Un fósil ocre y extrarodinario

Redacción
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Se cree que esta especie de Lepidotes es una 'Callipurbeckia sp'

Un fósil ocre y extrarodinario

A principios del Cretácico existían dos supercontinentes: Laurasia y Gondwana, separados por el mar de Tetis. A finales del Cretácico es cuando los continentes comienzan a adquirir formas semejantes a las actuales. En este proceso de formación se originan grandes llanuras y circulaciones de agua, originando una orografía peculiar que favorecería el ecosistema en el que peces como este evolucionarían.

En el Cretácico veríamos en  la Cuenca de Cameros, Noroeste del Sistema Ibérico (Soria, La Rioja y Burgos) un delta compuesto de terrenos pantanosos y poblado de helechos y cicadal. En este periodo el nivel del mar estaba en continuo ascenso, de modo que la superficie de la tierra emergida era de tan solo 18%. Hoy día esta superficie es del 29%.

El 50% de las reservas mundiales de crudo proceden del  microplancton del Mar de Tetis. La fauna que encontraríamos serían dinosaurios, pterosaurios, peces, cocodrilos, tortugas y otros reptiles, muestra de una gran biodiversidad.

Esta especie de Lepidotes depositada en el Museo Numantino por Eugenio Sanz, se cree es una Callipurbeckia sp. Las dimensiones del pez, de tamaño mediano, probablemente un ejemplar adulto, la presencia de un esqueleto dérmico liso y tener, en principio, sólo un par de extraescapulares, cuando lo habitual es tener tres, hizo  sospechar a C. Pascual que pudiera no ser un Lepidotes

Debido al tipo de terreno y el tipo de suelo, el hecho de encontrarnos este tipo de fósiles con tan buen estado es algo extraordinario, ya no solo por el hallazgo en sí, sino que la casualidad quiso que de este ejemplar en concreto se encontrara en distintos momentos el molde y el contra molde.  El fósil se encuentra conservado sobre una pieza caliza grisácea, sobre la que destaca por su color ocre-anaranjado.

Este pez era común en la zona norte de España, Inglaterra, Francia, Alemania y normalmente se encontraba en ríos y lagos con salida a aguas salinas. Su cuerpo estaba recubierto de una armadura ósea, y en la cabeza tiene las protuberancias habituales en este tipo de especímenes. En la boca se observan dientes que por la forma se presume que comían moluscos.

Dentro de la cadena alimenticia servía de alimento a animales como Pterosaurios y cocodrilos.

El Museo Numantino conserva los restos paleontológicos recuperados en la provincia de Soria para su investigación y las generaciones del futuro y tiene en proyecto realizar sucesivas exposiciones temporales que den a conocer la riqueza extraordinaria de nuestro patrimonio paleontológico, difícilmente comparable a otras áreas de la Península Ibérica e incluso europeas, así como la importante investigación que de un modo constante y callado realizan importantes paleontólogos en Soria.