Los cazadores sorianos temen un nuevo confinamiento

Nuria Zaragoza
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Arranca la temporada de la perdiz con «buenas perspectivas» pero con la incertidumbre de si los cazadores de fuera podrán desplazarse

Los cazadores sorianos temen un nuevo confinamiento - Foto: Javier Rodenas Pipo Javier Ródenas Pipó

Este domingo, 25 de octubre, arranca la temporada de la reina de la caza menor, la perdiz. Desde entonces y hasta el cuarto domingo de enero del año siguiente, 24 de enero de 2021, se extiende la denominada temporada general en la Comunidad, lo que permite también la captura de la liebre. Las perspectivas, según apunta el delegado de la Federación de Caza en Soria, José Sanz, son «muy buenas» este año en buena parte de la provincia, donde «se han visto bandos de perdices y, también, mucha liebre». Como siempre, la situación no es homogénea y, reconoce Sanz, «aquellos cotos que hicieron un buen control cinegético y el año pasado tuvieron caza, este año van a tener buenas perspectivas». 

Tras una primavera «espectacular» de vegetación intensa, lo que ha permitido dar comida, refugio y facilidades de cría para las aves, nos encontramos ante una temporada «que promete ser entretenida, bastante positiva para la perdiz roja», aventura Sanz, quien no esconde no obstante su preocupación por cómo pueden afectar las restricciones impuestas por la COVID-19 al sector. «Si se puede cazar, será una temporada buena, pero estamos expectantes», reconoce. 

preocupación en el sector. La preocupación no solo afecta a la media veda. También, y de forma aún más especial, a la caza mayor, donde «ya se ha visto reducida la participación en monterías» en estos primeros días de apertura [cabe recordar que arrancó el pasado 27 de septiembre]. «La gente tiene miedo a contagiarse y no podemos ignorar tampoco que el perfil del cazador es de mediana a avanzada edad, es decir, población vulnerable», justifica. Al miedo a un contagio se suma también la incertidumbre que rodea al sector, que no sabe cómo se puede ver afectado ante un nuevo estado de alarma o nuevos confinamientos. 

En este sentido, Sanz recuerda que en Soria muchos acotados son gestionados por gente de fuera de la Comunidad y buena parte de los cazadores proceden de otras regiones, de modo que los confinamientos perimetrales de sus provincias de origen podrían impedir desplazarse hasta Soria para cazar. Si esto ocurre, alerta, podría darse el caso de que solo los cazadores locales pudieran acceder al campo, lo que dejaría al sector en una compleja tesitura. Por los problemas económicos que esto puede acarrear para los ayuntamientos con coto y para los negocios que dependen del sector pero, también, por la repercusión en el control cinegético de las especies y, con ello, en los daños a la agricultura, ganadería, los accidentes de tráfico... Además, en su opinión, la sobrepoblación de especies como el conejo, el corzo o el jabalí -que se descontrolaría si se detiene la actividad- podría aumentar el riesgo de enfermedades que afectan a la fauna (como la peste porcina africana en el jabalí).

Precisamente para evitar esta situación, recuerda Sanz, la Real Federación Española de Caza ha solicitado al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, la declaración de la caza como «actividad esencial». El objetivo es que pueda practicarse de forma segura en toda la geografía en caso de decretarse un nuevo estado de alarma a nivel nacional o autonómico debido a la expansión del COVID-19 para evitar un desastre ecológico, sanitario y económico. «Si se declara esencial, como la agricultura o la ganadería, los cazadores podrían desplazarse. Confiamos en que así se haga porque realmente es esencial», justifica el delegado de la Federación en Soria. 

En esta misma línea, las Cortes de Castilla y León se han sumado esta semana a esta iniciativa y acordaron, con la abstención de PSOE y Podemos, mantener la actividad cinegética en la Comunidad como recurso económico para el mundo rural y de control de la fauna. 

Sanz confía en que se pueda buscar una solución ya que, admite, el sector ya está apreciando las consecuencias de la pandemia y la actividad en torno al mismo se ha reducido de forma notable.