La provincia de Soria ya está inmersa en plena temporada micológica. En zonas como la comarca de Pinares parece que los recolectores pueden vivir un buen otoño, después de tres campañas "nefastas", según Álvaro Ortego, empresario de Navaleno que se dedica a la compraventa legal de productos silvestres como hongos y níscalos.

Aunque por ahora está siendo un tanto "irregular". Por ejemplo, el sábado apenas recibió 10 kilos y en lo que va de temporada el día que más ha llegado a comprar 600 kilos. "Nada que ver con las cifras de hace unos años cuando los recolectores llegaban a traer hasta 2 toneladas", ha añadido Ortego.

Y eso a pesar de que, actualmente, está pagando 6 euros el kilo de boletus de primera categoría -1 euro el de segunda- y 5 euros el kilo de níscalo. "De robellón hoy ha sido el día que más nos han vendido, parece que empieza a salir", ha señalado.

Irregular arranque de la temporada micológica en Navaleno

Para este empresario, que realiza esta actividad como un ingreso complementario, el problema radica en que no pueden comprar setas a recolectores con licencia recreativa, que representan el 89% de los permisos que se expiden en cotos como el de Montes de Soria al que pertenece Navaleno. Por tanto, la cantidad de producto queda muy limitada.

Inicio de la trazabilidad

Irregular arranque de la temporada micológica en Navaleno

Todos los recolectores que acuden hasta su nave deben llevar y presentar el permiso comercial, así como su DNI. Con todos sus datos, Ortego cumplimenta un albarán del que entrega una copia a quien le vende las setas, al que paga en efectivo. Al finalizar la jornada, toda la mercancía sale de Navaleno porque este empresario es a su vez proveedor de otra empresa que suministra productos silvestres para su venta al por menor en supermercados. 

En la provincia de Soria existen por ahora cinco zonas acotadas y hasta cuatro permisos distintos para la recolección que, en ocasiones, y unido a la falta de señalización, aboca a muchos recolectores a la infracción. No es el caso de Toño Peña, un setero de Navaleno que ha comentado que "nunca me he encontrado con un guardia que me haya pedido el permiso". Aunque lo cierto es que, en lo que va de campaña, la Junta ha interpuesto 33 denuncias y ha decomisado 2.500 kilos de setas, llegando a inmovilizar hasta cuatro vehículos que portaban grandes cantidades de hongos y níscalos sin registrar.

Las cuadrillas organizadas de personas llegadas desde Rumanía que se dedican a recoger setas en entornos como el de Pinares no pasan desapercibidas para sus vecinos. Daniel Moral, de San Leornardo, ha lamentado el daño que supuestamente causan en el medio natural. Aunque lo cierto es detrás de ellos hay compradores pirata de la propia provincia que se aprovechan para hacer negocio