La Fundación Científica de Caja Rural de Soria dio hoy a conocer los primeros datos sobre la encuesta realizada entre la población sobre los signos y síntomas del COVID-19 en domicilios sorianos, y adelantó que un número significativo de personas manifiesta que padeció la infección vírica a finales de enero y principios de febrero, pero que “como se desconocía la enfermedad, los médicos pensaron que sería un tipo de gripe diferente al de otros años”. 

“Fue precisamente ese hecho uno de los motivos, (según el criterio de la Fundación) de que a su vez los médicos y enfermeras –fundamentalmente en los centros de salud- fueran portadores iniciales del COVID-19”, subrayó el director de la Fundación, el doctor, Juan Manuel Ruiz Liso..

El organismo recogió las primeras 600 encuestas, la mayoría realizadas ‘on-line’ (450) y el resto a través de las farmacias de la provincia. Asimismo, subrayó que para que sea significativo estadísticamente este estudio se requiere que, al menos, otras 350 o 400 personas respondan a la encuesta, una cifra que se alcanzará en las próximas semanas. 

“Recordamos que las encuestas son anónimas pero de gran trascendencia para un posible rebrote”, destacó Ruiz Liso, quien señaló que los sorianos podrán responder hasta el 30 de junio al sondeo.

Los “mensajes” , que incluyen algunas de las encuestas, son “desgarradores”, según el doctor, ya que muchos sorianos reconocen haber pasado y desarrollado la enfermedad en domicilios. La enfermedad, según los datos que han aportado los sorianos, ha dejado secuelas digestivas, pulmonares, neurológicas y vasculares y también psicológicas graves. “La enfermedad aparentemente se presenta de formas diversas y con diferentes estadios de gravedad e intensidad” dijo.

La Fundación Científica de Caja Rural señaló que “desgraciadamente y de forma observacional” se percibe que las vacunas sociales –distancia y mascarilla- no se están cumpliendo en un porcentaje alto de personas, fundamentalmente jóvenes –apenas un 30 por ciento- mientras que en la población mayor las cifras son cercanas al 75 u 80 por ciento. 

Asimismo, el doctor alertó de la transmisión tabáquica del coronavirus y la conveniencia de no fumar en las terrazas. “Quien quiera fumar que lo haga, pero que se aísle de los amigos y compañeros. Los fumadores pasivos (habitualmente familiares cercanos, amigos y compañeros) sufren las mismas lesiones que los activos. Inhalan el humo del tabaco quienes rodean al fumador y por tanto el virus, con la misma intensidad”, destacó.

En este sentido, resaltó que el humo facilita la entrada del SARS-CoV-2 en las células pulmonares y éste es “un factor de riesgo evitable”.  “Sería importante que las terrazas estuvieran libres de humo, y quien quiera fumar que lo haga apartado, al menos cinco o seis metros- si no hay viento”, recomendó.