La CHD sólo garantiza el agua para esta campaña

N.Z.
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La campaña actual queda garantizada pero, alertan desde el organismo, «sin embargo, la que no se encuentra garantizada es la campaña de riego del próximo año"

El pantano de la Cuerda del Pozo. - Foto: Valentín Guisande

Calor sofocante y prolongado, termómetros rondando los 40 grados en Soria, sequía extrema, oleada de incendios forestales... el verano está al rojo vivo y ha dado un baño de realidad. El cambio climático ya no es cosa del futuro y este verano de extremos lo ha dejado en evidencia. No obstante, ya el invierno dio algunas pistas... fue el segundo más seco desde 1961 y la Agencia Estatal de Meteorología, en su balance climático, avisó de la calidez de la estación, la cuarta con la temperatura media más alta.

La situación preocupa y, si no llueve, las restricciones podrían llegar. Actualmente la reserva hídrica del país se encuentra en un nivel alarmantemente bajo y los embalses no llegan ni al 40% de su capacidad, lo que no se había visto en esta época del año desde 1995. En Soria, el embalse de la Cuerda del Pozo, que abastece de agua potable a Soria y parcialmente a Valladolid y sirve para regar 26.000 hectáreas hasta su confluencia con el Pisuerga, contiene esta semana 107,612 hectómetros cúbicos de agua, el 43,26% de su capacidad total, que asciende a 248,776 hectómetros cúbicos. En la última semana ha perdido siete hectómetros cúbicos. El año pasado por estas mismas fechas este embalse de la cuenca hidrográfica del Duero recogía 161,852 hectómetros cúbicos de agua, es decir, estaba 22 puntos por encima de estos momentos (al 65,06% de su capacidad). Todo tiene su explicación: sigue saliendo agua para atender las necesidades de la población (la media diaria es de 10 metros cúbicos por segundo) pero no entra. El balance hídrico de la semana ha sido de -7,070 hectómetros cúbicos y las precipitaciones registradas durante la pasada semana en la zona del embalse apenas fueron de 0,80 litros por metro cuadrado.

OTROS AÑOS, PEOR. La situación actual del pantano (107,6 hectómetros cúbicos) «se sitúa lejos de los valores medios almacenados en los diez últimos años (163 hectómetros cúbicos) o el pasado año (165,6)», alertan desde la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en declaraciones a El Día de Soria. No obstante, añaden, «el valor de reservas actual supone un volumen diferente al de los últimos años de gran sequía». «En concreto, es superior a los valores de 2017 (92 hectómetros cúbicos) y de 2012 (101,5 hectómetros cúbicos), y muy superior a los valores que presentaba el embalse el 10 de agosto del 2005 (74,1) y del 2006 (78,1 hectómetros cúbicos)», especifican.

Llama la atención que, en el lado contrario, los dos años en los que el embalse se encontraba con mayor volumen en estas mismas fechas «fueron los que precedieron a esos años de sequía». Fue en agosto del 2013 y del 2018, cuando el embalse  soriano almacenaba casi 200 hectómetros cúbicos. Teniendo este recuerdo en la memoria, desde CHD desean que se vuelva a «confirmar esta tendencia» y que las reservas hídricas se puedan recuperar.

En esta situación, «en el sistema Alto Duero se encuentra garantizado tanto el cumplimiento de la dotación asignada por hectárea en la presente campaña como la extensión de la misma hasta el 30 de septiembre», aseguran desde el organismo de cuenca. Todo ello, matizan, «teniendo en cuenta que también queda garantizado el hecho de que el volumen almacenado a 30 de septiembre será superior al establecido como mínimo en la última Comisión de Desembalse (65 hectómetros cúbicos)». Se superarán previsiblemente los mínimos pero, eso sí, asumen ya desde la CHD, «quedará bastante ajustado».

La campaña actual, por tanto, queda garantizada en las 13.000 hectáreas regadas de la provincia pero, alertan ya desde el organismo, «sin embargo, dado que el volumen final de embalse al término del año hidrológico (30 de septiembre) quedará muy lejos de los valores medios de los últimos diez años (131 hectómetros cúbicos), la que no se encuentra garantizada es la campaña de riego del próximo año». Esta, matizan, «dependerá de la climatología de la primera mitad del próximo año hidrológico 2022-2023».

Dada esta situación, «y a pesar de la sequía generalizada, no se prevé ninguna restricción sobre el abastecimiento en este sistema de explotación, al menos a corto y medio plazo», sentencian desde la CHD.

REGANTES: "PREOCUPACIÓN". Desde las comunidades de regantes de la provincia viven la situación con «incertidumbre y preocupación». Aunque el riego está garantizado hasta septiembre y ellos mismos han adoptado además medidas para no gastar ni siquiera la dotación concedida, les preocupa la producción, ya que se verá afectada «posiblemente» por la sequía tanto en cantidad como en calidad; pero, sobre todo, les preocupa «la situación venidera», reconoce el presidente de la Comunidad de Regantes de Almazán, Sergio Muñoz.

