Un cachito de México detrás del nuevo mostrador de Almajano

Henar Macho
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Sol, una mexicana con «ancestros» sorianos,ha reactivado la comarca con su tienda de productos básicos y en la que pronto incluirá también sus propias creaciones artesanales

Un cachito de México detrás del nuevo mostrador de Almajano - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Ala legua se nota que a Sol Arancón le entusiasma su trabajo. También resulta fácil apreciar su satisfacción por haber sabido encontrar una oportunidad laboral en el pueblo donde siempre quiso vivir, el pueblo de su padre, Castilfrío de la Sierra. En 1986 -fecha que recuerda bien- la familia decidió viajar a España para que ella y sus hermanos conocieran sus raíces. Su flechazo por la zona marcó un antes y un después en su vida y siempre pensó en regresar. Hace unos años la salud de Sol le obligó a dejar la Ciudad de México, donde nació, «y qué mejor lugar que venirme a un sitio tranquilo, al pueblo de mis antepasados». Aquí, asegura, vive feliz. «No cambio este lugar por nada. En todos estos pueblos hay posibilidades de salir adelante. No es fácil, yo estuve muchos meses trabajando en el proyecto... Pero hay que ser paciente porque se puede», afirma.

Después de cerca 30 años sin tienda en Almajano, La tienda de Sol ha llegado para acercar a esta zona los productos básicos del día a día. Casualmente, abrió un día antes de que se decretara el Estado de Alarma, un hecho que agradece, porque de lo contrario no hubiera abierto aún. Es algo que también ha cambiado sus planes. «Empecé con algunas cosas que yo pensaba que sería lo esencial para la gente y, conforme han venido a conocer la tienda, me han ido pidiendo cosas y eso me ha ayudado a saber qué es lo que tengo que tener en la tienda». Por eso, ahora ya vende también frutas y verduras, junto a conservas, salsas, legumbres, caldos, pasta, lácteos, huevos... y pan. «Pan del panadero de Almajano. Cuando él cierra me lleva el pan a mí para que la gente el resto del día pueda ir a comprarlo, así nos complementamos», explica Sol Arancón, que también ofrece productos de droguería y limpieza, como pastillas para las «lavatrastes», que le han pedido mucho.

Aunque de momento el horario de apertura es de mañana, su jornada no termina hasta las siete u ocho de la tarde, después de las gestiones con sus proveedores, todos ellos de Soria, y de repartir los pedidos. «El reparto a domicilio pensaba irlo promoviendo poco a poco, pero con el asunto del coronavirus salió solo», comenta añadiendo que los primeros pedidos los surtió a través de la Mancomunidad de Tierras Altas, para después ayudarles a repartir y recibir encargos directos en su teléfono.

Un cachito de México detrás del nuevo mostrador de AlmajanoUn cachito de México detrás del nuevo mostrador de Almajano - Foto: Eugenio Gutierrez MartinezARTESANÍA. Conocedora a la perfección de las técnicas artesanales, Sol Arancón se dedicaba profesionalmente en México al diseño gráfico y vivía de la orfebrería. «Mi forma de aplicar el diseño gráfico es principalmente en las artesanías. Me gusta todo el proceso, desde el diseño hasta el final de la pieza: soldar, fundir, pulir, calar, cincelar...», confiesa. Su faceta artesana va a dar un toque más personal a su establecimiento, aunque la reciente apertura le ha impedido seguir trabajando en sus creaciones. 

También trabaja la cestería y el papel maché o cartonería, como le dicen en México, una técnica antigua oriental de elaboración de objetos con pasta de papel. «He hecho varios platos de cartón para ponerlos de adorno en la tienda y diferentes figuras como alebrijes». Como ella misma explica, estos seres imaginarios, muy tradicionales y originales de México, se forman a base de diferentes fisonomías de animales. «Puedes tener un cocodrilo con patas de pájaro, cola de león y cresta de gallo», comenta entre risas. «La mayoría suelen tener cierto parecido a los dragones. Si los hace algún pueblo indígena, van relacionados con sus creencias, su simbología, su mitología...». 

Como parte de su proyecto artesanal en Almajano, Sol Arancón tiene previsto elaborar piezas representativas de los diferentes pueblos de la zona. Reconoce que, antes de la pandemia, solía aprovechar cualquier momento para coger su coche y perderse por los caminos que discurren por la comarca descubriendo con ello «sitios interesantísimos», exclama.