"Tendremos que acostumbrarnos a cambios de tiempo extremos"

P. Velasco
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Entrevista con Manuel Antonio Moro García, delegado de la Aemet en Castilla y León

Manuel Antonio Moro García, delegado de la Aemet en Castilla y León. - Foto: Jonathan Tajes

Manuel Antonio Mora llega a Castilla y León para encargarse de la delegación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en un momento de muchos cambios térmicos, con fenómenos extremos, y en el que el organismo se encuentra inmerso en su modernización.

Se estrenó en el cargo con temperaturas 'récord' en Castilla y León para un mes de mayo, ¿el cambio climático ya está aquí?

Esta afirmación requiere un estudio detallado, pero es cierto que son circunstancias anómalas y que es muy probable que estén relacionadas con ese cambio climático.

¿Nos tendremos que acostumbrar a estos cambios extremos?

Una de las consecuencias del cambio climático es una mayor sucesión de fenómenos extremos. Se prevé una mayor frecuencia y duración de episodios cálidos y una menor frecuencia de episodios fríos, aunque estos pueden ser extremos, como ocurrió en el año 2021 con la borrasca Filomena. Igualmente es probable una mayor frecuencia de episodios de lluvia extrema y por tanto un mayor riesgo de inundaciones. Tenemos que acostumbrarnos y es probable que sigan sucediendo con mayor frecuencia.

¿Esto también puede afectar al año hidrológico?

Ya es una realidad observable en el incremento sostenido de temperaturas en los últimos decenios, aunque en precipitaciones no hay una tendencia clara hasta el momento. Las proyecciones futuras de los modelos climáticos, en función de los distintos escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero, apuntan a un incremento claro de temperaturas en la región mediterránea, especialmente en los meses de verano, y con mayor incertidumbre, a una disminución de las precipitaciones, especialmente en verano. Con este escenario, es probable, aunque con cierta incertidumbre, que en nuestra región puedan producirse una mayor frecuencia o intensidad de periodos de sequía y de incendios forestales.

¿Todavía se está a tiempo de ralentizar el cambio climático?

Los expertos establecen que la atmósfera tiene cierta inercia, por lo que aunque disminuyamos la emisión de gases de efecto invernadero, seguirá aumentando la temperatura. Si bien es cierto que cuanta menor cantidad de efecto invernadero mandemos a la atmósfera pues el incremento tenderá a ralentizarse y no será tan acelerado en el futuro.

Sin duda el tiempo es uno de los temas más comentados habitualmente, ¿deberían ser más escuchados los meteorólogos?

Yo creo que somos escuchados, tenemos canales de comunicación y damos difusión a toda la información que nos llega tanto a través del panel intergubernamental como de las predicciones o avisos a la población. Tiene suficiente difusión, pero depende de quien escucha.

También reciben críticas y acusaciones de falta de previsión y de continuos fallos...

Las llevamos con resignación porque nuestro trabajo es hacer las predicciones de la mejor forma posible y para eso emitimos los avisos. Precisamente con Filomena creo que se actuó con suficiente antelación y no es un buen ejemplo para ilustrar que nos hayamos podido equivocar.

¿Cuáles son sus principales proyectos para la delegación de Castilla y León?

Hay un plan de transformación digital y lo que más nos va a afectar en Castilla y León es la instalación de un nuevo radar meteorológico que dé mayor cobertura a la actual red y que se instalará en el suroeste de la Comunidad, aunque todavía se está decidiendo su ubicación porque se están evaluando distintos emplazamientos. La modernización de la red de estaciones automáticas y de las infraestructuras de apoyo a la navegación aérea en los aeropuertos de la región. Y en cuanto a la previsión meteorológica, se va a modernizar la previsión con nuevos servicios inteligentes y digitalizando la predicción meteorológica.

¿Cuáles son las ventajas de la instalación del nuevo radar?

Además de instalar el nuevo radar, se va a actualizar a tecnología de polarización dual el radar de Autilla del Pino (Palencia), y eso permite una mayor precisión a la hora de calcular la precipitación y de dar por ejemplo en forma de nieve, ya que se mejoran las prestaciones de los radares que tenemos. Si encima ponemos otro en el suroeste vamos a tener una mayor cobertura y mejoraremos la calidad de la información.

¿Esto es compatible con los métodos tradicionales y con vuestros colaboradores?

La verdad es que realizan una labor muy importante porque son más de 300 los colaboradores altruistas en Castilla y León. Todos los días, independientemente haga frío o calor, miden la precipitación que han registrado y algunos también las temperaturas. A veces a través de varias generaciones, porque es un trabajo que pasa de padres a hijos, y realizan una labor extraordinaria. También hay que tener en cuenta que los medios como el radar o las estaciones automáticas no cubren los casi 100.000 kilómetros de territorio, con lo cual esa aportación de los colaboradores meteorológicos es fundamental para nosotros, y espero que dure durante muchos años. Nos permite conocer datos de hace más de 50 años de algunas poblaciones que sería imposible ahora intentar recuperar.