Ese es el tiempo que hemos tenido que esperar las numantinas y numantinos para ver ganar un partido fuera de Los Pajaritos al C.D Numancia. Nueve meses largos desde Febrero, porque, así como el que ‘sanjuanea’  ‘marcea’, el que ‘febrerea’  ‘noviembrea’. Han sido nueve meses duros, porque, en el tercer mes de embarazo casi perdemos a la criatura .una cura de salud y al cambio de ginecólogo, el equipo empezó a crecer y a ilusionarnos. Ha sido como el chiste del recluta del cuartel que le dice a su superior –»¡Mi Sargento, ¿me da usted permiso para tener un hijo?» –»¡Por supuesto Ramírez!, Vaya y buena suerte’.» El recluta vuelve al cuartel a los tres días y el sargento le pregunta –»Ramirez, ¿Qué ha sido niño o niña?»; -»No lo sé, Mi Sargento, dentro de nueve meses se lo digo». Viendo como iba el embarazo y gracias a la motivación y al buen hacer del médico, todas y todos esperábamos el feliz desenlace del parto, y por fin llegó el pasado sábado. Curro preparó la mesa del quirófano poniendo el balón templado para la cabeza del cirujano Noguera que peinando el esférico lo puso para que todos viésemos aparecer la cabeza de Higinio y por fin parir ese triunfo tan esperado.
Hay parejas que quieren tener hijos y de tanto empujar se salen hasta de España y la criatura no llega por la ansiedad y los nervios de tenerlo, pero una vez que llega el primero, el resto llega gracias a la tranquilidad. El Numancia ha conseguido la tranquilidad ya que ha llegado la necesaria victoria fuera. Esperemos que de aquí al final de temporada tengamos familia numerosa. Pero lo más importante para los hijos que llegan es el calor y el cariño de la familia y en este caso, la familia, somos todas y todos nosotros dando ese cariño y ese calor desde la grada. ¡Bajemos a animar a Los Pajaritos para seguir pariendo victorias!