Hace más de dos décadas que se constató la presencia de almeja asiática en el Duero. En el Manual de las Especies Exóticas Invasoras de los Ríos y Riberas de la Cuenca Hidrográfica del Duero, publicado en 2011, figura como uno de los 'habitantes' con presencia en las aguas sorianas. Sin embargo, este verano, el bajo nivel que presenta el embalse de la Cuerda del Pozo (120,879 hectómetros cúbicos, el 48,59% de su capacidad, en la última semana) hace más visible este bivalvo hermafrodita originario de Extremo Oriente que surca, entre otros espacios, las orillas de la Playa Pita.
Desde la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) aseguran que, a día de hoy, la almeja asiática se localiza prácticamente en todo el río Duero y que está «muy extendida». Por ello, a lo largo de 2023 está previsto realizar una actualización del citado manual para conocer con «mayor precisión» su localización, así como del resto de especies invasoras e incluir otras nuevas no detectadas con anterioridad.
Así, tal y como aparece en la publicación de hace una década, las valvas de la almeja asiática son de consistencia dura y presentan una coloración en tonos marrones, verdosos o verde-amarillentos, con claras estrías de crecimiento y un patrón de coloración en rayas concéntricas. La capa más externa de la concha es de color dorado verdoso, a veces casi negro. El interior es azul con el borde violeta. Llega a medir cinco centímetros, aunque las más abundantes son de tres, y viven hasta siete años. Es una especie «poco activa», que permanece semienterrada en el sustrato filtrando el agua para nutrirse de algas, microplacton y detritos. Tiene dos ciclos de reproducción al año, uno entre la primavera y el verano, y otro a finales de la estación estival y comienzos del otoño.
Su introducción en las aguas del Duero fue accidental (agua de lastre de embarcaciones trasoceánicas, fines gastronómicos, etcétera) y la primera referencia en la Cuenca del Duero se remonta a 1999 en el Canal de Guma (Burgos).
IMPACTO. Entre las consecuencias de la invasión de almeja asiática, cabe destacar que provoca costes económicos ya que puede producir obstrucciones en los sistemas de riego, en las captaciones y conducciones de agua de industrias y plantas energéticas, en tuberías de agua potable... Y las mortandades estacionales por la sequía y la disminución de oxígeno, como puede ocurrir este verano, provocan la contaminación del agua. Además, compite con otros bilvalvos autóctonos, por lo que altera la diversidad y abundancia de la microfauna y la flora bentónica.
Además, el nivel de dificultad de control poblacional es medio en pequeñas infestaciones confinadas, pero alto en invasiones amplias en espacios no confinados.
otras. Igualmente, existen otras especies invasoras en la Cuenca del Duero a su paso por Soria que son tan conocidas, incluso más, como la almeja asiática. Es el caso del cangrejo señal, que destaca en el manual de la CHD, un crustáceo originario de América del Norte. Su introducción en los ríos españoles se produjo entre 1974 y 1975 en dos astacifactorías ubicadas en Aoria (río Ucero) y Guadalajara (río Cifuentes). Desde 1994, con la autorización de la pesca de esta especie que ha desplazado al cangrejo autóctono, las introducciones ilegales por parte de pscadores, junto con la fuga de ejemplares de criadero, han ampliado su extensión.
La lucioperca también se considera especie invasora del Duero. En concreto, fue introducida ilegalmente en aguas ibéricas a través del embalse de la Cuerda del Pozo en los años 90 para pesca deportiva. Su alta especialización en el consumo de peces la convierte en una amenaza para la fauna del lugar.
Por destacar otro tipo de especie invasora, en 2007 se detectó en el río Revinuesa didymo o 'moco de roca', un alga nativa de regiones boreales y alpinas del Norte de América y Europa. En principio, no es tóxica.