Calatañazor recibe cada año entre 20.000 y 30.000 visitantes, pero en este pueblo y en sus dos pedanías, solo viven 51 vecinos. La necesidad de una oficina de turismo se hace imperante en esta localidad, pero es un coste inasumible para el Ayuntamiento, y la Diputación solo contempla este servicio para municipios de más de 500 vecinos. Eso hace que quienes se acercan hasta la localidad lo hagan desinformados y sin ninguna referencia. "Muchos se quedan sin ver el sabinar o la Fuentona porque no saben qué ver". Además, la iglesia se encuentra habitualmente cerrada durante el año, salvo en verano. Sin embargo, los mayores flujos de visitantes llegan en otoño y en Semana Santa.
Como solución, son los propios responsables de hostelería y comercio quienes se encargan de informar a los visitantes, que reconocen que "es un pueblo acogedor y merece la pena" pero también que "no hay información, ni folletos".