La venta de leña se dispara en Soria

A.I.P
-

El elevado precio del gas natural, gasoil y electricidad impulsan el consumo de combustibles forestales en la provincia y la demanda de nuevas instalaciones de calefacción más eficientes, tanto en viviendas particulares como en industrias

La venta de leña se dispara en Soria - Foto: Eugenio Gutierrez M

Septiembre es sinónimo de vuelta a la rutina y preparativos para el invierno. La crisis energética que padece Europa desde hace meses parece que se tornará más cruenta si Rusia corta el grifo del gas a países como Alemania y aún puede ser más dura si arrecia el frío en los meses de invierno en los mismos términos en los que este verano ha apretado el calor. La escalada de precios de la energía se antoja imparable y los sorianos encaran la bajada de las temperaturas haciendo acopio de leña y pellet, y optan, en muchos casos, por sustituir sus sistemas de calefacción de gasoil, gas natural o electricidad por otros más eficientes y, sobre todo, más baratos. Aunque no es tan sencillo. En primer lugar, porque una instalación nueva requiere un desembolso sustancial que no todas las economías familiares pueden soportar y, en segundo lugar, también ha subido el coste de los biocombustibles forestales y existen serios problemas de abastecimiento.

Así las cosas, Roberto Sanz Martínez, del departamento de Producción de Biocombustibles Forestales Soria (Biofor), empresa ubicada en el polígono de Carbonera, asegura que «se ha visto incrementada notablemente» la demanda de pellet. «La gente está comprando ahora los pellets que consume durante todo el invierno, por lo que las fábricas están sin stock y, actualmente, hay problemas de suministro. Es cierto que algunas fábricas de pellet están exportando parte  a Europa, por lo que toda la producción sale a diario, sin mantener nada en almacén», advierte.

Igualmente, el representante de Biofor advierte de que el precio del pellet ha aumentado respecto del año pasado en un 30%, dado que los costes de producción (principalmente electricidad) han crecido y el serrín con el que se fabrican se ha encarecido en términos similares a la madera.

Por otra parte, la astilla, que también comercializa Biofor, al ser un combustible empleado en calderas industriales, muchas empresas «están interesándose en la posible instalación de calderas de biomasa para su consumo», dado que el precio actualmente es de unos 35 euros/MWh, mientras que el gas natural está en 200 euros/MWh de media y el del gasoil en unos 110 euros/MWh. No obstante, la astilla cuesta un 15% más en comparación con  el año pasado, aunque es un biocombustible menos elaborado que el pellet y, por consiguiente, cuesta menos su producción.

Por su parte, desde el establecimiento Monatra aseguran a El Día de Soria que «hasta final de septiembre» no dispondrán de sacos de pellets para ponerlos a la venta. «Solo hemos recibido una partida porque la producción se ha vendido a Austria y a Alemania que han hecho acopio en previsión de la subida de precios y un posible desabastecimiento», indican.

Igualmente, Javier González, propietario de la empresa soriana Palitox Industrias Forestales, destaca que desde agosto la demanda de pellet y leña «se ha multiplicado por tres». En su caso, asegura que tiene garantizado el suministro por parte de Burgapellet, el mayor fabricante de este producto en España y uno de los tres más grandes de Europa. «Llevo madera al aserradero y tengo aseguradas 2.000 toneladas para mis clientes de siempre. Pero mucha gente se quedará sin pellets», avisa.

En origen, este producto se ha incrementado un 87% en un año y ya cuesta 420 euros/tonelada, mientras que la leña también es más cara, aunque en menor medida. «Eso sí, se ha empezado a almacenar antes, el reparto se ha adelantado dos meses», puntualiza el responsable de Palitox.

Además, González sostiene que en la tienda del polígono industrial están atendiendo un gran número de consultas de clientes potenciales que preguntan por los precios y por el suministro tanto de leña como de pellet.

vuelta a la leña. Históricamente, en las viviendas del medio rural, así como en los unifamiliares de urbanizaciones y ciudades, la leña fue el principal combustible para abastecer a estufas, chimeneas y calderas. Sin embargo, con el paso del tiempo se generalizó el gas, el gasoil o la electricidad para calentar los hogares. La crisis energética europea ha desbocado los precios, por lo que lo que la madera vuelve a estar en auge. En Secoleñas, empresa ubicada en Tardelcuende, aseguran que «solo hemos subido un céntimo» respecto a hace un año. Tal y como figura en su web, el kilo de encina o carrasca está a 0,16 euros; el de roble, a 0,15 euros; y el de pino, a 0,13 euros. «Los clientes están pidiendo antes y más cantidad. Están haciendo acopio. Por ejemplo, el que compraba 2.000 kilos ha pasado a 3.000 o 4.000», argumenta Sergio Corredor.

