Apenas ocho horas después de clasificarse para la final de los 1.500 del Mundial de Belgrado de Pista Cubierta, Marta Pérez debía competir en la primera final de su vida de los 3.000 metros. En una decisión tan arriesgada como valiente, la soriana asumía el reto de correr en una distancia que no es la habitual gracias a su 8:44 que la ubicaba en la zona media de las competidoras.
Deseando una carrera lenta se daba la salida, pero desde el primer momento la canadiense Debues Stafford imponía un ritmo fuerte que hacía a la soriana ubicarse en la parte de atrás del numeroso grupo. Una vez tomadas las posiciones se producía una tregua hasta el primer kilómetros, cuando las etíopes y keniatas daban el primer acelerón, querían seleccionar la carrera cuanto antes.
La situación de Marta Pérez a cola del grupo tenía dos lecturas: a guardar fuerzas para un buen final o simplemente dejarse llevar pensando en los 1.500. El grupo se rompía al segundo kilómetro, un parcial más rápido en el que las favoritas ya tomaban posiciones. La carrera se endurecía y la soriana llegaba a meta en el puesto décimosexta con un 8:57 muy alejado de su mejor marca. En meta reinaba la etíope Lemlem Hailu certificando su superioridad en los últimos 400 metros.