"No hay nada más machadiano que el Casino"

Sonia Almoguera
-

El Casino Círculo Amistad Numancia celebra este año el 175 aniversario de su nacimiento con el objetivo de conseguir, tras dos intentos fallidos, su ansiada declaración como Bien de Interés Cultural

"No hay nada más machadiano que el Casino" - Foto: E.G.M

El Casino Círculo Amistad Numancia celebra este año su 175º aniversario con el objetivo de alcanzar la tan ansiada declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Lugar Histórico. Es una demanda que su presidente, Adolfo Sainz, reclama tras dos intentos fallidos no sólo como un reconocimiento a su historia y al legado social y literario de la entidad a lo largo de tres siglos, sino también como una forma de garantizar su pervivencia en tiempos complicados que ha agravado la pandemia de la covid-19 con una merma de socios. 

El Casino Círculo Amistad Numancia celebra su 175º aniversario en plena forma con 184 actividades realizadas el año pasado...

No aflojamos [ríe]. Desde el primer momento que entré de presidente, en abril de 2009, vi claro que teníamos que reactivar el Casino potenciando su faceta cultural. Ésa ha sido hasta el momento la política apoyada por mis compañeros de la Junta Directiva. No es que antes no se hicieran actividades, pero sí que fui consciente de que había que abrir los salones y que el piano Steinway&sons no podía estar sin tocar. La idea es que la gente entre en el Círculo Amistad Numancia a través de las actividades culturales, que vean y disfruten del espacio y que luego den el siguiente paso, hacerse socios, que es lo que más nos cuesta encontrar. Aún así, hemos conseguido muchos miembros nuevos. En estos 12 años calculo que hemos realizado unos 500. Cuando yo entré en la Presidencia, la edad media era altísima. El 85% tenía más de 65 años. En este tiempo ha ido falleciendo gente pero, aunque he ido haciendo socios, el balance es negativo. Si no hubiéramos logrado todos esos miembros nuevos nos hubiéramos quedado en mínimos. En este sentido, el covid ha sido para nosotros una catástrofe: 50 de nuestros socios fallecieron y otras 200 personas se han dado de baja porque aún les da miedo entrar. Eso nos ha supuesto un bache. Ahora nos mantenemos en 700 y pico socios. 

El Casino, no obstante, no para de reinventarse y acabó 2022 con la inauguración de la Casa de la Juana, el nuevo proyecto cultural de la entidad.

Ha sido un exitazo. Participó un montón de gente joven y moderna. Y ha refrendado lo que siempre hemos dicho: que el Casino es un lugar de vanguardia. Desde el principio, cuando se fundan [a mediados del siglo XIX] es por eso: por la inquietud intelectual de los sorianos de la época. Las clases sociales entonces eran muy cerradas y tenían que juntarse para hacer actividades: las tertulias, la lectura, las actividades científicas, el baile. Seguimos siendo la avanzadilla porque lo más alternativo que hay en la ciudad ahora es la Casa de la Juana. Un taller artístico de cuatro mujeres feministas y con actividades muy abiertas a la ciudadanía es fabuloso y estoy encantado. Para nosotros era un espacio que teníamos muerto y que ahora no tenemos parado. Ya el otro día me comentaron que querían la parte de arriba del desván para hacer más actividades. Si se nos ocurre cómo arreglarlo y acondicionarlo, sin problema.

Ideas no faltan... 

Nosotros no planificamos, vamos un poco a salto de mata, lo que vaya surgiendo. Yo, sobre todo, digo a todo que sí. Quiero es que la gente entre al Casino, que haga actividades. Estamos abiertos a todo.

Incluso se han llegado a organizar conciertos de heavy-metal.

Sí, hicimos un par de conciertos de heavy-metal con el Certamen de Creación Joven del Ayuntamiento de Soria y, además, fue muy gracioso porque entraban los chavales a tocar al salón donde estaban algunos socios mayores echando la partida de cartas. Algunos ponían mal gesto hasta que uno dijo: «¡Anda, si es tu nieto!» y cambiaban la cara [ríe]. Los tiempos van evolucionando y nosotros estamos abiertos a cualquier tipo de actividad. 

Ha hablado de abuelos y nietos, la constatación de que el Casino sigue siendo un espacio intergeneracional, aunque siempre se asocia a gente mayor.

Siempre digo que los mayores son socios desde que eran jóvenes, aunque es verdad que ahora cuesta mucho meter gente joven, lo llevo sufriendo desde que fui concejal de Juventud en el Ayuntamiento de Soria [entre 1995 y 1999]. Cuesta mucho motivarles. Actividades nuestras como el Club de Catas, el Club de Lectura o los conciertos que acogemos son también para que participen también los jóvenes, ¿por qué no? 

