Los profesionales de Urgencias y de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Soria se sienten "tristes" ante la llegada de la tercera ola de la pandemia. Durante meses han tenido que trabajar y convivir junto a pacientes en soledad y eso les ha marcado de por vida. "Coger de la mano a alguno de ellos y que te pida que no le dejes morir es durísimo", recuerda Begoña Morras, supervisora de la UCI del Hospital Santa Bárbara.
"La sensación que tenemos es de estar tristes porque después de todo el esfuerzo realizado volvemos a tener una situación dura", lamentan.