El comercio de Ágreda, contra la fuga de clientes

Henar Macho
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La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con los negocios de proximidad pero los agredeños siguen saliendo fuera

El comercio de Ágreda, contra la fuga de clientes

El comercio de Ágreda va recuperando poco a poco su dinámica habitual y anterior a la crisis sanitaria, aunque las sensaciones de los comerciantes varían en función del tipo de negocio que regentan. 

Algunos establecimientos de alimentación consultados, como carnicerías o fruterías, que han seguido dando servicio durante el Estado de Alarma, mantienen el ritmo de ventas favorecido por la llegada de veraneantes.Algo que compensa el retorno del éxodo de agredeños a las grandes superficies y comercios de otras localidades próximas como Soria, Tarazona, Zaragoza o Tudela. Hay en Ágreda trece negocios de alimentación, según datos municipales.

Según explica el presidente de la Asociación de Comerciantes de Ágreda, Carlos Ruiz, durante el confinamiento estos comercios han estado dando un servicio al que la gente ha respondido y se han llevado a cabo pequeñas campañas a través de redes sociales para apoyar al pequeño comercio, pero «el cliente realmente fiel no es como antes». Y no solo el anterior a la crisis sanitaria, sino que es una tendencia que se viene arrastrando desde hace más tiempo. «También es verdad que antes no había tantas grandes superficies, tantos medios de transporte o, incluso, Internet, y la gente era más fiel. Después de estos meses de la gente sigue saliendo fuera a comprar». 

Otros negocios como las cinco peluquerías que tiene la localidad, han vuelto prácticamente a la normalidad. La única floristería, la de María Vera, recupera la actividad paulatinamente ya que estos meses suelen ser los de más auge de la actividad debido a los eventos y celebraciones como comuniones, bodas, fiestas patronales...y que a causa de la crisis sanitaria se celebrarán a cuentagotas en lo que resta de año.

Al menos, de momento, ningún negocio ha tenido que echar el cierre a consecuencia de la crisis por la COVID-19, aunque el presidente de la unión de comerciantes no se atreve a asegurar por cuánto tiempo se mantendrán en pie todos ellos. 

Asegura Ruiz que todas las campañas de promoción del pequeño comercio de la localidad son necesarias para «recordar al vecino de Ágreda que estamos ahí, que en momentos malos hemos estado y que seguimos estando y pedimos su apoyo». Un respaldo vecinal que piden los comerciantes para sostener el tipo de servicio que ofrecen en Ágreda. «Estamos disponibles para el consumidor de Ágreda, incluso, lo que no encuentran, nos lo piden y nosotros lo traemos, facilitando las compras, llevándolo a las casas, instalándolos, enseñando su manejo si hace falta... cosa que no ocurre cuando compras por Internet», asegura Ruiz.

La ausencia de relevo generacional también es acuciante desde hace algunos años en la localidad, sobre todo en el sector textil donde quedan abiertas dos mercerías y una tienda de ropa. «Hemos tenido bastante comercio de ropa pero se han ido cerrando por jubilación o falta de respuesta», comenta Ruiz alertando de que algunos de los negocios que se han creado en los últimos años podrían tener las horas contadas al no recibir por parte de los agredeños la respuesta que se podría esperar.

El flujo de aperturas y cierres de negocios tiene su reflejo directo en las principales arterias comerciales de la villa. «Antes teníamos la calle Venerable que daba gusto, y ahora ves muchos negocios cerrados, como en la calle Sebastián Logroño donde tenías carnicería, peluquería, panadería, tienda de frutas, droguería... y ahora está todo cerrado», lamenta. La Calleja Cascante también ha ido perdiendo año tras año la vida comercial. 

Por otro lado, el bar del Centro Cívico sigue a la espera de una nueva gestión tras finalizar la anterior justo antes de pandemia.

SEGURIDAD. En lo que atañe al Ayuntamiento de Ágreda, su responsable no tiene previsto, por el momento, retomar la celebración de la Fiesta del Comercio que el pasado año, en su primera edición, congregó a 33 establecimientos de la Villa de las Tres Culturas dentro de una campaña de promoción del comercio local. «Hasta que no haya una seguridad para los ciudadanos, no vamos a hacer ningún acto que suponga la congregación de gente», sostiene el alcalde, Jesús Manuel Alonso. 

No obstante, el regidor recuerda la importancia que tienen los negocios rurales para los habitantes de los pueblos.  «La COVID-19  ha puesto de manifiesto que si Ágreda no hubiese tenido un comercio tan potente, la gente hubiera tenido desabastecimiento y la necesidad de desplazarse a otros lugares, algo que no podía».

Insiste Alonso en que el comercio es un elemento estructural en la España Vaciada y que, durante la pandemia, han hecho un gran esfuerzo por ser más accesibles que nunca en municipios pequeños y con población envejecida, llegando hasta los hogares. «Es necesario coadyuvar todos adquiriendo sus bienes y servicios para que puedan subsistir». 

El coronavirus ha obligado a los vecinos de Ágreda a recurrir a los comercios de proximidad, lo que se ha reflejado en un «incremento significativo» de las ventas. Un hecho que el primer edil espera que se logre sostener en el tiempo.