¿Por qué es importante para el Casino esta efeméride del 175º aniversario?

Por todo lo que significa haber llegado hasta aquí. No todos los casinos de España lo han conseguido y se han quedado por el camino. Nosotros nos hemos mantenido siempre en el mismo edificio desde 1848. El Casino siempre ha sido importante y lo hemos sabido mantener sólo con las cuotas de los socios. Este año nos ha ayudado la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Soria, pero el gran peso lo pagan los miembros. Que los sorianos seamos capaces de mantener una institución como ésta desde hace 175 años tiene muchísimo mérito. El Círculo Amistad Numancia es algo que trasciende a los propios socios porque es una cosa de la ciudad y de la provincia. Por él han pasado miles y miles de sorianos, famosos y no famosos; de la burguesía y de la clase obrera. En Soria, ¿quién puede presumir de haber llegado a celebrar 175 años en el mismo sitio y con la misma esencia? Que yo recuerde, es una de las entidades civiles más antiguas de la ciudad. Tal vez haya otras más antiguas que han aparecido y desaparecido, pero nosotros nunca hemos fallado. Hemos estado ahí siempre superando todo tipo de crisis, de guerras y de pandemias [ríe]. El Casino tiene una historia muy rica y es un poco reflejo de la realidad soriana. 

Y a lo largo de estos siglos ha sido testigo de la historia provincial e incluso con un papel determinante en muchos de sus episodios…

Correcto. Aquí se gestaban todos los proyectos, hasta el ferrocarril y, en tiempo de los caciques, quién iba a ser alcalde… pues era un poco como la propia sociedad. 

Los socios son los que han conseguido sacar adelante la entidad en todos estos años, pero no sé si ahora se hace necesario que las administraciones también echen una mano

Las instituciones sobre todo tienen que darse cuenta de la importancia que tiene el Casino, de lo que ha significado y que esto no hay que perderlo. El tema del covid ha sido muy duro para nosotros y la Diputación y el Ayuntamiento han sabido reaccionar. Espero que la Junta de Castilla y León lo haga también ahora en el sentido de reconocernos BIC [Bien de Interés Cultural] de una vez. Puede ser el salvavidas de un futuro cercano. No pagaríamos el IBI [Impuesto de Bienes Inmuebles] y, sobre todo, obtendríamos ese reconocimiento por parte de la Junta, que creo que ya es hora. Lo hemos pedido dos veces y ya no sabemos qué hacer, como no sea encadenarnos [ríe]. A ver este año. Yo confío mucho en que nos lo concedan con la excusa de la celebración de nuestro 175º aniversario. 

¿Van a volver a solicitarlo en 2023?

Sí, por supuesto. Lo haremos de forma institucional en el mes de marzo con la asamblea de socios, para que sea toda la Sociedad, a través de la asamblea, quien lo pida. Por otra parte, yo ya estoy moviéndome. El otro día coincidí con el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, por un tema de comercio en Segovia y le abordé. En principio se mostró abierto en una conversación informal. Lo intenté hace dos años con el consejero de Cultura, Javier Ortega, que vino a verlo; hace seis años también… a ver si a la tercera va la vencida. 

¿Qué es lo que falta? ¿Sensibilidad quizá?

Yo creo que sólo falta ese reconocimiento. Yo, fíjate que soy muy aficionado a los toros y cuando veo que la plaza de Béjar es BIC pienso que nosotros somos más antiguos y más significativos en Soria, que tenemos una mayor relevancia. Si la Junta fuera inteligente no sólo nombraría BIC al de Soria, sino a todos los casinos históricos de Castilla y León, que son muy bonitos, para que pervivan. Me parece importantísimo que la propia sociedad haya sabido mantener instituciones como éstas. 

¿Por qué es tan importante que el Casino sea declarado BIC?

Por tres razones. Primero por reconocimiento a su historia, su edificio y su mobiliario, a sus socios ilustres [Antonio Machado, Gerardo Diego, Juan Antonio Gaya Nuño, Manuel Ruiz Zorrilla, José Canalejas…]. Carmelo Romero insiste en que sólo lo merece por haber tenido como miembros a Gerardo Diego y a Machado. No hay en Soria nada más machadiano, ni el cerro de los Moros, que el Casino Círculo Amistad Numancia. La declaración también es importante para preservarlo tal y como está y para que si alguien quiere hacer algo, obras o lo que sea, tenga que pedir permiso. Y en tercer lugar, por eximirnos de pagar impuestos, entre ellos el IBI, y la posibilidad de conseguir algún tipo de subvención por si algún día tenemos goteras en el tejado y nos pueden ayudar a arreglarlas. Creo que son tres razones de peso. 

