La SD Almazán vivía la pasada temporada todo lo bueno y malo que puede dar el deporte de competición. Un año maravilloso que culminaba el playoff de ascenso a Segunda Federación, unas semanas mágicas de preparativos en La Arboleda y un ilusionante sueño que se veía truncado a las primeras de cambio por el Tordesillas. Muchos pensaban que esa derrota supondría un cambio de ciclo, pero este grupo no ha dicho su última palabra.
Los preparativos de la nueva temporada dejaban claro lo que este grupo de jugadores pensaba. «Queremos tener otra oportunidad», afirma Jesús Sánchez, capitán y voz autorizada del club. «Parecía que acababa un ciclo, pero vamos a intentarlo otra vez», reconoce Diego Rojas, el entrenador que ha aumentado el nivel de un grupo de jugadores que se mantiene en prácticamente su totalidad. 20 siguen, dos llegan, y el conjunto adnamantino cuenta con la motivación necesaria y la sed de venganza adecuada para volver a pelear por una nueva fase de ascenso.
Esencia. Una pancarta recuerda en la mismo terreno de juego de La Arboleda que el Almazán estuvo a punto de conseguir la gesta de ascender a Segunda Federación. Es tan espectacular como cruel. «Queremos sacarnos esa 'espinita'», comenta Diego Rojas. Para ello, una de sus primeras misiones en la preparación ha sido recordar las señas de identidad del equipo. «En el momento en que te creas algo, vas a hacer las cosas peor», advierte.
Esa situación llevó al técnico burgalés a dejar las cosas claras prácticamente desde el primer día. «Notaba que alguno sacaba mucho el pecho", recuerda con una sonrisa. «Ser segundos la pasada campaña no garantiza nada», analiza. «Si olvidamos lo que somos, no podremos conseguir los objetivos», alerta el entrenador.
La plantilla es la misma. «Todo es mucho más sencillo así», manifiesta Rojas. «Pero el trabajo aquí es diario, siempre se puede mejorar, siempre se pueden cambiar cosas y si queremos ser competitivos, no nos podemos acostumbrar a hacer siempre lo mismo», detalla con mucha convicción. Diego Rojas es consciente de que los equipos ya conocen al Almazán y que deben siempre buscar nuevas soluciones para estar en la parte alta de un grupo muy competitivo en Tercera Federación.
Orgullo. Es inevitable que los jugadores comenten cada cierto tiempo lo que dolió no ganar en el playoff de La Arboleda. «Tienes todavía ese mal sabor de boca", lamenta Jesús Sánchez. El portador del brazalete adnamantino recuerda que «solo se perdió ese partido en casa en toda la temporada», un resultado muy cruel para «una espectacular temporada».
Es complicado encontrar una plantilla que sienta el escudo como lo hace este grupo. «No nos vamos a relajar, se ve en cada entrenamiento», relata el capitán. «A pesar de todos estos años podemos seguir creciendo, hay hambre y podemos volver de nuevo a disputar el ascenso», advierte Sánchez.
Almazán busca su segunda oportunidad, trabaja más que nunca para optar a todo y solo esperan que la llamada justicia deportiva haga su función para completar un sueño que se convirtió por una horas en pesadilla. Ahora han vuelto a abrir los ojos, es el momento de iniciar una nueva partida.