Este negocio reparte a viviendas particulares, sobre todo, a Camaretas, Golmayo, Garray, Ocenilla..., es decir, al alfoz de la capital soriana, así como a otros pueblos. «Como mucho llegamos a Medinaceli», aclara. Asimismo, Secoleñas surte con trailers de leñas a almacenistas ubicados en Madrid, Zaragoza o Guadalajara, y estas empresas son las que distribuyen a los particulares.

«La carrasca, con diferencia, es la que más se vende. Si el roble aguanta, la encina mucho más [...] De momento, no tenemos problema para atender los pedidos. Normalmente, desde mediados de agosto hasta finales de marzo no paramos, porque hay clientes que compran en dos veces para pasar el invierno», subraya el dueño de Secoleñas.

Sin embargo, Juan López, que regenta una empresa forestal en Almarza, significa que no tiene más pedidos que otros años, pero sí de más cantidad y más consultas por los precios. «La he subido dos céntimos el kilo y no quiero aumentar más para atender a los clientes de siempre [...] Ya se está especulando mucho. Algunos dicen que no hay y están esperando a que la leña sea más cara para vender», sintetiza López.

Desde esta empresa proveen a consumidores de Soria capital y alrededores. Lo que más trabajan es leña de roble, a 0,14 euros el kilo, según aparece en su página web, y en menor medida, carrasca, a 0,18 euros y haya, a 0,16 euros.

En Vinuesa se localiza Área Forestal de Soria, negocio que, entre otras cosas, también vende leña. «No tenemos más pedidos, al contrario, la gente no tiene dinero para comprar, está todo más flojo, y esperan que el invierno sea más suave y así ahorrar [...] Eso de llenar la leñera en verano era una costumbre de mayores. Ahora somos más cómodos y cuando llega una ola de frío o una 'Filomena' podemos tener 250 llamadas en un día», resumen desde esta empresa pinariega. En cualquier caso, su actividad principal es trabajar las suertes de leñas que sacan a concurso los ayuntamientos de la comarca. «Si es que, tal y como está el gasoil, es mejor hacer lo mínimo», concluyen las mismas fuentes.

cambio de instalaciones. Roberto Latorre, de Apunto Sistemas de Fontanería, Calderas, Solar y Biomasa, es tajante: «La leña vuelve». Y apostilla: «Ahora mismo es un desconcierto sobre lo que puede ser más o menos viable. El pellet no va a ser viable porque los grandes distribuidores se lo han llevado de las fábricas españolas y el precio se va a duplicar, porque no es lo mismo traerlo de Burgos o Soria, que de Galicia o más lejos. Va a ser una desilusión para los que apostaron por el pellet».

Asimismo, Latorre pone de manifiesto que están subiendo los encargos de instalaciones combinadas con placas solares, tanto térmicas como fotovoltaicas, y aerotermia para calentar el agua a baja temperatura (a 38º-40º). La inversión supone «7.000-8.000 euros más» que otros sistemas. «Son un poco más caras, pero con la subida de los precios de combustibles se amortiza en un par de años. Así que yo aconsejo ser autosuficientes con energía fotovoltaica y térmica, y en los meses duros en Soria, con seis o siete horas de luz, una ayuda de leña, pellet o gas», considera.

En cuanto a los pisos, que tienen las opciones más limitadas que las viviendas unifamiliares, este instalador aboga por calderas individuales que sean eficientes y que consigan un ahorro real en el consumo.

«Lo que más se demanda son las calderas y las instalaciones híbridas, es decir, complementar el equipo de gasoil o gas con fuentes alternativas. Es un añadido a lo que ya tienes en casa [...] Este invierno, hay gente que lo va a pasar mal. No todo el mundo tiene 15.000 euros para meter, por ejemplo, una hibridación», admite.

El encargado de la tienda de Adasa, Iñaki Pastora, explica que han aumentado los pedidos de leña y las consultas sobre el precio del pellet, que «ha subido bastante». Así las cosas, añade, el saco de pellet de 15 kilos ha pasado de costar 6,40 euros a 8,45 euros en un año, lo que supone un incremento de más del 30%.

En este sentido, Pastora resalta que existen problemas de suministro y se han quedado sin stock hasta finales de septiembre. «Lo que teníamos almacenado lo hemos agotado este verano. Cuando empezó el rumor de que se iba a duplicar el precio del pellet, se hizo acopio. Ahora hay que esperar porque, además, las fábricas de pellets cierran en agosto», aduce.

Sobre el repunte en las ventas de calderas de leña, el responsable de la tienda de Adasa avisa de que hay un hándicap y es que la nueva normativa exige una modificación en estos artículos para que sean más eficientes y menos contaminantes. Su precio también se ha encarecido, entre el 15% y el 20%, y tanto las calderas como las estufas de leña son adquiridas como complemento a otros sistemas de calefacción. Tampoco hay stock.