Una pareja muy extraña

Agencias-SPC
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Paco León ejerce de villano en la película 'El insoportable peso de un talento descomunal', que protagoniza el oscarizado Nicolas Cage

El cineasta triunfó por todo lo alto hace una década con el filme ‘Carmina o revienta’, con su madre. - Foto: JuanJo Martín (EFE)

Con el pelo teñido de rubio platino, pegando tiros y persiguiendo a Nicolas Cage a toda velocidad por Mallorca, Paco León debutó en Hollywood haciendo de villano en El insoportable peso de un talento descomunal, una comedia autoparódica sobre el protagonista de Leaving Las Vegas (1995), por la que obtuvo un Oscar, que ya está disponible en alquiler y compra en plataformas como Amazon Prime, Movistar + o Rakuten o Apple TV.

«Me ha divertido y he descubierto que hay algo de mafia innato en mí, creo que de herencia materna», sostiene el actor y director sevillano, que hizo de su madre, Carmina Barrios, la protagonista de su debut detrás de las cámaras con Carmina o revienta, hace ahora una década.

A finales de septiembre, León estrenó en cines y en Netflix su cuarto largometraje como director, Rainbow, una versión libre y contemporánea de El mago de Oz, pero esto no le ha impedido seguir trabajando como actor en filmes como El insoportable peso de un talento descomunal, junto a Pedro Pascal y Neil Patrick Harris.

«Normalmente, cuando me llega una propuesta de casting en inglés digo que no, porque no hablo inglés», sostiene. Pero tanto la directora de casting como su agente le insistieron y, dado que el personaje tenía «un tamaño controlable», se animó a enviar un vídeo de prueba.

«Es muy fuerte que vengan de fuera los americanos a darme un papel de malo. Supongo que es la falta de prejuicios, ya que desde fuera se ve todo más limpio», asegura divertido.

En el filme, los directores Tom Gormican y Kevin Etten ponen a Nicolas Cage a hacer una versión ficticia de sí mismo, un actor endeudado hasta las cejas que, a cambio de un millón de dólares, acepta viajar a Mallorca para asistir a una fiesta de un cumpleaños de un excéntrico multimillonario llamado Javi (Pascal) muy fan de su trabajo.

La situación da un giro inesperado cuando Cage es reclutado por la CIA para investigar el secuestro de «la hija del presidente de Cataluña» en el que parecen estar implicados tanto Javi como su primo Lucas (León).

«La película tiene tres capas. Por un lado, está el tema autobiográfico y metafísico, con un Nicolas Cage que se desdobla en dos -aparece una versión joven de sí mismo que le da consejos-, luego la comedia de aventuras de colegas que se drogan y, por último, la película de acción de Nicolas Cage de toda la vida, con tiros y un malo que hay que matar», resume de forma somera León.

Para el actor, trabajar junto al protagonista de la que asegura es una de sus películas preferidas, Corazón salvaje (1993), de David Lynch, ha sido un placer, aunque se considera «poco mitómano».

«Eso me salvó, porque al fin y al cabo, es una estrella de Hollywood, que es historia del cine, una familia entroncada con la aristocracia de la cinematografía mundial. Pero yo le veía como un compañero y ya está», se sincera.

León define a Cage como «superprofesional», aunque fuera de rodaje no tuvo mucha ocasión de convivir con él, algo que sí hizo con otros compañeros de rodaje, en especial con Pedro Pascal, famoso por las series The mandalorian y Juego de tronos. «Nicolas estaba como aparte, en modo leyenda 24 horas», se ríe.

«Es un tío excéntrico, especial, pero muy trabajador. Obsesivo, lo tiene todo medido, se sabe la película entera antes de hacerla, muy metódico y profesional», afirma León, que cree que Rainbow tiene un encaje que le parece «más que conveniente».

Ley audiovisual

En la actual revolución de la distribución audiovisual, el cineasta andaluz defiende una salida en la que «todo pueda convivir», al tiempo que apoya las reivindicaciones de los productores independientes en relación con el proyecto de ley Audiovisual, aprobado por el Congreso y pendiente de tramitación en el Senado.

«Ser productor de cine independiente en España es completamente heroico y esto (la ley) lo pone más complicado porque sitúa al mismo nivel a los estudios de Atresmedia o Telecinco que a los productores independientes de verdad», opina.

Para el actor sevillano, triunfos como el de Alcarrás en la pasada Berlinale son «un orgullo nacional» equiparable a «una victoria de Rafa Nadal en Roland Garrós o a que el Real Madrid gane una Copa de Europa».

«No se considera así porque el cine no tiene el mismo reconocimiento popular, pero desde las instituciones debería protegerse sobre todo ese tipo de cine, que es la parte más débil de la industria, pero también es industria y muy necesaria», señala este galán que no deja indiferente a nadie desde que saltara a la fama gracias a su papel de buscavidas en la serie Aida. Su Luisma le abrió muchas puertas y, afortunadamente, no le terminó por encasillar.