"Nuestros programas están hechos a medida"

S.Almoguera
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A finales del próximo mes de abril llegan los primeros estudiantes extranjeros a los cursos de español del CIAM, que retoman actividad tras la pandemia con la Universidad de Nebraska y Udine, entre otras

"Nuestros programas están hechos a medida"

La pandemia supuso un fuerte freno para los cursos para estudiantes de lengua extranjera del Centro Internacional Antonio Machado (CIAM) justo cuando comenzaban a abrirse un importante hueco en el competitivo mundo de este tipo de enseñanzas estivales para universidades.  Aunque el año pasado volvieron a retomarse algunos programas, la recuperación está costando «muchísimo». Graziella Fantini, directora académica de esta entidad vinculada a la Fundación Duques de Soria, reclama más apoyo institucional para impulsar un proyecto con un gran potencial para convertir a Soria en un lugar de referencia internacional para el aprendizaje de la lengua y la cultura españolas. El trabajo en los últimos 10 años, así como cursos únicos confeccionados a medida para universidades como Colorado Collage, Nebraska et Omaha, CUNI, Udine o la Asociación de Hispanistas de Egipto, entre otras, les avalan.

En 2022 se recuperaron de nuevo los cursos presenciales en el convento de La Merced. ¿Cómo se presenta este nuevo año académico?

El año pasado no retomamos todo. Estábamos todavía en ello y ha costado mucho, muchísimo. Que venga gente a Soria también es muy difícil. Es un trabajo a veces ímprobo. Este año retomamos más programas de Estados Unidos. Además de Colorado College, que el año pasado volvió, también retomamos con la University of Nebraska et Omaha, así como con la Universidad CUNI de Nueva York, aunque con estos últimos estamos todavía en ello. Ahora todo va mucho más despacio. Los acuerdos se suscriben de forma mucho más lenta que antes de la pandemia. Se apura hasta el último minuto, no sé si por miedo a que haya otra o a que pase algo… Se prefiere esperar hasta última hora. Además, también reanudamos los programas con las universidades italianas, sobre todo un programa que tenemos en colaboración con el grupo de investigación de la Universidad de Valladolid en el Campus de Soria GIRTRaduvino, dirigido por el profesor Miguel Ibáñez. De Italia también vendrán de nuevo dos universidades. Udine, que retomamos, y en agosto tendremos también cursos con la Fundation Universitá di Mantova, una universidad privada de Mantua. Estamos intentando reanudar más programas con Italia. También volvimos a tener el año pasado el curso de español en acción en la naturaleza, que gusta mucho para adolescentes de 12 a 15 años y al que suelen venir de una escuela de Cremona. Asimismo, aún estamos esperando cerrar el número de las chicas que vienen este año a través de la Asociación de Hispanistas de Egipto. Éste fue el primer programa que creamos en 2014. Digo chicas, porque casi siempre son chicas. Aquí se lo pasan pipa, comprando. Vuelven con 24 maletas y 40 pares de zapatos [ríe] y levantan la economía soriana. Además, este año, por primera vez, a finales de agosto vendrá un grupo senior de Stuttgart, 21 personas entre 50 y 75 años, con un programa de clases por las mañanas y por la tarde actividades culturales y visitas, catas de vino, de quesos… Para que sea un viaje no sólo para aprender la lengua, sino también todo lo relacionado con la gastronomía, el patrimonio, los vinos... 

El CIAM compite con otras ciudades de Castilla y León quizá con mayor tradición en los cursos de español para extranjeros. ¿En qué posición se encuentra Soria? 

Es un trabajo ímprobo. Estamos haciendo un trabajo de hormiguita, pero falta todavía mucho. Salamanca tiene una oficina de la lengua. A finales de este mes voy a Padua (Italia) a una jornada de formación para profesores de lengua extranjera y ahí estará, además de la representación de las escuelas de español de toda Castilla y León, el stand del Ayuntamiento de Salamanca con su mesa y una persona. Aquí falta. Aún no tenemos ese apoyo que es fundamental. Hay que crear desde las instituciones la idea de que Soria puede ser una ciudad del español y casi mejor que Salamanca, porque allí ya enseñan en inglés a los alumnos. Aquí los chicos vienen y se encuentran con el español y tienen que hablar en español. Además es una ciudad pequeñita y muy segura que es otra de las cosas que valoran, por ejemplo, los grupos que vienen de Egipto. Les parece maravilloso que las chicas puedan salir solas por la noche y puedan estar en una terraza tomándose algo. Salamanca también vive mucho de las estancias lingüísticas de alumnos de instituto. Aquí todavía no vienen porque les parece que Soria es una ciudad que no tiene tanta vida como Salamanca o Sevilla. Algunas escuelas prefieren ir a ciudades grandes. 

¿Qué haría falta para que Soria sea un referente en la enseñanza del español como lengua extranjera? ¿Hace falta más apoyo institucional?

