'El instante infinito', de Eduardo Oliva, en El Burgo de Osma

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Imágenes que expresan la relación del autor con la naturaleza

'El instante infinito', de Eduardo Oliva, en El Burgo de Osma

El Centro Cultural San Agustín acoge la muestra 'El instante infinito', de Eduardo Oliva y comisariada por Juan Carlos Rodrigo. Puede visitarse hasta el 6 de noviembre de miércoles a domingo de 12 a 14 horas y de 16 a 19 horas.
"El paisaje es el lenguaje que define y construye el mundo" es la definición más aproximada a la obra de Eduardo Oliva quien, a través de su fotografía, ha encontrado un modo de expresión capaz de representar una íntima comunicación que surge entre la naturaleza y el autor.

Las imágenes del artista "son una creación de su mirada, van más allá del estatismo, de la simple captura de un determinado momento... porque buscan retener el movimiento para provocar una explosión estética y sensorial en cada una de ellas". Expectante por conocer nuevos lugares, de las infinitas posibilidades que el mundo, propone "elegir aquellas de las que emergen las emociones". "Capturar la naturaleza, la tierra, el universo desde el prisma del arte. Hacer que aquello que vemos no pase desapercibido, sino que nos obligue a contemplarlo, encontrar belleza en formas insospechadas, en los claro oscuros del tiempo, en la luz. En definitiva, hacer poesía visual", comentan desde la organización.

Eduardo Oliva Ramos cursó estudios en la Escuela de Arte de Soria y, aunque no se dedica a ello profesionalmente, lleva más de una década haciendo fotografía. Ha recibido varios premios a nivel nacional y ha sido finalista en concursos internacionales, como el Certamen 35 Awards 2021. La combinación de sus grandes pasiones: la fotografía, la naturaleza y viajar por el mundo, así como su capacidad artística, le han hecho desarrollar una especial sensibilidad por la fotografía de paisaje y de arquitectura, donde adquiere gran importancia la composición y el control de la luz.

Influenciado por el dibujo, encontró en la fotografía el lienzo donde poder plasmar sus principales inquietudes, el paisaje natural y la arquitectura urbana y en blanco y negro. Respecto a sus trabajos en blanco y negro, muestra imágenes muy personales. La obra de Eduardo Oliva acerca al espectador a un mundo diferente, ajeno a lo cotidiano, donde el contraste entre luces y sombras juega un papel determinante. A través de un lenguaje visual muy marcado, dirige la mirada del espectador hacia ese instante infinito, mediante líneas y formas, utilizando la arquitectura a su favor. En cuanto a su paisaje de naturaleza, pone de manifiesto su atracción y admiración por la misma, tratando de mostrar un paisaje efímero, evocador, inabarcable, un paisaje infinito. En constante aprendizaje, su obra nos propone otra mirada, a través de la cual, invita al espectador a adentrarse en una mágica atmosfera, capturando la enormidad del mundo desde su particular visor