Carmen Hernández

Carmen Hernández

Periodista


Campos de ababoles

06/06/2021

Entre Soria y París, hay unos inmensos campos de ababoles que crecen aquí en las sementeras abandonadas y crecían, también, en 1914, en las inmensas llanuras de Francia asoladas por la Gran Guerra. Machado y Leonor hicieron ese camino de ida y vuelta y Santos Bocigas lo recoge en una novela que tiene mucho de Historia, la de los españoles que, por vocación o necesidad, salieron de los estrechos límites de la España borbónica, caciquil y meapilas para vivir ?y morir si era necesario? luchando por el progreso y la libertad. Tiene este libro  personajes sorianos, reales como nuestra Leonor Izquierdo o inventados como el carpintero Saturio Aguilera; unos y otros, en París, se liberan de la carcundia que traían de casa, del ultracatolicismo rancio, del miedo al qué dirán... Y despuntan; sí, despuntan sin temor a que les corten el cuello que es, exactamente, lo que les hubiera ocurrido en Soria tanto en sentido figurado como literal. Conviene que recordemos que ha habido y hay muchos sorianos por el mundo, más que aquí, y que, a lo mejor, no son amantes de los «torrenillos»,odian el frío y no vienen a las Fiestas de San Juan; han cruzado esos campos de ababoles y conocen la otra orilla. Habría que escucharles.
    Viene a cuento esta obra ahora que recordamos, también, a los 22 sorianos deportados a los campos de concentración nazis; 22 nuevos adoquines con los que tropezar en la plaza del Vergel desde el 8 de junio, cada uno con un nombre y dos apellidos tan familiares como Borjabad, Cabrerizo o Tello; gente de aquí, víctima de la barbarie igual que los 600 asesinados por la represión franquista y enterrados en cunetas de nuestra provincia. Nunca podremos agradecer bastante a la Asociación Recuerdo y Dignidad que rescate identidades y desentierre muertos para poder hacer eso justamente: recordarles y darles una sepultura digna. Ellos y escritores como Santos Bocigas nos ayudan a completar esa parte de nuestra identidad perdida.