Rubén Valdenebro, rey de la Subida al Castillo

S. Recio
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El soriano ha conseguido tres victorias consecutivas en la mítica prueba

Rubén Valdenebro, rey de la Subida al Castillo

La tradicional Subida al Castillo de Soria cuenta desde hace tres ediciones con un claro dominador. Corre en casa y se ha mostrado intratable en un recorrido de 1,7 kilómetros con un desnivel de entre el 12 y el 15%, que hace las delicias del espectador. Rubén Valdenebro es el soriano que ahora parece imbatible. «El único secreto es correr mucho», asegura con una sonrisa.

El recorrido no da lugar al error. «El mínimo fallo prácticamente te deja sin opciones», analiza el soriano. «Es una subida muy corta que es muy fácil de aprender y eso te da cierta ventaja», reconoce el piloto. «No podría hacerla con los ojos cerrados, pero tengo todas las curvas en la cabeza, la visualizo con relativa facilidad», comenta con sinceridad.

A sus 45 años, Rubén Valdenebro toca el cielo soriano en uno de sus puntos más altos con su mejor tiempo, un minuto y 26 segundos. Lo hace con su nuevo coche, un Ford Fiesta MK7 que sustituye a su anterior modelo de 1984 y con la ilusión de seguir progresando en un deporte que practica por afición y que cuenta con un alto coste en su día a día.

Rubén Valdenebro, rey de la Subida al CastilloRubén Valdenebro, rey de la Subida al CastilloOrigen. Rubén Valdenebro procede de una familia que siempre ha estado vinculada al motor. «A mi padre ya le gustaban los coches, después empezó mi hermano y yo fui detrás de él», recuerda el soriano. «En cuanto tuve los 18 años me saqué el carnet y competía en los slalom», explica. Esta especialidad se basa en recorridos cortos en los que todo se decide en poco más de un minuto.

Valdenebro siempre se ha dedicado a esa disciplina. «He corrido en varios circuitos lejos de la comunidad, pero donde he ganado de forma habitual ha sido en los Campeonatos de Castilla y León», comenta el piloto.

El slalom aporta «adrenalina, velocidad y devoción», tres palabras que van unidas a lo que siente Rubén Valdenebro por el motor. «Me encanta sentir todo eso al volante, lo hago solo, pero también de copiloto con mi hermano», manifiesta. Habla de David. «Con él estoy en los rallys, en pruebas en diferentes comunidades en los que se exige un poco más», analiza. «Siempre hemos hecho todo juntos con el coche que compartimos, son muchas horas», aclara. 

Objetivos. En 2019, los Valdenebro  cambiaron su antiguo Ford Fiesta MK2 al MK7, un modelo que se utiliza en el Campeonato de España de Rallyes. Esto supuso una nueva manera de ver las cosas para Rubén Valdenebro. «Estamos hablando de un coche que nos da un salto de nivel», comenta. «Si miras a la Subida al Castillo, he conseguido bajar tres segundos mi mejor marca con el anterior modelo», explica. Ahora la exigencia que se impone, tanto él como su hermano, aumenta.

A pesar de todo tienen que tener muy claro dónde quieren competir. «Esto es muy caro», lamenta el piloto. «Mucha gente no se puede imaginar lo que supone el coste solo en neumáticos, y eso si tienes suerte y no sufres ninguna avería», advierte Valdenebro. «Cuando empezamos una temporada miramos el calendario y decidimos dónde queremos competir», cuenta.

Por ahora se muestra ilusionado con el nuevo vehículo, será más competitivo, más veloz, y solo espera seguir disfrutando del ruido del motor, su pasión. Si gana por cuarta vez la Subida