El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, se desentendió de la reclamación socialista para que la Junta «controlo» el despliegue de las energías renovables y sus macroparques en Castilla y León, y recordó al procurador del PSOE, Javier Campos, que la aprobación de los proyectos de más de 50 megavatios son competencia del Gobierno de España, y no del autonómico. Así, el también portavoz de la Junta aseguró que Castilla y León cumple el Real Decreto 23/2020 que obliga a la «celeridad» en el despliegue de las energías renovables, después de que el socialista exigiera a la Junta que regule el despliegue de energías renovables en Castilla y León para evitar que se conviertan en «puerta» de entrada a la «corrupción» y genere «indefensión».

En la sesión del control al ejecutivo del pleno de las Cortes, el parlamentario socialista aludió a un parque en Trabadelo (El Bierzo, León), cuya autorización salió publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), lo que sirvió a Fernández Carriedo para que le advirtiera de que su potencia será 110 megavatios, por lo que su visto bueno depende del Gobierno de España. A renglón seguido, el consejero de Economía y Hacienda señaló que el Ejecutivo aprobó un Real Decreto para agilizar la instalación de energías renovables, de los que 9.300 dependen en este momento de la Junta y 14.000 del Gobierno de España. 

«Castilla y León es la comunidad líder de España en producción de energía renovable y que más del 90 por ciento de la producción energética es a través de fuentes renovables (...) Castilla y León está entre las pocas comunidades que generan más de lo que consumen y todo lo que consumimos esta producido a través de fuentes renovables», añadió el consejero después de que Campos denunciara que las grandes empresas «harán el agosto» a costa del patrimonio natural e histórico de la Comunidad y de su modo de vida sin que en la Junta se «inmuten». El socialista cuestionó los informes «timoratos» no vinculantes que dijo «matan de risa al promotor». «No podrán decir que no estaban advertidos», señaló en relación a la afección a especies como los castaños, las encinas o animales en peligro de extinción como los osos, informa Ical.