35º aniversario de un Cañón en busca de visibilidad

Henar Macho
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Compensar los flujos de visitas, aumentar la oferta turística, reformas normativas, retorno de recursos, promoción exterior... Son algunas de las cuestiones que están sobre la mesa

35º aniversario de un Cañón en busca de visibilidad - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Se acaban de cumplir 35 años de la declaración del Cañón del Río Lobos como Parque Natural por la Junta de Castilla y León, que supuso el punto de partida a la Red de Espacios Naturales Protegidos en la comunidad, con un total de 32 enclaves así catalogados. En estos años, el parque ha evolucionado desde aquel lugar frecuentado por sorianos y visitantes que acampaban libremente y celebraban reuniones en torno a las brasas. «Los sectores conservacionistas empezaron a pedir que se conservara, por el valor que tenía de especies, de paisaje…», rememora José Manuel Meneses, que lleva siendo el director conservador del parque, prácticamente, desde sus inicios, cuando Castilla y León apenas se estrenaba como autonomía. 

La apuesta por un parque biprovincial, con seis municipios sorianos y uno burgalés, abordó un modelo de protección que abarcaba no solo las 9.000 hectáreas de paraje de profundas hendiduras casi verticales, ejemplo de modelado kársitco, sino también los alrededores. «En aquel momento se escoge como centro de interpretación un antiguo molino de piscifactoría que era un antiguo edificio con muy poco uso que es la actual casa del parque». Por allí pasaron el año pasado 38.007 personas, haciendo que sea la segunda de mayor afluencia de la comunidad. «Mueve mucha economía, relacionada con el turismo alrededor», subraya Meneses e, incluso, en los meses de verano de este año «ha venido más gente que el año pasado, mientras que otros años y desde junio ha sido un continuo fluir de gente que se ha alargado hasta octubre».

Recuerda Meneses que los comienzos de la «aventura» no fueron fáciles por la oposición de los pueblos del parque. «Llegaron a echar un vehículo de los agentes medioambientales al río». Sin embargo, con la perspectiva del tiempo, «lo que se ha conseguido es que la gente local lo valore como algo propio», una población que conforman casi 4.000 habitantes, de los que han partido iniciativas de negocios de hostelería y alojamientos en el entorno y que han servido para potenciarlo como reclamo turístico. 

Cabe recordar que el parque cuenta desde 2006 con el sistema ‘Q’ de calidad turística por el que se incorporaron en 2019 las visitas guiadas de turismo activo a la nueva de la Cueva de la Galiana y el Aula del río Ucero. «Es una pieza más, no es exclusivo, la gente combina el parque con otro parque, con cultura, con gastronomía...», señala Meneses añadiendo que se ha constituido en un reclamo de referencia para nuevos visitantes y para los que repiten.

AYER, HOY Y MAÑANA. En relación a todo ello, se ha trabajado en muchos aspectos paralelos: la mejora de la ermita, las carreteras que rodean el parque, la creación de miradores, ayudas socioeconómicas (ZIS) de compensación social para los municipios propietarios, el seguimiento ecológico, biológico, geológico y paisajístico... En este último tema, destaca el director del parque la instalación del sistema de depuración integral de la cuenca del río Lobos a cargo de la Junta y la Diputación. «Todos los pueblos vertían directamente a los arroyos incluso teniendo depuradora, no funcionaba, y los pueblos eran pequeños, y toda esa suciedad iba al parque y había que recogerla, pero seguía habiendo contaminación invisible», remarca Meneses. 

No obstante, queda trabajo por hacer y la dirección del parque se encuentra inmersa en la consecución de los planes de ordenación y gestión, PORN y PRUG, al objeto de actualizar y modernizar la normativa. Además, dentro del Plan Anual de Mejoras en los montes públicos, se trabaja en la instalación de aseos secos, muy demandados por los visitantes, en la zona de aparcamiento de Valdecea, «que intentaremos tener para finales de año», apunta Meneses. Ahora los ayuntamientos están presentando  las solicitudes de subvneción para 2021 y 2022, tras su supresión en 2020 por cuestiones presupuestarias. A pesar de todos los avances, reconoce Meneses que la mejora de la cobertura telefónica y la llegada de internet a estos pequeños pueblos constituye una de las necesidades más importantes para poder apoyarles.

PARTICULARIDADES. Los municipios que se encuentran en la demarcación del parque hacen también su propia valoración sobre lo que ha significado su protección y lo que ha supuesto para los habitantes del entorno. Ucero, uno de los puntos de partida habituales de la visita al parque, valora positivamente la protección y regulación del parque aunque ello implique limitaciones en cuanto a ainiciativas empresariales  y se usos tradicionales que hacen que los negocios se hayan orientado al turismo. Aun así, quedan flecos pendientes, como el proyecto que llevan años promoviendo junto a Nafría de Ucero y Herrera de Soria, por pertenecer al terreno comunero del monte público número 98, para cambiar de explotación de la Cueva de la Galiana baja, «y hacerla más accesible, incluso se puede encarar para visitas de colegios porque hay zonas muy didácticas, para dar un punto más de atractivo y visibilidad», apunta Juan Pedro Ortega, el alcade, que menciona el otro proyecto pendiente en el mirador de la Galiana a través de la Fundación Patrimonio Natural. 

Para progresar en este y otros asuntos apela almantenimiento de una comunicación fluida y al mutuo acuerdo, como hasta ahora, «porque es la manera de hacerlo». En cuanto a la problemática de los aparcamientos para caravanas, el alcalde recuerda que hace un año se prohibió la pernocta. «Había grandes reuniones de caravanas en el aparcamiento de Cueva Fría y era imposible controlar eso por las noches, aunque por las mañanas se les cobraba, pero no era el modelo que se pretendía para un parque natural, y no se vio otra manera de regularlo, y lamenta que este tipo de turismo, sobre todo de fin de semana, no contribuya a beneficiar a los negocios locales. Vienen con la compra hecha, no visitan ni los restaurantes ni bares, ni las tiendas», lamenta el primer edil.

Por su parte, el aclade de Herrera, Pablo Moreno, que valora el mayor cuidado que se da al espacio, no percibe la misma influencia en su pueblo. «Estamos muy olvidados», denuncia haciendo referencia a que la falta de señalización y el desconocimiento hacen que no se enmarque a la localidad dentro del parque, por lo q ue reclama la mejorar las comunicaciones. «Por lo menos, habiendo Internet yo creo que la promoción la podemos hacer nosotros».

Desde San Leonardo de Yagüe, Belinda Peñalba, su alcaldesa, resalta que el acceso al entorno se ha facilitado y las restricciones han sido cruciales para su conservación. Las ayudas, como todo, son mejorables y, en cuanto a la menor afluencia de visitas, considera que es un fallo en las infraestructuras y también es culpa de los pequeños municipios que «no hemos sabido explotar la riqueza del cañón como lo han hecho en El Burgo, puede ser que también tengamos nuestra parte de culpa, igual tendríamos que hacer trabajos de fomentar y publicitar el turismo».

El alcalde de Santa María de las Hoyas, José Sebastián Llorente, cree que «hay que saber venderlo más políticamente, sacar pecho» y que parte de los recursos se queden aquí, para compensar las restricciones de uso «en ganadería, montes, edificar...». Menciona la catalogación europea como Zona de Especial Protección para las Aves y reclama más apoyo económico. «Tiene que estar más subvencionado» y es necesario explotar el turismo de autocaravanas que cada vez inunda más la zona y que este verano ha sido latente en el puente de Los Siete Ojos y la zona de las piscinas de San Leonardo de Yagüe, añade el edil.