De fracasos, debacles y catástrofes

Diego Izco (SPC)
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LaLiga, inferior en esta primera fase a la Bundesliga, se queda sin tres candidatos de golpe. A los interesados les toca elegir qué 'sinónimo' aplicarse para justificar una eliminación tremendamente dañina

El delantero del PSG alza los dos brazos tras marcar uno de las siete dianas contra el Maccabi. - Foto: AFP7 vía Europa Press

El juego no es como las noches electorales en las que todos ganan. Aunque a veces veamos vencedores morales, en el fondo hay un perdedor. España se ha chocado de bruces contra la Bundesliga. No era la Premier, ni siquiera esa Serie A contra la que hemos luchado tanto históricamente o esa Ligue 1 trufada de decatletas que te hacen una carrera 'box to box' en el minuto 92 por el placer de buscar un balón imposible. Quitando que el Leipzig le ganó al Real Madrid (algo que solo adorna la 'receta', porque los merengues están en octavos), el Sevilla no ha podido disputarle al Dortmund la segunda plaza, el Bayern se ha 'merendado' al Barça y el Bayer Leverkusen puso la puntilla al Atlético en el Metropolitano. 
Las tres eliminaciones ridiculizan el rendimiento de la Liga española en el máximo nivel. En cinco jornadas, acumulamos seis victorias -solo una de ellas fuera de casa-, seis empates y ocho derrotas. Los alemanes, por ejemplo, se van hasta los 13 triunfos (cuatro empates y ocho derrotas); los equipos ingleses, 11 triunfos (cinco y tres); y los italianos, otros 11 (dos y siete). 
Probablemente tengamos un problema de base. De puro fútbol. De haber alimentado durante mucho tiempo un estilo y haber desdeñado otros: en tres de cada cuatro partidos entre un conjunto nacional y uno extranjero, los rivales vuelan sobre el césped. Parecen más fuertes, más ágiles y más rápidos… y solo la técnica nos salva la papeleta. Ahora escucharán lo de «ha llegado la hora del cambio». Sí, pero ya vamos tarde. 

Las excusas

Es el día de los 'aparentes sinónimos'. La debacle, el fiasco y el fracaso, la hecatombe, la decepción, la catástrofe, el cataclismo… Habría que establecer niveles, claro, para saber en qué escala de cero a 10 definimos la eliminación de nuestros tres representantes. Y, contrariamente a lo que se escucha (las caídas de Barça o Madrid hacen mucho más ruido), es mucho más grave la del Atlético que la del Barça. Porque, al fin y al cabo, esto es deporte y los azulgranas tuvieron un sorteo horrible (Bayern e Inter) y un par de decisiones arbitrales cuestionables; y los rojiblancos, un sorteo muy amable de entrada… Ninguno de los dos supo ser grande, y hoy andan buscando en qué escala («No sé si fracaso o desilusión», «hombre, tanto como catástrofe...», etcétera) colocan el 'petardazo' de haber quedado fuera de la Champions en la quinta jornada de la primera fase. 

Relajación

Sobre lo que le sucedió al Real Madrid en Leipzig no hay mucho más análisis del que merece un duelo entre un equipo con la tarea casi terminada y otro con casi todo por hacer. En la máxima competición están campeones y subcampeones y potencias de grandes Ligas, y una noche de relajación se puede pagar cara. No hay nada que explicar a un equipo que colecciona Copas de Europa: es como si él mismo se diese una señal de alerta en primera ronda, cuando todavía no hace daño.   

Vertiginosos

De los que no son 'sospechosos habituales', merece la pena mirar hacia Lisboa, donde el Benfica es pura electricidad. Un estilo futbolístico vertiginoso que se va a jugar el primer puesto con el Paris Saint-Germain a base de goles: la noche en que Messi, Neymar y Mbappé le hacían siete al Maccabi, ellos le hacían cuatro a la Juventus. Si hay que buscar un 'tapado', los de Schmidt pintan bien.