Las lluvias alientan la fructificación en los montes sorianos

A.P.L.
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Las parcelas de seguimiento de Cesefor y la Junta de Castilla y León reflejan la evolución y las previsiones de la temporada micológica en clave de futuro

Las lluvias alientan la fructificación en los montes sorianos - Foto: E.G.M

Las lluvias de este fin de semana propiciarán la fructificación de las especies micológicas de otoño y dispararán la venta de permisos en el parque micológico Montes de Soria (... en una semana) y acotados como Pinares de Urbión (principalmente, ya que hay 18). Mientras, la Fundación Cesefor sigue trabajando en la toma de datos junto a la Junta de Castilla yLeón en las parcelas de seguimiento para ofrecer información actualizada a los recolectores y en visor.mikogest.net ya se pueden ver zonas de la provincia con nivel óptimo y adecuado (aunque también marginal) de fructificación. La campaña no se da por perdida por la sequía, ni mucho menos, aunque la meteorología de estas semanas es determinante.

Cesefor realiza inventarios todo el año en varios dispositivos y recabar miles de datos que sirven para la actual campaña y para las predicciones de futuro, pensando en el cambio climático.Se empieza con el marzuelo en febrero con itinerarios en distintas zonas productoras y se continúa en primavera con varias especies en parcelas e itinerarios (con boletus pinophilus). Para la toma de muestras en parcelas que no son en puntos concretos se apoyan en aplicaciones del programa 'Mycogest', en funcionamiento desde hace dos años. Una de ellas es 'Smartbasket', abierta para todos los recolectores y que sirve a los profesionales para hacer inventarios de distintas especies.

El otoño es el periodo más fuerte para hacer inventarios y en Soria hay numerosas parcelas en distintos hábitats y con diferentes especies: 18 en pino silvestre(con boletus edulis y lactarius deliciosus o níscalos), 18 en pinus pinaster (con lactarius deliciosus) y ocho de quercus pyrenaica o rebollo, las más recientes y con especies más tempranas que se dan en septiembre y octubre (con buena temperatura), como boletus aerius, boletus reticulatus, amanita caesaria y cantharellus cibarius. «Se incluyeron porque es un espacio que no se había inventariado y tiene un potencial micológico tremendo. Además, los recolectores cada vez van a más sitios y buscan otras especies más allá del hongo y el níscalo», explica José Miguel Altelarrea, técnico de proyectos de Micología y Truficultura de Cesefor. Todas las zonas se estudian semanalmente desde el 1 de septiembre al 15 de diciembre y éstas últimas también en primavera.

En las parcelas se recolecta todo, se lleva a gabinete (laboratorio), se identifican y separan por especies y se toman datos (número de ejemplares, peso, madurez, interés gastronómico, grado de parasitación...). «Todo esto entra en una base de datos y nos arroja resultados de la campaña en cuanto a producciones, fenología, picos, fechas... Con estos datos, Cesefor elabora partes que traslada a los recolectores (correo electrónico y en la propia web de Micocyl). En los mismos, se concretan los hábitats (pinares de alta montaña, robledales de llanura...), pero son dar ubicaciones concretas para evitar problemas de masificación. Además, estas bases de datos (algunas de 28 años) sirven para elaborar estudios de cambio climático, evolución de especies... 

El estudio predictivo, otro apartado de 'Mikogest' que se está afinando, es de gran interés e incluye información del medio físico de las especies, meteorología y fructificación. Está claro que el cambio climático influye en la producción de especies y la idea es anticiparse, insiste el técnico.

campañas anteriores. Son muchos los datos que se pueden analizar desde los gráficos elaborados por los técnicos en la Fundación Cesefor, de cada especie y de cada hábitat en la provincia. Destaca el histórico de producción anual de boletus edulis, que refleja que los picos de máxima producción fueron en las campañas de 2014 (103 kilos por hectárea), 1998 (80) y 2012 (77); y los peores datos corresponden a 2005 y 2006 (0 y 0,43 kilos por hectárea), 2004 (dos), 2007 (tres) y 2021 (cinco).En cuanto al níscalo o lactarius deliciosus, también el pico en esta especie correspondió de lejos a 2014, con 80 kilos, seguido de los años 2012 (30) y 2006 (25).  

También es de gran interés la fenología de todas las especies, según los datos de 2020, que indica que la semana de mayor producción es la 45 (primera de noviembre), seguida de la 44 (última de octubre) y la 46 (segunda de noviembre), por lo que aún es pronto para una previsión seria de la campaña. En el caso del boletus edulis serían las semanas 42 y 43 (segunda y tercera de octubre) y en el caso de los níscalos la 46 (segunda de noviembre), siempre según los datos recogidos por Cesefor.