Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Las advertencias de Feijóo

11/01/2023

Con la llegada del año nuevo que preludia una intensa campaña electoral permanente hasta la celebración de las elecciones generales es el momento de prestar la máxima atención a todas y cada una de las declaraciones y actuaciones del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que muestra una doble faz, la de la teórica moderación de sus palabras dirigidas a proyectar un futuro nacional en el que el respeto y el fortalecimiento de las instituciones será su eje central y la de aquellas dirigidas a la política  del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las que le presenta como el destructor de la Transición.  

Aunque suele decirse que uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras, los políticos tienen la memoria muy frágil y les importa muy poco que la hemeroteca les desmienta cada cierto tiempo, o les ponga ante el espejo de la impostura. Esa es una de las críticas fundamentales que se realiza a Pedro Sánchez, su gobierno Frankenstein y las cesiones a los independentistas. Para Feijóo Sánchez es solo "un subordinado útil a sus socios".  No habría nada mejor que pasado un tiempo no haya que recordarle al político gallego esta frase. El líder del PP tiene la voluntad declarada de ganar las elecciones y de gobernar sin la inclusión en su Ejecutivo de miembros del partido ultraderechista Vox, del que ya sabe dos cosas: que es capaz de dejar sin presupuestos a los gobiernos que apoya desde fuera, y que donde gobiernan en coalición no dejan de causar problemas por sus declaraciones y actitudes.  

En ese sentido es de esperar que no haya que recordarle las declaraciones de ayer en el Foro ABC, que sería necesario que explicara con mayor claridad, que diga a qué se refiere cuando advierte de que se pretende "tomar revancha mediante la erosión calculada del andamiaje institucional de lodo lo que fue derrotado en la Transición" –se supone que sobre todo fue el franquismo- y que "el cuestionamiento pertinaz de las instituciones que equilibran los poderes es uno de los rasgos inherentes del populismo, también la confección de un pasado a medida. Todo ello para retornar al pasado". Un pasado que no puede ser el de la Segunda República, cuando los socialistas han sido los garantes de la Corona en los últimos cuarenta años y sobre todos desde 2014, o cuando pretenden cerrar una herida aún abierta con las víctimas del franquismo y la dictadura. Por el contrario, tendrá que tener cuidado para que sus hipotéticos socios no le hagan a él retornar a un pasado más cercano, el del franquismo sociológico y político que defienden desde Vox.  

Porque a cuenta de la erosión del andamiaje institucional, alguna autocrítica tendría que hacer el líder de la oposición, al haber quedado con su moderación al aire en la renovación del CGPJ o con sus maniobras sobre el Tribunal Constitucional y el delicado asunto de la limitación de la capacidad legislativa del Parlamento.  

Si hace unos meses desde el Partido Popular se alertaba ante el apocalipsis económico que estaba a punto de sobrevenir, ahora Feijóo llama la atención sobre el apocalipsis político que se avecina ante la "multitud de indicios razonables" que acreditan que se pretende "alterar sustancialmente las bases de la convivencia democrática que se plasman en la Constitución de 1978". El líder del PP no debe quedarse solo en la advertencia sino realizar su enumeración.