El ganado bovino soriano, libre de tuberculosis

A.I.P.
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Un total de 252 cuentan con calificación sanitaria T3 o T3H, es decir, oficialmente indemnes de esta zoonosis. En 2021 se realizaron tres vaciados sanitarios

El ganado bovino soriano, libre de tuberculosis

PCR, ARN, aislamiento, test Elisa, serología, antígeno, cuarentena, inmunidad... son términos que, desde que estalló la crisis sanitaria del coronavirus, forman parte de cualquier conversación, mientras que antes de la pandemia su uso quedaba restringido al ámbito científico. Para los veterinarios que velan por la sanidad y el bienestar animal, estas palabras forman parte de su día a día, aún más si se trata de saneamiento ganadero. Y, si se acota al máximo, en lo que se refiere a tuberculosis bovina todavía es más frecuente este vocabulario, entre otras cosas, porque las campañas son exhaustivas, aunque también se desarrollan acciones de vigilancia en brucelosis, leucosis bovina enzoótica y perineumonía contagiosa bovina (PCB). El objetivo es que la tuberculosis bovina quede erradicada en 2030, tal y como establece el plan nacional. La tendencia indica que puede conseguirse, teniendo en cuenta que el 95% (252) de las 300 explotaciones bovinas en funcionamiento en 2021 están calificadas oficialmente indemnes de esta zoonosis, es decir, están consideradas T-3 o T3H [histórica al mantener su calificación T3, de forma ininterrumpida, durante tres años consecutivos], según los datos del Servicio Territorial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.

Así las cosas, otras 15 figuran como no calificadas, lo que implica que están reconocidas como T1 [explotaciones en las que se desconocen los antecedentes clínicos y la situación en cuanto a la reacción a la tuberculina en los dos últimos años]; T2 positivas [aquellas que, sin haber alcanzado aún la calificación de indemne de tuberculosis bovina, al menos un animal, susceptible por su edad de ser examinado, no haya sido sometido a la totalidad de las pruebas de diagnóstico o no las haya superado con resultado favorable]; y T2 negativas [aquellas en la que, sin ser indemne, todo el censo de la explotación haya superado, con resultado favorable, al menos una de las pruebas de diagnóstico previstas]. El resto, 33 si se atiende al censo ganadero de vacuno del año pasado, no han completado el saneamiento. 

Asimismo, a lo largo de 2021 se realizaron tres vaciados sanitarios en la provincia de  Soria, que representa el 1% del total de explotaciones bovinas registradas. Cabe recordar que esta medida se plantea «como último recurso», siempre que se cumplan los requisitos que contempla la Resolución del 24 de junio de 2021, de la Dirección General de Producción Agropecuaria, mediante la que se desarrollan los programas nacionales de control, vigilancia y erradicación de enfermedades de los rumiantes, en la Comunidad de Castilla y León. Para decretar un vaciado sanitario el número de animales positivos tiene que estar por encima del 5% del censo de la explotación; o bien, ha habido aislamiento microbiológico positivo; o ha habido dos chequeos positivos en los que el número de positivos se ha incrementado, previo estudio epidemiológico; o existe un riesgo de extensión de la enfermedad en la zona si no se sacrifican los animales de la explotación.

En cualquier caso, hay que puntualizar que los porcentajes pueden  experimentar una variación significativa y, sin embargo, en números absolutos la relevancia no es tal. «Estamos en una provincia con muy pocas vacas, muestreamos unos 20.000 animales al año, que es lo que puede tener cualquier unidad veterinaria en Salamanca. Hay unidades en Soria con una o dos explotaciones vacunas, por lo que puede disparar la incidencia. A la estadística le falta universo», sostiene el jefe del Servicio Territorial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta en Soria, José Manuel Ruiz. 

En el censo de vacuno de 2021 figuran 13.571 reproductoras y 4.179 animales de cebo. «La mayoría se concentran en las unidades veterinarias de  Soria, San Pedro Manrique y San Leonardo de Yagüe», puntualiza Ruiz.