Yo creo que sí. Se hizo algo con Elige Soria [una campaña del Ayuntamiento de la capital] pero después no se siguió. Sería también bueno difundir Soria en estos lugares [donde se celebran ferias o encuentros de formación]. La Junta de Castilla y León tiene una oficina de la lengua y, a partir de ahí, se organizan un montón de jornadas, muchas son presenciales y otras en línea. Ponerse de acuerdo en apoyos e ir de la mano es lo que está haciendo Salamanca y ahora también Valladolid. En nuestro caso, podríamos vender además de la ciudad, la provincia. Hay muchas cosas que ofrecer. Estamos trabajando mucho, eso sí, con el Instituto Cervantes, del que somos centro acreditado. Y tenemos que dar las gracias a la Fundación Duques de Soria. Nosotros somos lo que somos gracias a ella, el respaldo nos viene de ahí. Pero si hablamos institucionalmente, el apoyo es mínimo.

Si se encontrara el apoyo necesario: Ayuntamiento, Diputación, Junta de Castilla y León y empresas, se podrían hacer muchas cosas, imagino

Exacto. Claro que se podrían hacer muchas cosas. La idea de Soria como lugar, ciudad o provincia del español, es posible. Nosotros somos centro Cervantes acreditado, eso es importantísimo. Además, a partir del 1 de abril seremos parte de FEDELE, la Federación de Escuelas de Enseñanza del Español como lengua extranjera, una entidad a nivel nacional. Y entrar en esta red es también un apoyo.

¿Cuesta mucho que las instituciones entiendan que este tipo de programas de enseñanza del español repercuten positivamente en la economía?

[Sonríe] No lo sé, pero no se está viendo. Y es un tipo de turismo que aporta muchísimo. Contados los cursos y los encuentros culturales que hacemos desde el CIAM-FDS, el año pasado creo que llegamos a entre 300 y 400 personas que se alojan en los hoteles, comen, gastan, compran. Sobre todo, compran. Las chicas de Egipto tienen un alto nivel adquisitivo y compran y compran. Compran aquí y en el Centro Comercial Camaretas. Una de las cosas que nosotros solemos dar el primer día es el horario de los autobuses para Camaretas. Los chicos de Colorado suelen buscar el restaurante con estrella Michelín y después también vienen sus familias o muchos alumnos vuelven con ellas. Hay que pensar que Colorado ha elegido 40 alumnos en una selección en la que habrá participado a lo mejor 100 alumnos. Nosotros mimamos el detalle. Alfonso Armada acaba de publicar un libro maravilloso, El misterio de Vega Sicilia, en el queda la idea de que esta bodega aspira a ser la mejor, de que en ella trabajan sin prisa y que han ayudado a que los pueblos de alrededor vuelvan a estar poblados. Nosotros aquí podemos hacer lo mismo. Nosotros queremos ser los mejores de alguna manera, los Vega Sicilia, porque mimamos hasta el último detalle, porque es eso lo que hay que hacer. Lengua, cultura y calidad.

¿Qué es lo que distingue los programas de enseñanza del español del CIAM-FDS?

Todos nuestros programas están hechos a la carta, a medida. Muchos centros tienen los cursos divididos por niveles, por lo que pueden acoger estudiantes individuales. Aquí en Soria, de momento todavía no vienen alumnos en este formato. A cambio, nosotros creamos para grupos programas a medida. Estudiamos de qué centro vienen, de qué país vienen y se ve qué tipo de cursos se les puede ofrecer. Por ejemplo, lo que se llama el choque cultural, marcando las diferencias culturales. Así, para cada grupo se va diseñando su programa en función de sus necesidades, que, claro, es totalmente único.

En un mundo tan competitivo como son los cursos de español imagino que hay que estar reactualizándose y ofreciendo nuevos atractivos didácticos...

Hay que estar siempre muy actualizados con la didáctica de las lenguas, en la que se está evolucionando muchísimo. Hay que estar un poco al tanto de lo que se está haciendo. En nuestro caso, enseñamos a partir del patrimonio que nosotros tenemos aquí, de la historia, de la cultura, la literatura y, sobre todo, la naturaleza y el paisaje.

Propician la experiencia inmersiva en el lengua. Si estudian a Bécquer, por ejemplo, van al monte de las Ánimas a leer la leyenda...

Esto es la enseñanza del español dentro y fuera del aula. Es fundamental. Si hablamos de las diferencias de los horarios o de las diferencias de los alimentos hay que ir al mercado para ver qué es lo que se vende y lo que se puede comprar y hacer una pequeña investigación sobre cómo se cocina aquí, para lo que los alumnos hacen entrevistas. Como somos un centro no reglado, aunque seguimos las líneas que nos marca el Instituto Cervantes en nuestro plan de enseñanza dividido por niveles, la idea fundamental es que siempre debe existir esa posibilidad de aprender español dentro y fuera del aula y de crear actividades para que los alumnos entren en contacto con la comunidad [local]. Que los alumnos se vayan de Soria conociendo también la cultura española es fundamental. En los últimos años la tendencia es enseñar lengua y cultura y, dentro de ésta última, también sociocultura, hay muchos aspectos, incluso lo que es el mundo el trabajo.

