Mucho se viene hablando en los últimos tiempos de la exclusión financiera (qué verbo tan feo, excluir). Se define como 'la incapacidad para acceder a los servicios financieros necesarios de una forma apropiada, ya sea por razones de precio, requisitos de acceso, escasez de oferta, discriminación social o autoexclusión'. Es justo lo que algunos bancos, no todos, promueven desde hace años en territorios despoblados como el soriano. Vivir aquí se hace cada día un poco más difícil. Y lo lamentable es que sea promovido por un sector al que rescatamos todos los españoles con nuestro dinero, también esos pocos que se resisten a abandonar sus pueblos, que pagan impuestos como el resto y tienen sus ahorros en bancos que ahora les privan el derecho de poder actualizar la libreta, sacar efectivo del cajero o cobrar la pensión en ventanilla. Lo peor de todo es que estas decisiones empresariales, que sólo atienden razones puramente económicas, son consentidas desde las instituciones. Sí, desde los parlamentos que legislan hasta los gobiernos que ejecutan. Unos y otros pasan olímpicamente de la realidad que vive la mayor parte del territorio español, olvidando el los beneficios sociales que producen la prestación de servicios básicos en el medio rural.
¿Tan grande es el agujero que puede ocasionar medio puñado de oficinas en las cuentas de un gran banco que obtiene beneficio? Lo fácil es recortar en el eslabón más débil que son los pequeños pueblos. Con estas medidas se les condena un poco más a la desaparición, a la extinción, con el beneplácito de nuestros políticos que son incapaces de hacer bien su trabajo y abordar de una vez el desafío del reto demográfico y la cohesión territorial que va mucho más allá de un ministerio creado de cara a la galería. En España, la Ley de la Comunicación Audiovisual obliga que las grandes cadenas de televisión destinen del 5 al 6% de sus ingresos a financiar la producción europea de películas de cine o series. Sin esta medida probablemente el cine español casi ni existiría.  ¿Por qué no obligar por ley a que los bancos que operan en una provincia o comunidad autónoma tengan abiertas oficinas o cajeros en pequeños municipios? Hay que rescatar el medio rural y de momento muchos lo siguen desconectando, dando más razones para abandonarlo a su suerte, sometiéndolo a una discriminación lamentable que sufren sus paisanos, héroes en peligro de extinción.