Respirar con mejores tratamientos

EFE
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Los doctores reclaman medicamentos más eficaces para los pacientes de poliposis nasal, así como financiación para los fármacos biológicos

Respirar con mejores tratamientos - Foto: Imagen de stefamerpik en Freepik

Mucho antes de que en el vocabulario del día a día de la pandemia se incluyese la palabra anosmia, parte de los 280.000 pacientes que sufren en España poliposis nasal ya sufrían los efectos de esta disfunción que te impide detectar la llegada de la primavera, disfrutar con los olores y sabores de la mesa y también alarmarte ante las señales de la comida quemada.

La anosmia, la pérdida del sentido del olfato, es uno de los síntomas frecuentes en los pacientes con poliposis nasal, una enfermedad crónica que causa además otras dificultades respiratorias y mucosidad y otros síntomas que se podrían evitar si los afectados accedieran a los tratamientos disponibles que actualmente no se ofrecen para todos y que además no tienen prácticamente contraindicaciones.

La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) presentaron el pasado lunes un documento de consenso en el que reclaman tratamientos más eficaces para sus pacientes y financiación para los fármacos biológicos. Actualmente solo se dispensan en último lugar, en caso de que no funcionen ni los fármacos tradicionales ni las intervenciones quirúrgicas.

La poliposis nasal se produce por una inflamación crónica que con frecuencia se asocia al asma grave o a una alergia respiratoria. De hecho, uno de cada cuatro pacientes con asma tiene pólipos nasales.

Se trata de una patología crónica que tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente y limita su productividad laboral y académica, según denunció en la presentación de esta guía Vanessa Limonge, presidenta de la recién creada plataforma Aepona, que agrupa a los pacientes con poliposis nasal.

Vanessa toma entre 10 y 12 tandas de corticoides al año porque, según explica, genera mucosidades muy espesas que se le acumulan en los oídos como si fueran una especie de pegamento. «He estado muchos años despertándome cinco veces por la noche por no poder respirar», relata.

Esa situación es común a las otras cuatro pacientes que han expuesto su experiencia en el acto de presentación del documento de consenso.

A María José Carballido la enfermedad le generaba cansancio, desesperación y tenía muchos efectos secundarios por la corticoides hasta que le recetaron los fármacos biológicos que estuvo tomando durante cinco años. «Se me hizo la luz, fue como pasar de la noche al día, una mejora absoluta», relata.

Sin embargo, hace dos años que su médico le retiró esta medicación avanzada a la que solo se tiene acceso en casos muy contados. Ha vuelto a la situación anterior. «Mi calidad del día a día ahora es muy dura. Incluso tengo que dormir semisentada», relata.

Estas pacientes sienten ansiedad, soledad, aislamiento, y tanto ellos como los médicos especialistas que las atienden consideran que en muchos de los casos, sobre todo en los más graves, su calidad de vida mejoraría si se les diera acceso a las nuevas terapias. Además, su enfermedad supone un gran consumo de recursos sanitarios, tanto ambulatorios como hospitalarios, y un elevado coste en términos de productividad laboral: están ausentes una media de 10,5 días.

Los especialistas piden nuevos estudios que comparen los tratamientos médico-quirúrgicos con los biológicos, pues entienden que es probable que el coste-efectividad sea mejor en el que ahora no se administra más que en casos contados.

Con la guía sobre esta enfermedad, las sociedades médicas buscan llegar a los especialistas en Otorrinolaringología, Alergología y Neumología y también a los de Atención Primaria para promover el conocimiento y el trabajo multidisciplinar que facilite un diagnóstico precoz.