Restos óseos de una de las dos inhumaciones infantiles encontradas este año en Los Casares junto con otros huesos de vaca también hallados en la zona serán trasladados a un laboratorio especializado en carbono 14 ubicado en Polonia con el objetivo de seguir arrojando luz sobre el pasado visigodo de esta zona arqueológica. La iniciativa pone el broche final a la campaña de excavaciones de 2022, de nuevo bajo la dirección de Eduardo Alfaro, y se espera que sus resultados contribuyan a mantener a Los Casares, «a corto y medio plazo», como «una referencia» en el estudio de este aún poco estudiado período de la historia de la Península Ibérica. «Se conoce bien la lista de los reyes godos, sus trabajos de orfebrería, sus enterramientos, pero del mundo de los vivos, muy poquito», incide Alfaro. De ahí que sea vital seguir indagando en el modo de vida de esta civilización que llegó con el declive del Imperio Romano y que antecedió al período de conquista musulmana iniciado en el año 711. Junto a los restos óseos, también se estudiarán con pruebas analíticas especializadas unas muestras metalúrgicas en las que se han observado indicios de un trabajo del metal más allá de la economía de supervivencia unida al hierro con materiales más nobles como el bronce o incluso el oro.

Alfaro confía en que, «aunque tardan su tiempo», las conclusiones de estos análisis de laboratorio puedan estar listas en torno a finales de este año, «a tiempo para incluirlas en el informe» de la campaña estival de excavaciones de este año. 

El equipo de ocho arqueólogos que han colaborado en las excavaciones ha centrado su trabajo en «rematar» la vivienda tardovisigoda que ocupa «el último ciclo del plan quinquenal» de actuación en Los Casares, apunta Alfaro. Aunque, indirectamente, este año se ha conseguido avanzar en completar la cronología anterior al período visigodo de este núcleo poblacional gracias al estudio de los restos de una estructura constructiva, aproximadamente, dos siglos más antigua, aparecida bajo dicho inmueble. «Nos han aparecido en la esquina de la vivienda piezas de moler y cerámicas romanas del bajo imperio», explica el director del yacimiento. La importancia del hallazgo reside, no obstante, en que prueba que Los Casares fue una localidad permanentemente habitada desde la época celtíbera con fases más o menos esplendorosas. Aunque ha supuesto un 'pequeño' desvío temporal en las investigaciones centradas en el período tardovisigodo del yacimiento, estos trabajos han permitido corroborar que «parece que no hay ruptura cronológica hasta la época altomedieval», insiste Eduardo Alfaro. «Pudo haber momentos álgidos, como la época celtíbera o la romana, pero siempre estuvo habitado», apunta el director de las excavaciones. 

vuelta a lo visigodo. Aunque el equipo arqueológico se ha quedado con ganas de «zanjar» esta parte romana bajo imperial, el objetivo es centrarse en la fase visigoda, donde los hallazgos encontrados en anteriores campañas son altamente significativos. En este sentido, Eduardo Alfaro destaca el auge que la arqueología visigoda está alcanzando actualmente y, en este sentido, la importancia que está cobrando el Yacimiento de Los Casares. Claramente, insiste, lo visigodo está de moda dentro de la arqueología. Quizá, recalca, porque era «una época muy poca conocida» y es, además, «muy atractiva». 

A este respecto, el yacimiento soriano está aportando información muy valiosa sobre la estratificación social y cómo se plasmaba ésta en torno a aspectos de la vida cotidiana como las viviendas o los enterramientos. «Es un yacimiento muy rico», asegura Alfaro, que destaca que esta área arqueológica se ha convertido en una referencia no sólo a nivel provincial, sino incluso también regional.

La fase visigoda tiene en Los Casares ejemplos del mundo ganadero y  «de rango de carácter militar», detalla Alfaro. Incluso se han hallado indicios de un «tercer estamento social en una inhumación múltiple que apareció en 2018: una mujer de entre 30 y 50 años entrelazada a un feto que quizá puedieran ser esclavos», continúa. El tema aún tiene que analizarse exhaustivamente porque otra de las teorías que se barajan es que este enterramiento, algo descuidado, pueda corresponderse con los efectos de una antigua epidemia. 

La campaña estival de excavaciones ha permitido seguir avanzando ne el capítulo de las inhumaciones con la aparición de dos nuevas tumbas infantiles que se unen a las otras cuatro que ya se habían encontrado en campañas anteriores. Dos de ellas, localizadas bajo las propias estancias habitadas de una casa, como en los ritos prerromanos «al calor del hogar». 

apuesta «firme». La campaña arqueológica de este año ha contado con un presupuesto de 12.000 euros a los que se le han sumado de forma adicional desde el Servicio Territorial de Cultura en la provincia un extra de  alrededor de 4.000 euros para poder sufragar el importe de los análisis del carbono 14 y de las muestras metalúrgicas, así como otras pruebas fotométricas. 

Desde que comenzaron las excavaciones en el año 2007, el Yacimiento de Los Casares dispone del apoyo de la Junta de Castilla y León. «Hace tiempo que contamos con un presupuesto modesto, pero firme, dando pasos firmes, aunque sin gigantismos», asegura el director de las excavaciones. Aún así, indica, la arqueología no ha sido ajena este año a la incidencia de la elevada inflación, que se ha hecho especialmente visible en cuestiones como la subida de los gastos de manutención del equipo arqueológico.