«Ya sé que el retruécano es obvio pero nos lo han servido en bandeja –de plata,claro-. Con la que está cayendo, sale Felipe VI y dice que se autodeshereda pero sólo de lo que su padre ha ido adquiriendo por métodos presuntamente irregulares: millones de euros en Suiza de la fundación Lucum,creada en Panamá para recibir supuestas comisiones del rey Abdullah de Arabia Saudí por la construcción del AVE a La Meca y también,por lo visto, para hacer regalos en metálico a las amantes del rey ahora emérito.Y más millones, también en cuentas suizas de la fundación Zagatzka de la que el Jefe del Estado es beneficiario junto a sus hermanas Elena y Cristina y que ha estado pagando jets privados a Juan Carlos I durante 11 año.
Del comunicado de la Casa Real se desprende que ya ni en Zarzuela consideran trigo limpio los negocios del rey anterior y pretenden desmarcarse suprimiéndole su asignación de 194.000 euros anuales para gastos de bolsillo. Pero llama la atención que tomen estas medidas sólo después de que un diario británico, The Telegraph, haya publicado todo este lío cuando el rey Felipe sabía lo que estaba pasando desde hace un año según el propio comunicado. Lo que dice el texto, además, es imposible; según el Código Civil, no se puede rechazar (ni aceptar) una herencia sin que alguien se haya muerto y no es el caso. Tampoco es legal renunciar sólo a una parte de la herencia y a las otras, no y el cargo de Jefe del Estado es hereditario según la Constitución. Y, por último, si él se negara a aceptar el legado paterno ,serían sus hermanas quienes lo podrían recibir, al menos, la legítima. Y las dos pertenecen a la misma Casa Real cuyo nombre se pretende limpiar.
Si yo fuera monárquica, les propondría una relectura de los artículos 56 y 57 de la Constitución sobre la inviolabilidad del rey y la discriminación de las mujeres en la sucesión. Huelen a rancio y necesitan un cambio urgente. Si no, existen otras formas de configurar la Jefatura del Estado.Votando, por ejemplo.