En similares términos se posicionan desde el Canal de Ínes. Su presidente, Teófilo Andrés, agradece que este año hayan podido ser «normal» en cuanto al riego pero se muestra inquieto por el futuro, máxime cuando allí está en curso un ambicioso proceso de modernización que, con la fusión con el Canal de Eza, supondrá alcanzar una superficie regable de 1.450 hectáreas.

LOS REGANTES SE ADAPTAN. El «verano adverso» de temperaturas anómalas ha obligado «a regar más» de lo que preveían en la Comunidad de Regantes de Almazán pero, aún así, «no se ha sobrepasado la dotación que se nos dio», repara el presidente, Sergio Muñoz. Y eso, que «este año se bajó la dotación». Responsables con la situación de sequía pero siendo conscientes también de que «la evaporación de la hoja era tan grande con los calores que a la planta no le daba tiempo a absorber por la raíz y era necesario refrescar», los regantes se han adaptado y han hecho «riegos no tan fuertes, pero más constantes». La campaña podrá terminar con normalidad, pero es posible que la producción se vea afectada. «En Salamanca están con los arranques de patata y ya se oyen malas producciones, y de mala calidad», apunta Muñoz, aventurando que podría pasar también aquí.

De momento, en la Comunidad mantienen el cultivo mayoritario de regadíos como la patata, la remolacha, el maíz, la cebolla, la zanahoria y verduras como las espinacas y el grelo, sumado al cereal con riego de apoyo. No obstante, algunos agricultores de la zona, como Jesús Muñoz, se «adelantaron» ya a los problemas y, cuando se hicieron las siembras, apostaron por «cultivos que precisan menos consumos» de agua como el girasol, el trigo y la cebaba y la remolacha, rebajando hectáreas de maíz, colza, algunas verduras... Fue propiciado por la sequía pero, matiza también, por los altos costes de producción (ya que el girasol precisa menos gastos).

La sequía se suma a otro problema, los costes de producción. «El tema de la energía es serio porque se ha disparado el precio y nosotros dependemos de la electricidad. Este año hemos podido amortiguar el golpe porque teníamos parte de la energía ya comprada a buen precio, pero estamos empezando a buscar alternativas», anuncian desde la Comunidad de Regantes de Almazán, que miran a «la solar».

PREOCUPAN LOS PROYECTOS DE MODERNIZACIÓN. Desde el Canal de Ínes admiten que este año ha sido una campaña «normal» porque no han sido necesarias restricciones, pero asumen que preocupa el futuro porque se está en pleno proceso de modernización y, de hecho, en septiembre está previsto que se firme con SEIASA el acuerdo que permitirá alcanzar una superficie regable (sumando el canal de Eza) de 1.450 hectáreas.

El presidente del Canal de Ines, Teófilo Andrés, asume que las zonas regables tienen que modernizarse para rebajar los consumos pero, no obstante, cree que es necesario también replantearse la situación a mayores y desde las grandes instancias, ya que el problema ha venido para quedarse. En este sentido, propone «hacer más embalses» y plantea recuperar proyectos que ya están en los cajones. 

EL PUENTE ROMANO, AL DESCUBIERTO. El embalse de La Cuerda del Pozo se encuentra situado en el término municipal de Vinuesa y es el único que regula el río Duero en su cabecera. Su capacidad de embalse, con 249 millones de metros cúbicos, lo sitúa entre los seis más grandes de todos los que el Estado ha construido en esta cuenca hidrográfica. El embalse se construyó sobre el pueblo de La Muedra y anegó también un 'viejo' puente romano. Cuando el nivel del pantano baja como en estos momentos, salen a la luz parte de estos restos históricos, lo que llama la atención de vecinos y visitantes, propiciando de algún modo el denominado 'turismo de sequía'.

EN DATOS:

26.000 HECTÁREAS REGADAS DESDE EL PANTANO. Desde Cuerda del Pozo se riegan aproximadamente 26.000 hectáreas. De estas, 14.785 corresponden a las siete zonas regables del Estado: Campillo de Buitrago, Almazán e Ínes en la provincia de Soria; Zuzones, entre Soria y Burgos; y La Vid, Guma y Aranda, en la provincia de Burgos. Otras 11.345 hectáreas se corresponden a riegos concesionales. En total se riegan, aproximadamente, 13.000 hectáreas en la provincia de Soria. 

160.000 HABITANTES ABASTECIDOS DESDE EL EMBALSE SORIANO se abastecen aproximadamente 160.000 habitantes, incluidos usos urbanos e industriales asociados. Se trata principalmente de Soria y, parcialmente, Valladolid. También Garray, Almazán, Boecillo (Valladolid), Laguna de Duero (Valladolid), etc. unos 30 hectómetros cúbicos para cubrir las necesidades de abastecimiento de la población. Parte de este volumen vuelve al río tras los procesos de depuración.