#Opinión ¿Podemos seguir hablando de violencia de género?

Pilar de la Viña
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El rechazo es la única respuesta social contra esta despreciable forma de vivir la virilidad

¿Existe una violencia que se ejerce sobre las mujeres por el hecho de serlo? ¿Hay quien odie a una mujer solo por serlo y eso le lleva a maltratarla y eventualmente matarla? Trataremos contestar a esta pregunta.

Nuestra sociedad ya no está organizada en función de la división sexual del trabajo. O sea, al nacer ninguna niña tiene un destino prefijado en razón de su sexo: esposa, madre… siempre bajo la autoridad de un varón. Hoy, aquí, ninguna mujer, por el hecho de serlo, tiene menos derechos que un varón. Antes, sí. 

El ser humano mujer nacía al sometimiento, a la obediencia y a una cierta forma de esclavitud doméstica en la que, si disponía de ingresos propios, rara avis, no podía utilizarlos sin el permiso del varón del que dependía. Esta es la esencia de la violencia de género, una violencia específica que los varones tenían derecho a utilizar sobre las mujeres. Si la mujer se sometía con dulzura, la violencia empleada era casi imperceptible. Llamamos a esta violencia, 'de género', porque está orientada a que toda mujer cumpla con los mandatos de género y se someta a la autoridad del varón. En muchos países la realidad aún es así.

Aquí, no. Aquí la Constitución y las leyes amparan la igualdad entre mujeres y hombres. Pero es más fácil cambiar las leyes que las costumbres y las ideas. Sigue muy extendida la idea de que el varón debe de proteger, responsabilizarse…. aunque en la realidad sean ellas las que más protegen y se responsabilizan. Sigue hablándose en la relación amorosa de que él posee y ella se entrega… 

Son muchas las mujeres, sobre todo las jóvenes, que consideran que él tiene derecho a controlar su ropa, su móvil… que no pasa nada si un día la empuja o le levanta la mano, que los hombres son así.

Todas estas conductas son violencia de género, una violencia que los hombres actúan sobre las mujeres desde una autorización moral, en demasiadas ocasiones compartida por ellas.  Autoridad moral que no está recogida en ninguna ley y que será negada en cualquier conversación, pero que opera en las relaciones con más fuerza de la que nos gustaría. Se deja ver cuando un novio espera docilidad de su novia, cuando un grupo de chicos se siente autorizado a violar a una chica… Es una violencia específica que busca el sometimiento y que, cuando se produce en el seno de una pareja, solo llegará al asesinato cuando el objetivo de someter a esa mujer se vuelva imposible. Por eso, el momento más peligroso es el de la separación.   

La violencia de género se ejerce desde los hombres, los amos, hacia las mujeres, las siervas. ¿Por qué las mujeres no se autorizan a ser violentas, dominadoras? Y me refiero a lo cotidiano de las relaciones fuera del estereotipo de dominatriz… ¿Por qué no se autorizan a matar? Solo un 10% de los asesinos son mujeres.

La integración de las mujeres en la realidad social se realizó asumiendo conductas y valores masculinos, era lo que había.  Últimamente empezamos a aportar formas de hacer tradicionalmente femeninas en lo relativo a los cuidados, al trabajo en equipo... Y eso está bien, porque si solo imitamos las formas de hacer masculinas, podemos llegar a autorizarnos, también nosotras, a someter y a matar. Tenemos que feminizar el mundo. Los hombres tienen que cambiar.

Y en gran medida los hombres están cambiando. La inmensa mayoría ha bajado del lugar imaginario de amo, lugar anacrónico y molesto. Solo unos cuantos se resisten a abandonar los oropeles de una falsa superioridad y se muestran violentos, despóticamente arbitrarios. El rechazo es la única respuesta social contra esta ridícula y despreciable forma de vivir la virilidad. Tenemos que erradicar la violencia machista antes de que las mujeres se autoricen a ser también violentas.