Vocación por enseñar 'sin fecha' de jubilación

A.I.P.
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Rufina Calavia (CEIP Las Pedrizas ), Luis Pastor y José María Incausa (IES Machado) cuentan su experiencia como profesores honoríficos

Vocación por enseñar 'sin fecha' de jubilación - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Ser profesor honorífico colaborador permite disfrutar de la pasión por enseñar, sin asumir una de las partes más arduas de la profesión que no es otra que la evaluación. El pasado 28 de marzo, la Consejería de Educación publicó la convocatoria para que se incorporen a colegios, institutos y centros de Formación del Profesorado en el curso 2022-2023 aquellos docentes jubilados, menores de 70 años, que hayan prestado sus servicios durante un mínimo de 25 años y quieran seguir vinculados a la enseñanza (modalidades de colaboración abierta o concreta). En el curso vigente, Luis Pastor, José María Incausa (ambos en el Instituto Machado) y Rufina Calavia (colegio Las Pedrizas) son profesores honoríficos en Soria. En el caso de los dos primeros, vinculados a un proyecto de investigación en torno a los claustros de profesores del Machado desde 1841 hasta 1975 y su relación con la vida de la ciudad, mientras que Rufina Calavia consensuó las tareas con el equipo directivo de Las Pedrizas, el colegio en el que impartió clase durante 23 años, y desempeña labores de apoyo y trabajos de lectoescritura en el aula en primero y segundo de Primaria. «No evalúo, coordino todo con los tutores. Son nueve horas, tres días a la semana. Es muy gratificante», apunta. 

Los tres profesores se jubilaron con 60 años y manifiestan su vocación docente a lo largo de la conversación. Este programa les permite continuar en la brecha educativa, pero «con menos responsabilidades» y con la oportunidad de disfrutar de lo mejor del magisterio.  

«Nosotros tenemos un proyecto común, pero no tiene relación con el alumnado ni con el resto de compañeros. Ser profesores honoríficos nos  sirve como soporte para acceder al archivo del instituto, aunque también podríamos haberlo hecho de otra forma», explica Incausa. 

Luis Pastor y José María Incausa forman parte del departamento de Geografía e Historia del Machado. Y no solo están embarcados en la investigación de los claustros del centro de Secundaria, sino que están implicados en diversas actividades. Aunque la iniciativa de la Consejería de Educación cumple un lustro, Pastor recuerda que «siempre ha habido» profesores jubilados unidos al instituto. Menciona a José Arancón, ya fallecido, que lideraba un grupo de trabajo de profesores de Historia y Economía, y a Carmen Ortega, de Geografía, que cuando se retiró de la enseñanza continuó con la visita guiada a la Dehesa con los alumnos de segundo de Bachillerato.

En su caso, Luis Pastor ha estado siempre, y sigue, muy comprometido con las nuevas tecnologías del centro. «Ayudo al equipo directivo y a profesores en algunas actividades. Por ejemplo, gestionando y coordinando el Aula Virtual Moodle. O cuando hay que hacer una videoconferencia», sostiene.

También desde 2016 se celebra la Olimpiada de Geografía en Soria y participan en la organización junto con los profesores de segundo de Bachillerato para preparar a los alumnos que compiten. Y también están ligados al proyecto 'Custodios de la historia' que desarrolla el departamento sobre los represaliados sorianos en los campos de concentración nazis. «Por su puesto, a veces, lo que encontramos en las investigaciones se lo ofrecemos al profesorado», añade Luis Pastor.

etapas de crisis. En cualquier profesión, más en aquellas que en sí requieren de una vocación definida como es la docencia, existen momentos de crisis de mayor o menor intensidad. Luis Pastor asegura que nunca se ha encontrado en esa tesitura. Sin embargo, Rufina Calavia advierte de que, más que crisis, ha vivido fases en las que la falta de tiempo enturbiaba  ese entusiasmo por la educación. «En los últimos años había más puntos que atender y muchas exigencias: padres, aprender nuevas tecnologías, evaluación, notas... para todo faltaba tiempo. Solo te quedaba llevarte la cama a la escuela porque no sabíamos cómo hacerlo. Ahora es diferente, puedes disfrutarlo, es más tranquilo», confiesa la profesora del colegio Las Pedrizas.

Por su parte, José María Incausa lo tiene claro: «Nunca he tenido crisis como profesor; como corrector, sí. Preparar una clase e impartirla era un placer, pero corregir trabajos, exámenes... y más en nuestra materia que es tan amplia... El contacto con los alumnos me gusta mucho. Pero cuando me preguntan, si te gusta tanto la enseñanza, ¿por qué no sigues? Pues porque me gustan más los sábados. Ahora hago lo que quiero y lo que me gusta. Te liberas».

continuidad. El plazo par ser profesor honorífico en el próximo curso 2022/2023 termina el 30 de septiembre. Y el tope para prorrogar la colaboración es un máximo de tres veces. Luis Pastor y Rufina Calavia lo tienen claro y seguirán. José María Incausa no está por labor, intención que le rebate su compañero de proyecto entre risas, ya que está convencido de que también continuará. «Tengo una etapa cumplida y no quiero aferrarme a lo que me ha hecho tan feliz [...] Al que le ha gustado mucho la enseñanza, la ruptura es difícil», admite Incausa.

Para Rufina Calavia es una oportunidad para «se útil» y aportar experiencia, por lo que estima que este programa es una buena herramienta para dar «ese paso de transición» entre la jubilación y la emancipación definitiva del oficio.

«Ahora tenemos ocho o diez horas libres al día, eso antes era impensable», subraya Luis Pastor para abundar en su intención de volver a concurrir a la convocatoria.