Estos programas tan a la medida exigen mucha preparación previa. ¿Cómo es la labor con las universidades y centros de enseñanza?

Suelo entrar en contacto con la persona que quiere organizar el programa y voy estudiando sus planes de estudio, veo qué tipo de cursos siguen y, después, poco a poco, realizo entrevistas largas de días, de meses incluso, donde vamos proponiendo las actividades que pueden entrar dentro del programa. También son mundos que conozco bastante. Tengo contacto con Italia, conocemos las universidades gracias a nuestros años de trayectoria profesional allí. Aquí  [al CIAM-FDS] llegamos con nuestro bagaje, claro. También conozco bien el mundo universitario de Estados Unidos. Es un trabajo largo. Por ejemplo, con las chicas de Egipto hemos ido desarrollando un proyecto que es sólo de lengua oral y que llamamos Del oído al habla. Una profesora de la Universidad de Florencia, Carlota Nicolás ha desarrollado un pequeño manual de lengua oral que nosotros hemos adaptamos aquí a este curso hecho a medida. A partir de su corpus anotado, las alumnas van haciendo una serie de entrevistas a una serie de personas y después tienen que hacer su propio pódcast como la última tarea que tienen que presentar.

En esta forma tan inmersiva de aprender la lengua, ¿Qué papel juegan las familias sorianas de acogida?

Son fundamentales. Son los anfitriones y los embajadores de la cultura española porque tienen un papel fundamental. Estos alumnos pasan a formar parte de su familia y conocen de primera mano lo que significa vivir en España y vivir en español. Muchos son principiantes absolutos y aprenden en las clases, pero también gracias al apoyo de las familias. Muchos se sientan con ellos y hacen los deberes [ríe].

¿Se necesitan familias de acogida este año?

Sí, buscamos familias. Este año tenemos grupos de 40 alumnos. Deben ofrecer una habitación individual, desayuno, comida y cena y luego después mimo e incluso un apoyo casi psicológico. Una chica de Nebraska, nos pasó una vez, los primeros días no hacía otra cosa que llorar. Era la primera vez que salía de Nebraska, de Estados Unidos y se encontraba aquí totalmente perdida, la familia de acogida la ayudó muchísimo. Los alumnos podrían vivir en la residencia, que está muy bien, y de hecho tenemos muchos programas en los que los alumnos se alojan allí, pero con las familias conocen de primera mano la vida en España.

El año pasado el CIAM suscribió un nuevo convenio de colaboración con Costa de Marfil. ¿Se repetirán este año esta iniciativa?

Lo hemos retomado con la Asociación de Mujeres, pero todavía no sabemos cuántas van a venir. Es un curso de formación para profesores, pero que también quieren combinar un curso de actualización lingüística. La Asociación ha visto que el español es fundamental. Allí conocer bien esta lengua y ser profesora de español significa para muchas mujeres poder ser funcionaria y poder salir de una situación muy difícil en la vida cotidiana.

¿El aprendizaje del español sigue creciendo?

Está creciendo. Esto es buenísimo para Soria porque ofrece turismo de calidad. Se quedan muchos días, no es el turismo de deporte que viene una noche y con sus bocadillos. Hay que buscar fórmulas para ser distintos y la cultura, atrae; lo hemos demostrado. Este año cumplimos 10 años de los Encuentros con la Cultura en Soria del [Centro Internacional Antonio Machado].

¿Cuándo llegan los primeros alumnos este año?

A finales de abril viene el primer grupo, de Udine, justo después del congreso del grupo de investigación GIRTRADuvino, con los que haremos una jornada técnica en San Esteban de Gormaz con enólogos e intentaremos visitar también alguna bodega de Atauta.

¿Cuántos alumnos vendrán a Soria a estudiar español?

Todavía hay muchísimos grupos que no nos han confirmado. De Colorado vienen 40 alumnos (solían venir 20 y tantos y el año pasado fueron 37), otros 15 de Nebraska, un grupo pequeño que hará el programa de español en la comunidad y el voluntariado, un programa específico que nosotros hemos diseñado y que ellos llaman 'service learning' durante cinco semanas. Después, del grupo de adolescentes de Italia vendrán unos 20. Pero el resto de grupos están aún por confirmar. El año pasado nos llegaron de Egipto dos grupos, uno de 20 y otro después de 14. Los alemanes serán 21. Esta incertidumbre [de esperar hasta el último momento para confirmar] se creó con la pandemia y todavía no se ha ido. También tenemos formación para profesores de español como lengua extranjera la primera semana de agosto y después tenemos una actualización literaria que dará José Ángel González Sainz sobre Bécquer, Machado… Se suelen apuntar personas que vienen de toda Europa. 

¿Cómo ve el futuro de los cursos del Centro Internacional Antonio Machado a medio y largo plazo?

Nosotros queremos crecer, queremos ampliar nuestro equipo. Estamos buscando profesores de lengua extranjera fijos. Si no viene otra pandemia u otra cosa...