La oración también llega vía Zoom

Ana Pilar Latorre
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Unas 30 personas siguen diariamente desde hace dos años la retransmisión de los rezos vespertinos desde la capilla cisterciense

La oración también llega vía Zoom - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Las nuevas tecnologías llegaron con la pandemia a muchos ámbitos y en la comunidad del monasterio cisterciense de Santa María de Huerta lo hicieron para quedarse. De esta manera, cada día a las 18.45 horas retransmiten las vísperas (oraciones de la tarde, mientras que los laudes son por la mañana y las completas por la noche) a través de Zoom para los fieles que no puedan seguirlas de manera presencial en la capilla. «Se hace así desde marzo de 2020, hace dos años. Solo con las vísperas o algún acto especial, como alguna ordenación que hemos tenido», explica el abad del monasterio, Isidoro Anguita. 

«La idea surgió en el confinamiento, como la gente estaba encerrada no podía asistir» y eran momentos difíciles en los que la oración se veía más necesaria que nunca. Así que desde la Fraternidad de Laicos Cistercienses de Huerta se sugirió al abad y la comunidad dio el visto bueno, iniciándose las retransmisiones de las vísperas. «Hicimos pruebas y al principio teníamos métodos más precarios, pero después se mejoró y hasta ahora» añade el abad, destacando que se conectan unas 30 personas de media e incluso algunos días 50 desde muy diversos lugares y tanto con ordenadores como con móviles. Además, en la web del monasterio se ponen a disposición los textos para que puedan colocarlos en las propias pantallas o imprimirlos y participar en los cánticos. Según comenta el abad, la estructura de las vísperas es: himno, salmos, cántico, lectura bíblica, Magnificat, preces, Padre Nuestro y confesión. «Las nuevas tecnologías permiten poner en contacto a los fieles, que antes pueden hablar entre ellos y comentar», añade Isidoro Anguita. «La parte positiva de la pandemia, si puede decirse así, es que se han abierto nuevos campos y se da la posibilidad de participar en las celebraciones religiosas a pesar de la distancia», comenta.

El abad no quiere poner el foco mediático en esta retransmisión, que «ya se hace en muchas parroquias»; e incluso se han recibido ataques de hackers para ocupar todas las plazas, por lo que han tenido que extremar las medidas de seguridad. La comunidad y el monasterio reciben cada semana a medios de comunicación interesados en su modo de vida, pero reconoce que están algo cansados, ya que para ellos el retiro monacal es algo «más personal e íntimo» para el que necesitan tranquilidad, «no puede considerarse un espectáculo». En la comunidad hay 20 religiosos pero en el monasterio se encuentran 14, porque algunos son ayudantes de capellanía o viajan al monasterio de Toledo.

iniciativa. Enrique Cattaneo, coordinador de la Fraternidad Laica Cisterciense de Huerta, recuerda que la retransmisión por Zoom comenzó a hacerse al inicio de la pandemia, cuando no se podía asistir físicamente al monasterio de Santa María de Huerta, «con el que tenemos una relación muy grande». «Después se nos ocurrió hacer la participación en los rezos por vía Zoom. Lo que empezó relacionado a la pandemia se ha quedado con un valor estable y con carácter fijo», ahora se puede asistir a los rezos pero la comunidad les sigue prestando el servicio de retransmisión todos los días del año.

Puede conectarse y participar en el rezo cualquiera, sean de la fraternidad o no, laicos o religiosos. «Es una actividad de la fraternidad e iniciada a su amparo, pero abierta a cualquier persona que les venga bien conectarse y participar en el rezo de vísperas», indica. En su caso, se encuentra en Madrid y desde allí se une cada tarde a las vísperas. «Nos conectamos desde muchos sitios distintos, como Soria, Madrid, Barcelona, Alicante, Valencia, Ciudad Real,Andalucía... «Esa es la ventaja que tiene el Zoom, que nos permite a todos desde donde estemos conectarnos con el monasterio», recalca Enrique Cattaneo.

La fraternidad surgió hace 25 años y se reúne cada trimestre en el monasterio donde se organizan charlas de formación y «una participación más intensa en la liturgia», como grupos de trabajo en torno a temas de actualidad religiosa. Actualmente son unos 50 miembros, todos ellos laicos y las incorporaciones de gente joven (desde los 50 años) van más despacio y son menos de lo que quisieran. «El número se mantiene estable cada año, a pesar de que hay bajas por edad», comenta el coordinador.

participación. Cada miembro de la fraternidad realiza esta participación «más de manera individual», aunque sí que hay algún caso en que se hace conjuntamente un matrimonio o una familia. «Al Zoom te acabas acostumbrando a que es relativamente parecido estar allí» y los textos están colgados en la web del monasterio y se pueden poner fácilmente en la pantalla del ordenador junto a la imagen de la capilla con los monjes para escuchar los rezos. «Al principio choca y poco pero al final te trasladas con facilidad a aquel ambiente que, por otra parte, conoces muy bien. Nosotros conocemos el ambiente, a todas las personas, a todos los monjes... A través de la ventanita del ordenador nos es bastante fácil involucrarnos con el rezo. Es casi como si estuviéramos allí», añade Enrique Cattaneo. 

En su caso, antes de la pandemia acudía a las vísperas cuando hacía estancias en el monasterio de unos dos o tres días en las que asisten a todos los rezos en el monasterio. Su relación con la fraternidad comenzó «con una visita turística al monasterio», ya que tuvo conocimiento de la existencia de la misma y se interesó. «Pensé que podría ser bueno para mí y ahí me enganché hace 15 años», recuerda.

De esta manera, las nuevas tecnologías irrumpen también en el ámbito religioso y, a iniciativa de la fraternidad cisterciense de laicos ligada al monasterio de Santa María Huerta, pueden seguirse todavía hoy en día las vísperas a través del programa de Zoom.