Con apenas 15 añitos, Martin Odegaard debutó en la Primera División noruega vistiendo los colores del Stromgodset, pero esto fue el 13 de abril de 2014 y es una historia de cenicientas y príncipes mil veces contada. Seis años después, el muchacho sigue siendo un muchacho pero menos, ya ha abanderado proyectos y demostrado que tiene zurda para dar y regalar; lo hizo durante un curso en San Sebastián, misma plaza en la que ayer ‘re-debutaba’ oficialmente con el Real Madrid, antes niño, ahora hombre hecho y derecho.  
Para sustituir a Odegaard (21 años), la Real Sociedad ha fichado a David Silva (34). La edad es solo un número si la calidad sigue intacta: el día que ‘el chino’ marcó su primer gol en la élite (en la 04/05, jugando en Segunda con el Eibar), el noruego todavía andaba definiendo si era zurdo. El canario ha sido más veces Odegaard que el propio Odegaard y sabe de qué va el juego, porque fue el mejor allá donde jugó… excepto en aquel dream team de medios que fue España entre 2008 y 2012, donde alguien como ‘el mago de Arguineguín’ no era titular indiscutible. 
Es decir, David Silva ha sido toda su vida cabeza de ratón (relativa, claro, pues ni el Valencia ni el Manchester City son precisamente pequeños) y en España era cola de león. Es el debate de compleja resolución que ahora recorre la cabeza de Odegaard, el amo del campo en el Vitesse hace dos campañas (39 partidos, 11 goles y 12 asistencias) y la piedra angular en la ofensiva de la Real en la pasada (28 partidos, siete goles y ocho asistencias). Ahora, esa zurda privilegiada y esa clarividencia para leer ataques han llegado a Chamartín, donde tres medios como Casemiro, Kroos y Modric son tres leones que llevan dando clases magistrales mucho tiempo.