Encuentros que cambian vidas

S.Almoguera
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Eduardo Lallana homenajea y preserva del olvido en unlibro lleno de detalles su amistad con Pedro Casaldáliga y el trabajo conjunto a través de la ONG Tierra Sin Males

Encuentros que cambian vidas - Foto: LAURA GUERRERO

«Hay encuentros con personas que transforman vidas». En el caso de Eduardo Lallana, uno de ellos tuvo lugar en julio de 1999, cuando conoció a Pedro Casaldáliga. De este primer contacto nació no sólo una profunda amistad, también una asociación, Tierra Sin Males, creada en el año 2000, que unió Soria con el trabajo que el llamado obispo de los pobres realizaba en las comunidades indígenas del Mato Grosso brasileño. Dos años después del fallecimiento de Casaldáliga, que presidió honoríficamente Tierras sin Males, Eduardo Lallana ha recopilado en un libro los momentos que compartió con el obispo brasileño, sus enseñanzas y su intensa labor social bajo el título Encuentros con Pedro Casaldáliga. Místico, profeta, modelo de humanidad. 

La obra es un homenaje, «evidentemente», insiste Lallana, pero también un intento de ganar la batalla a la desmemoria. «En la cabeza se olvidan las cosas y me parecía importante recoger» su ingente legado de «sabiduría, de solidaridad y de humanismo», asegura. Y, por supuesto, añade, hacer una retrospectiva del nacimiento de Tierra sin Males en la que Casaldáliga fue una figura tan decisiva. De la entidad nacieron proyectos de cooperación y de mejora de las condiciones de nutrición de mujeres gestantes y niños. «Se consiguió reducir el índice de mortalidad infantil y de las mujeres», destaca Lallana. Cartas y documentos que aportan infinidad de detalles jalonan los capítulos del libro. «Tengo la manía de guardar cosas», comenta Lallana con sentido del humor, por lo que no ha sido complicado recuperar el material necesario para esta publicación. 

De una figura como la de Pedro Casaldáliga destaca especialmente su «lucidez mental» y, sobre todo, «su coherencia», la misma que le hizo vivir en idénticas condiciones de pobreza que la gente de la zona y la que incluso hizo enfadarse cuando un año su equipo le regaló por su cumpleaños un frigorífico, todo un lujo en una región tan pobre como la de Sao Félix de Araguaia. En  tiempos como los actuales tan necesitados de referentes, corrobora Lallana, Casaldáliga fue «un modelo de humanismo», pero también una sublime voz poética «jugando con las palabras» que no ha hallado aún el reconocimiento merecido. Antonio Machado era uno de sus autores favoritos y, parafraseando uno de sus versos, se enorgullecía de esa «Soria fría», pero de «caliente corazón solidario» que, aunque no conoció, sí sintió siempre muy cercana. 

Encuentros con Pedro Casaldáliga aspira a ser testimonio, pero también una inspiración para la lucha social.