El Covid suma 690 muertos en dos años en Soria

Iván Juárez
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Un total de 26.000 contagios. La propia evolución del virus y el aprendizaje en su abordaje han permitido reducir su letalidad

El Covid suma 690 muertos en dos años en Soria - Foto: eugeniogutierrez.com Eugenio Gutiérrez

El primer caso de coronavirus en España se detectó el 31 de enero de 2020. A Soria el virus no llegó -oficialmente- hasta el 12 de marzo de 2020, cuando se confirmó el primer caso. Entonces todavía no lo sabíamos, pero comenzaba así una nueva era que suma ya 24 meses de contagios, muertes, estados de alarma, confinamientos, PCR, antígenos, EPIs, vacunas, mascarillas, crisis económica y social... El SARS-CoV-2 (que provoca la enfermedad de la covid-19) vino  para quedarse...  

Estos días, el calendario se encarga de recordarnos que han pasado ya dos años de la explosión de la mayor crisis sanitaria de los últimos tiempos. Y es tiempo de balances. En este tiempo, la pandemia del coronavirus suma más de 26.000 contagios y 689 muertes en la provincia. Son 'solo' cifras, pero se traducen en que tres de cada diez sorianos se ha contagiado y la covid-19 se ha llevado a casi el 1% de la población de Soria. 

En estos 730 días, cerca de 2.000 personas han precisado un ingreso hospitalario por culpa del virus y se han realizado cerca de 265.000 pruebas diagnósticas, de las que casi el 10% han sido positivas. 

Estos dos años dejan cifras de duelo pero, también, hitos que han marcado el ritmo de esta lucha de batas blancas. En diciembre de 2020 se ponía la primera vacuna contra la covid en nuestro país y comenzaba a verse la luz al final del túnel. Ahora, con más del 90% de la población (más de 78.000 sorianos) con la pauta completa (dos dosis) y más de la mitad (casi 49.000 personas) con la tercera dosis, la curva epidemiológica va ya por la sexta ola y la población se ha acostumbrado -en mayor o menor medida- a convivir con una pandemia que busca 'gripalizarse'. La 'nueva normalidad' pospandemia hace tiempo que se impuso y ahora el objetivo es lograr controlar la pandemia para poner fin a todas las restricciones y, en especial, a la obligación de llevar mascarillas en espacios interiores y a los aislamientos de los positivos, que siguen desencadenando decenas de bajas laborales que lastran a una economía herida por la covid. 

Se atisba el fin en el camino, pero queda parte del trayecto por recorrer, porque todavía se siguen diagnosticando a diario una treintena de positivos que obligan a no bajar la guardia. «Ahora estamos en una situación como de 'luna de miel' porque, a pesar de haberse liberalizado el uso de las mascarillas en exteriores y en los colegios, no se ha notado mucho en la incidencia», felicita la coordinadora de Medicina Interna, Marta León. 

Soria ha conseguido salir del riesgo extremo (y bajar de una incidencia de 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días) pero eso no debe «hacer pensar que esto ya no está aquí», avisa la internista, que recuerda que «siguen cayendo olas y olas, y no podemos olvidar que en cada ola sigue habiendo víctimas (haya más o menos contactos)». Recuerda que ha sido y sigue siendo «la gente vulnerable [principalmente los más mayores] quien más ha sufrido la pandemia», y por ellos insta a «ser prudentes». 

Sobre su servicio -y sobre la UCI- ha recaído el peso de los casos más graves de esta pandemia, por lo que conoce a la perfección cómo se ha comportado el virus y cómo ha sido su evolución. «Al principio, en marzo de 2020, ingresaba todo el mundo. Veíamos que los obesos y los diabéticos tenían cuadros más graves, pero había gente de cualquier edad.En la tercera y cuarta ola, hubo gente de mediana edad, gente joven [porque los vulnerables estaban protegidos]. En septiembre de 2021 hubo varios brotes en residencias y los ancianos copaban los ingresos. Y esta sexta ola ha tenido un perfil completamente distinto, con claras diferencias en cuanto a gente que ingresaba y el resto. El contagio ha sido sobre todo en gente joven, padres de niños, porque ha sido la ola de la infancia, pero no han necesitado ingreso. Quien ha ingresado en esta sexta ola ha sido gente que no se vacunó y, también, los más mayores con pluripatologías que, a pesar de la vacuna, han ingresado con descompensación de su patología. Ahora ingresaba la gente con coronavirus, no por coronavirus», puntualiza. Eso sí, recalca, en los no vacunados los cuadros eran como en la primera ola y llegaban también a UCI.

Hay un aprendizaje evidente en estos dos años que ha ayudado a reducir la letalidad del virus y León tiene claro que no hay una causa única que lo justifique. «Es multifactorial. En primer lugar, no podemos ignorar que el virus es otro», apunta de partida aludiendo a las diferentes variantes. Pero, además, «ahora tenemos diagnóstico rápido; vacunas; tratamientos que sabemos que funcionan; un aprendizaje del virus, del diagnóstico, de los protocolos;la propia protección que se ha adquirido (autoinmunidad por el contagio y la reinfección)». Es obvio que estos 24 meses han enseñado «mucho» pero «queda mucho por aprender»...