Once sensores cogen el pulso al deterioro de San Saturio

A.I.P.
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Miden temperatura, humedad y luminosidad en la ermita

Once sensores cogen el pulso a San Saturio - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Once sensores de monitorización miden desde el pasado mes de noviembre la temperatura y la humedad en la ermita de San Saturio. En concreto, tal y como detallan desde el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León de Simancas (Valladolid) de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta, se instaló un equipamiento con seis sensores que miden la temperatura y humedad relativa en superficie en la capilla y sacristía, y otros tres que controlan los mismos parámetros en ambiente; además, hay sensor que registra la luminosidad; uno sobre corrientes; y una estación meteorológica que mide temperatura, humedad relativa, dirección y velocidad del viento, cantidad y duración de la lluvia, presión barométrica y solar en el exterior.

Cabe recordar que, a finales de octubre, la Junta adjudicó los trabajos de monitorización para la obtención de datos medioambientales de la ermita de San Saturio a la empresa M2Sensores, por un importe de 17.456 euros. Poco antes, también se llevó a cabo el mismo procedimiento para el estudio de los paramentos del templo, en este caso por 18.016 euros, al restaurador de bienes culturales Pablo Luis Yagüe Hoyan. Y la Dirección General de Patrimonio Cultural también encargó, por 3.194 euros, el estudio de iluminación de las pinturas a la empresa Lámparas Rogo SL, una tarea indispensable para plantear su restauración.

Las mismas fuentes describen que la temperatura, la humedad, la radiación lumínica y la contaminación ambiental, solas o en conjunción, pueden suponer un «factor de deterioro» en los bienes culturales cuando se registran valores que se consideran perjudiciales. «En el caso de la ermita de San Saturio pueden afectar a la correcta conservación de las pinturas murales  [capilla], pudiendo verse dañadas por la presencia de sales en superficies pictóricas que pueden provocar la pérdida o disgregación de las mimas, además de desprendimientos de morteros y enlucidos», matizan desde el Centro de Conservación y Restauración de Bienes.

Los sensores son de pequeño tamaño y se han instalado de forma discreta en las zonas en las que era preciso realizar las mediciones después de haber llevado a cabo un estudio organoléptico (análisis preliminar) completo del inmueble y no afectan ni a las pinturas murales ni a la contemplación en su conjunto.

registro. Estos dispositivos, señalan desde el centro, funcionan con baterías y miden los parámetros con una frecuencia preconfigurada, envían los datos a una dispositivo coordinador del servidor local y se almacenan en una base de datos a la que acceden desde el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.

«El estudio, análisis, seguimiento y monitorización del inmueble, con el registro de datos y su pertinente interpretación, supone una actuación de conservación preventiva de vital importancia, que ayuda a corregir y evitar factores de deterioro, así como a la determinación de criterios de restauración de las pinturas y demás bienes conservados en la ermita», abundan.

No obstante, este seguimiento, para que sea efectivo y concluyente, debe extenderse en un periodo de tiempo significativo que comprende varios meses en distintas épocas del año, por lo que es recomendable llevarlo a cabo antes, durante y después de los trabajos de restauración.

desde 2019. La Consejería de Cultura y Turismo desarrolla desde finales de 2019, a través del centro de Simancas, una serie de estudios  en la ermita del patrón de Soria para determinar el estado de conservación y los agentes de deterioro que están afectando a las pinturas.

El pasado 29 de julio de 2021, San Saturio fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC), después de más de cuatro décadas de la incoación de su expediente.