Teresa Molina, mujer de peso en el powerlifting

EDS
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La joven se enfrenta a su primera competición de powerlifting siendo la única soriana en este deporte

Teresa Molina, mujer de peso en el powerlifting - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Un debut nunca es sencillo. La primera competición de cualquier deportista marca gran parte de su futuro. En ese momento se encuentra Teresa Molina. A sus 20 años va a participar el próximo 5 de julio en el clasificatorio para el Campeonato de España de Powerlifting, el levantamiento de peso máximo en tres movimientos distintos. «Estoy de los nervios», reconoce la soriana con una sonrisa.

La joven buscará romper una barrera en la provincia, la de dedicarse a un deporte que «no todo el mundo entiende». La situación sería distinta si fuese en categoría masculina. «Hay más casos en Soria, pero estoy convencida de que esto es lo mío», reconoce. Tras un periodo de transición y tras encontrar a Silvia, su entrenadora, ha llegado su momento. «Me siento preparada para llegar a un campeonato que llevo esperando muchísimo», comenta. Han sido tres años de preparación específica y ahora, en Navarra, llega su oportunidad.

Preparación. Las pesas están hechas para Teresa Molina, o al menos así lo piensa ella. «Me dediqué a otros deportes, pero esto me encanta», comenta. Empezó «en el gimnasio del barrio», allí no había otro tipo de máquinas. «Podía estar horas levantando peso muerto, lo adoro», afirma. Ambiciosa, necesitaba dar un paso más.

Se pueden contar con los dedos de una mano los competidores de powerlifting en Soria, la suma es más sencilla en categoría femenina, solo está Teresa. «Eso hace todo muy difícil porque no tienes con quién trabajar o aprender», lamenta. Una vez que comenzó con su entrenadora, su rutina dio un vuelco.

Errores cometía muchos. «Entrenaba demasiado», recuerda. Puede parecer lo adecuado, pero es contraproducente. «Para ganar fuerza e ir mejorando las marcas se deben respetar unos tiempos de descanso, de trabajo y de alimentación», recita ahora de memoria. «Lo primero que hizo mi entrenadora fue frenarme», reconoce. Y no controlar los kilos para elegir categoría fue su mayor fallo.

Ahora pesa 65 kilos, pero deberá competir en 69. «Ya cuento con una desventaja», lamenta. Puede que sea la única. «El entorno que me ha visto se sorprende, se preguntan que dónde había estado todo este tiempo», comenta mientras sonríe. Con un objetivo de 170 kilos en peso muerto, 80 en banca y unos 140 en sentadilla, no parecerá una novata. El Campeonato de España de septiembre en Toledo es su sueño. «Quiero conocer a más gente de este mundo», asegura. Porque en apenas dos semanas, nunca más se sentirá sola y ese será su verdadero trofeo.