La historia de la siega

A.P. L.
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Ya van ocho ediciones de la muestra de maquinaria agrícola más completa de España con maquinaria restaurada artesanalmente

Alberto Martínez Muñoz con una de las máquinas restauradas que se exhibe en la jornada de Nepas. - Foto: Valentín Guisande

La localidad de Nepas, a 17 kilómetros de Almazán, organiza este fin de semana (sábado 20 de agosto, de 9 a 14 horas) la octava edición de la Jornada de la Siega Antigua, que contará con exposición de maquinaria y demostraciones de esta labor con distintos utensilios, desde la hoz a las primeras cosechadoras, empacadoras y trilladoras, pasando por la dalla, la guadaña, la gavillera y la segadora-atadora. «Es la muestra más completa de España con maquinaria restaurada artesanalmente», subrayan en Nepas. El sábado se darán cita allí numerosos agricultores en activo y retirados, así como curiosos que quieren ver cómo se trabajaba antes en los campos de labor.

El Día de Soria visita en esta localidad a Alberto Martínez Muñoz, uno de los impulsores de la jornada, que se encuentra ultimando los preparativos ya desde las ocho y media de la mañana. Va de un garaje a otro preparando los tractores y las máquinas (unos 16), que ha ido restaurando en los últimos años, entre cosecha y cosecha. Le acompaña su hermano Jaime, que vive en Madrid pero que está también implicado en el evento.

«Empezamos a restaurar la maquinaria y un día pensamos que podíamos hacer una muestra de cómo era la recolección antiguamente, por lo menos la parte de la siega, para que la gente no se olvide de dónde venimos», destacan los dos hermanos. Y es que «ahora una cosechadora en diez días siega y separa el grano de la paja para llevarlo a un almacén, pero antes esta labor duraba dos meses, porque había que segar a mano, acarrear la mies a la era, trillarla, aventarla, cribarla...». La diferencia de tiempos la marca la modernización de la maquinaria, no solo el hecho de que se pasara de manual a mecanizado.  Eso es también lo que se quiere reflejar en esta jornada de Nepas.

El agricultor nos muestra orgulloso un tractor de 1954 que ha restaurado, un Ferguson inglés, y también lo pone en marcha para que lo veamos. Un vecino tiene otro parecido, de 1951 y de gasolina, «el primer tractor que llegó a Nepas».  Al lado guarda un motor, «lo arranco con manivela y se usa también para la trilladora», apunta señalando a la polea que lo pone en movimiento. Además, comentan que se cuenta en Nepas con gavilleras del siglo XIX y de principios del siglo XX, como otras de las piezas de gran interés que se mostrarán en la demostración en la finca de la entrada desde Almazán y Viana.

LA TRILLADORA. Vamos a ver la trilladora que funciona con un elevador y nos explican cómo se utilizaba: «En la rampa se echa la mies a la lona y ésta la va subiendo hasta un cilindro. Con las cribas que hay debajo se separa la paja por encima y el trigo por debajo hasta la salida». Tiene poleas, algunas de gran tamaño, y motor, que con el embrague pone en funcionamiento la correa, que transmite la energía a toda la máquina, comentan haciendo una demostración. El rodillo se mueve y con las poleas va girando, mientras otro rodillo con dientes de hierro va machacando la paja y desgranándola. Van moviendo las cribas y después sale la paja por el tubo, detallan los hermanos.

«Ahora la cosechadora lo hace todo, antes se segaba a mano o con una máquina más simplificada. En la era había trilladoras como esta o un trillo manual con mulas o con vacas para dar vueltas todo el día», inciden. La trilladora «aceleró mucho el trabajo y lo simplificó porque trillaba y aventaba a la vez», pero la parva había que recogerla o aventarla a mano o con una máquina.

Estas máquinas llegaron en los años 40 y 50 a Soria y su pieza es de la marca Hern (por Hernández, una franquicia de una trilladora de la marca alemana Lanz). Después, enseguida, comenzó a haber cosechadoras y las eras del trillo desaparecieron. «Ahora enrta la cosechadora y deja la paja, el grano lo echa a la tolva y desde allí lo echa a un remolque de un tractor o a un camión y se lleva a un almacén o a vender», reiteran.

El padre de Alberto y Jaime fue testigo de la evolución de la maquinaria, sobre todo de la herramienta manual y los trillos. Para ellos, lo interesante es poder estar en la demostración en la finca, una invitación generalizada.