'La caída de Numancia' vuelve a Garray

EDS
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El próximo sábado, día 6, el graderío de La Hoya vuelve a acoger el "clásico" soriano con entradas para 3.000 personas

La caída de Numancia

La localidad soriana de Garray vuelve a recuperar una de las citas culturales referentes en la provincia, tras dos años de parada técnica por el COVID, y lo hace con la representación de la 'Caída de Numancia' en el graderío de la Hoya, el capítulo de las guerras numantinas con más tirón al convertirse en "mito universal".

El presidente de la Asociación Tierraquemada, Alberto Santamaría, señaló que la representación reunirá a más de 3.000 personas para conocer parte de la historia celtíbera y romana de la provincia. "Después de dos años de parón queríamos arrancar con el capítulo que más fuerza tiene", indicó.

El texto clásico, sobre el que se basa la obra, fue adaptado por el anterior director de las excavaciones de Numancia, Alfredo Jimeno, y fue Pedro Muñoz quién se encargó de realizar los sucesivos guiones y  de "teatralizar" la obra.

Santamaría señaló que desde 1999, el colectivo garreño, a excepción de tres años,  ha realizado la obra, y agregó que es una cita en el calendario estival de muchas personas que llegan, incluso, de otras comunidades autónomas en autobús para ver la obra.  

Asimismo, precisó que se ha elegido el texto épico porque encaja con el momento actual en el que hay que "resistir frente a las adversidades". "Trasladamos quienes somos y de dónde venimos, que es la fuerza que transmite Numancia", señaló.

Durante esa mañana, como es ya tradición, tendrá lugar un desfile de romanos y celtíberos por las calles de la localidad. El colectivo garreño trabaja desde el año 1999 para difundir la cultura celtíbera y romana por el mundo y cada año trata de modificar e introducir elementos nuevos en esta representación.

Los garreños relatarán como después de 20 años de guerras contra Numancia (desde el 153 A.c.), el Senado romano decidió mandar a su general más famoso, Publio Cornelio Escipión Emiliano (había destruido la ciudad de Cartago), ataca Numancia con la idea de cercar la ciudad con siete campamentos y un poderoso muro de nueve kilómetros de perímetro para rendirla por hambre.

Finalmente, los numantinos facilitaron la entrada de los romanos a la ciudad, con el gesto heroico y mítico de darse muerte, al preferir morir en libertad, que acabar de esclavos ante los romanos.  

La ciudad fue arrasada, "destruida de raíz" dice Cicerón y repartido después su territorio entre los indígenas que le habían ayudado a conquistarla. De los numantinos que entregaron la ciudad, algunos fueron vendidos como esclavos y unos 50 fueron llevados a Roma para formar parte del desfile triunfal de Escipión, celebrado en el año 132 A.c.