo antes posible», afirma con convicción Julian Petinal, «hemos tenido algo de mala suerte».

Para ser más competitivos la pasada temporada se cambiaba su seña de identidad. Su defensa zonal pasaba a ser al hombre, «es mucho más exigente físicamente pero teníamos que dar un paso si queríamos ser mejores». Una demanda que los jugadores ven con buenos ojos, otro aspecto esencial para que sus hombres más importantes no decidan cambiar de aires, «nos aporta mucho y hace que los jugadores de calidad puedan disfrutar del contraataque». A través de este método se ve una evolución en el juego que busca cambiar las cosas, «esto ha sorprendido a nuestros rivales porque llevábamos mucho tiempo jugando de otra forma». Una baza muy importante con la que esperan estar en la parte alta de la clasificación. Si para entonces las cosas mejoran, puede que con el tiempo el  Laguna Negra Hockey Club pueda plantearse estar en esa Liga Bronce. Ellos seguirán peleando tanto dentro como fuera de la cancha.

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