La calificación de las comarcas o unidades veterinarias del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación,  actualizada en junio de 2021, indica que ocho de las diez unidades ganaderas sorianas (Ágreda, Almazán, Arcos de Jalón, Berlanga de Duero, El Burgo de Osma, Gómara, San Esteban de Gormaz y San Leonardo de Yagüe) presentan un riesgo bajo en tuberculosis bovina, mientras que la unidad de Soria está considerada en riesgo medio, y la de San Pedro Manrique, especial riesgo.

motivos. La normativa de la Unión Europea obliga al saneamiento ganadero por tres motivos fundamentales: los animales infectados de tuberculosis son un foco de contagio para otras ganaderías y para el ser humano; las reses enfermas tienen un menor rendimiento económico; y porque la presencia de la enfermedad implica restricciones comerciales a los animales y a los productos procedentes de estos. 

Así lo explica la Consejería de Agricultura y Ganadería en su página web, en la que también pueden comprobar las estadísticas de prevalencias provinciales en tuberculosis bovina des los últimos años, a falta de los datos correspondientes a 2021, que serán públicos, previsiblemente, antes de finalizar este trimestre. De esta forma, en 2020 Soria presentó un prevalencia del 0,67%, por debajo de la media regional del 1,41%. En 2019, el  resultado fue del 1,04%; en 2019, el porcentaje de explotaciones positivas fue del 2,03%; y en 2017, el 1,05%. Cabe poner de relieve que en 2007, la provincia de Soria contó con la prevalencia más alta de la Comunidad,  un 10,93%, por lo que se evidencia la tendencia clara a la mejoría de los últimos años. Además, en 2021, León, Valladolid y Burgos iniciaron los plazos para calificarse libres de tuberculosis bovina, al no presentar incidencia en sus ganaderías.

cómo es una campaña. Todas las explotaciones bovinas (reses mayores de seis semanas) deben revisarse, al menos, una vez al año. Una vez que la Unidad Veterinaria comunica la fecha y hora de la actuación, el primer día se comprueba la identificación de cada animal, se les rasura en una zona del cuello, se mide el grosor del pliegue cutáneo y se les administra una inyección intradérmica, la tuberculina. Tres días después, se vuelve a medir el engrosamiento de la piel con un cutímetro y se observa la inflamación. Si es menor de dos milímetros, la prueba es negativa, si está por encima de ese valor se considera positiva (en algunas comunidades autónomas, entre dos y cuatro milímetros es dudosa). El veterinario marca con una T en la oreja a los positivos y les aplica un bolo rumial electrónico, que se recupera en el matadero. Las reses positivas en tuberculosis deben sacrificarse en el plazo de 15 días en un matadero autorizado. Por cada res sacrificada el ganadero recibe una indemnización.

«Hay una prueba visual de campo, que es comprobar el engrosado del pliegue. Los animales positivos se sacrifican y se analiza si los pulmones tienen lesiones o los ganglios están infartados. Se toma muestra de todo el material linfático, se hacen un cultivo y una PCR, para así aislar el ARN del bacilo. Con todo tenemos un resultado de laboratorio», relata el jefe del Servicio Territorial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.

vaciado sanitario. Si una explotación no recupera calificación, un proceso que puede durar años, como medida extrema se plantea el vaciado sanitario. La propuesta del sacrificio de la totalidad de la ganadería se eleva a la Dirección General de Producción Agropecuaria para que decrete o no ese vaciado.

Cuando se ejecuta el vaciado, que el ganadero debe cumplir y, en caso contrario, lo lleva a cabo la Administración, hay que desinfectar la zona y durante cuatro meses no puede haber reses en esos pastos ni el alojamiento afectado. «Pasado ese tiempo, se comprueba cómo está y el ganadero puede reponer con animales de una explotación T3», aclara Ruiz, que menciona también que cada año se convocan ayudas para la reposición de los animales sacrificados.

En el caso de los tres vaciados sanitarios del año 2021 en la provincia de Soria, dos de las explotaciones estaban relacionadas, es decir, convivían en el mismo entorno y, por  lo tanto, compartían riesgo.

«Esto es un trabajo sordo y diario de un montón de profesionales veterinarios, unos cien en la provincia de Soria, que desarrollan una labor intensa. El objetivo de erradicación, poco a poco, se está cumpliendo», considera José Manuel Ruiz. 

Castilla y León está libre oficialmente de brucelosis bovina y ha conseguido erradicar la tuberculosis caprina, por lo que el siguiente paso, para lo que avanza óptimamente, es acabar con la tuberculosis en vacuno.