Hoy escribo desde Valladolid. Seguiré haciéndolo durante bastante tiempo. Soy una de tantas sorianas a las que aluden los candidatos a la Presidencia de la Junta de Castilla y León para hacer campaña. Sí, yo también he tenido que emigrar, aunque en mi caso no he salido del territorio castellano leonés. Me quedo a vivir en la capital. Más que aludir, los aspirantes al Gobierno autonómico aprovechan el filón de los emigrantes. Sacarán tajada de nuestras circunstancias (unas mejores y otras peores) hasta el día 13 y a partir del 14, si te he visto, no me acuerdo. No voy a descubrir nada nuevo sobre los efectos de la despoblación y las inexistentes políticas contra este problema que desde hace décadas están dejando vacías las calles de nuestras ciudades y nuestros pueblos. Tampoco voy a descubrir ningún problema derivado de la España Vaciada: está todo dicho. Todo dicho y nada resuelto. La cuestión no pasa solo por repoblar estos territorios con grandes infraestructuras y grandes proyectos. La cuestión pasa también por dignificar las vidas de los que han tenido la oportunidad de quedarse a vivir en cualquiera de las poblaciones más afectadas por la emigración de sus gentes. Dignificarlas, hacerlas fácil y ofrecerles los mismos servicios que tiene cualquier ciudadano de este país. Se me ocurren mil ejemplos, pero ahora que me ha tocado viajar un poco más de lo que lo hacía, quiero recordar a los candidatos que los sorianos apenas podemos desplazarnos en transporte público. En tren, prácticamente nada, porque solo tenemos una línea que nos lleva a Madrid. En autobús, casi nada, porque la oferta es tan de mínimos que resulta insultante. Ya era muy justa antes de la pandemia, pero con el confinamiento se redujo y así seguimos con un viaje al día a Valladolid o uno a la semana a Salamanca o ninguno a Segovia. Me parece indecente que la Junta anuncie en noviembre que va a reformar y ampliar la estación de autobuses de Soria y no diga ni mu de la ridícula oferta de servicios que tenemos. Anunció una inversión de 4,3 millones de euros. ¿Para qué? ¡Si no hay viajes! Bienvenidas sean todas las inversiones, pero lo que cualquier soriano o foráneo residente en Soria esperábamos es que comprometieran de manera inminente una oferta de servicios de transporte público serio y digno. Acorde a las necesidades de los usuarios. ¿Nos van a tener sin autobuses mientras se ejecutan esas obras? Si es que se ejecutan, porque ni siquiera se ha tramitado la licitación. Supongo que se escudarán en las condiciones de las adjudicaciones, pero a los ciudadanos ya no nos sirven las excusas. Señores candidatos, volvemos a hacerles la invitación de siempre: viajen a Soria en tren o en autobús para hacer campaña que es lo mismo que hacerlo en burra. A ver si hay suerte y alguna vez puedo viajar en autobús de Soria a mi nuevo domicilio pucelano.