Ha hablado de preservación y en los últimos años se ha intentado, dentro de las limitaciones económicas de la entidad, mejorar las instalaciones.

La fachada se nos caía a trozos. Gracias a la ayuda del Ayuntamiento pudimos arreglar los balcones, cambiar las puertas porque entraba un frío que pelaba y pintar. El desván era un espacio muy grande que no sabíamos qué hacer con él y me llevé al presidente de FOES, al de Diputación… Se lo ofrecí a todo el mundo y al final el alcalde [Carlos Martínez Mínguez], Manuel Núñez Encabo [presidente de la Fundación Antonio Machado] y yo vimos que podía ser una casa homenaje a los poetas. Es un museo discreto y cuesta que suba la gente, pero quien lo hace, le gusta mucho. A lo mejor habría que darle un empujón. El Ayuntamiento tendría que promocionarlo más, porque es de su propiedad, y la Fundación también tendría que comprometerse más. Vienen a visitarlo muchos colegios de Barcelona y a mí me gustaría que lo hicieran también los centros escolares de Soria. 

¿Van a continuar en la línea de recuperar patrimonio, como el antiguo piano Rönisch, por ejemplo?

Sí. Rehabilitamos también el salón Gerardo Diego, que tenía unos tableros blancos para exposiciones horrorosos y recuperamos también sus columnas. Hemos seguido en la línea de otros presidentes. Gregorio Sánchez, mi predecesor, puso el ascensor y recuperó la biblioteca, que quedó muy bonita con ese sabor antiguo. Pedro Heras acondicionó la entrada del Casino. Todos los presidentes han dejado su huella manteniendo la esencia de la entidad. Es un edificio vivo que nos hemos preocupado de atender y mantenerlo.

En la línea de mejorar el edificio, quieren instalar placas solares para optimizar el gasto en energía. ¿Cómo va el proyecto?

Pedimos una convocatoria de subvención para la instalación de placas solares. Hicimos el proyecto en febrero y marzo, pero aún no se ha resuelto. La volveremos a pedir si no nos la conceden. Creo que es el futuro y tenemos mucho tejado. Nuestro problema es económico para hacer la inversión inicial, aunque en un edificio con casi cuatro plantas y gente mayor que siempre tiene frío, nuestro mayor gasto es en calefacción y luz. 

El Casino se ha convertido también en un importante impulsor del asociacionismo soriano.

Yo me he apoyado mucho en la cultura como una forma de salir en los medios de comunicación, que la gente vea que estamos vivos y que hacemos actividades. De hecho nosotros somos asociación cultural y no puede faltar la cultura en nuestras actividades. Gracias a eso muchas entidades tienen su sede en el Casino: el Ateneo Mónico Vicente, la Peña Taurina Soriana, la Peña José Luis Palomar, la Asociación Filatélica y Numismática y, últimamente, la Asociación Hacendera, la de ex alumnos del Colegio San José. La Agrupación de Jurados de Cuadrilla hace también las reuniones de sus asambleas en el Casino. Somos como un hotel de asociaciones. Insisto, lo que quiero es que la gente entre. El Casino está abierto a todos. 

¿Qué proyectos hay en el corto-medio plazo?

Celebrar este 175º aniversario con la publicación conmemorativa, con la que estoy muy ilusionado. Vamos a hacer también un corto documental que dirige Cristina Ortega sobre la realidad del Casino hoy día que y ya ha comenzado a rodar. Haremos también alguna conferencia y en la Casa de la Juana sé que quieren hacer muchas cosas. Nuestro problema es que no tenemos dinero para hacer más actividades. Pero, por encima de todo, me gustaría que 2023 fuera el año del reconocimiento BIC, que fuera el gran regalo de este año. Está pendiente que el Ayuntamiento nos entregue la Medalla de Soria que nos concedió en 2011, el Premio Promecal 2022 ya lo tenemos [ríe] y lo que vaya surgiendo. 

¿Cómo ve el futuro del Casino dentro de 10, 20, 50 o 175 años?

El Casino será lo que los socios y la sociedad soriana quieran que sea. Me gustaría que siguiera muchos años más. En lo que dependa de mí, trataré de que siga siendo una institución viva, que se realicen muchas más actividades y que la gente lo vea con simpatía. El Círculo Amistad Numancia no es un lugar sólo para gente mayor.