60 años de una feria en constante evolución

Ana Pilar Latorre
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El alcalde Eduardo Martínez de Azagra repasaba los inicios de la andadura, aludiendo a los cambios que el campo estaba sufriendo

60 años de una feria en constante evolución

Eduardo Martínez de Azagra, quien fuera alcalde de Almazán, hablaba de los inicios de la Feria de Maquinaria en la Revista de Soria. Las ferias ganaderas de Todos los Santos que «congregaban gentes y ganados de los cuatro puntos cardinales de España» y con «ponderados tratos llenos de picaresca» pasaron a la historia porque «ya no cabían en el industrial mundo de hoy». «Pero a tiempos nuevos, modos nuevos», expresaba aludiendo a que la llegada de la técnica al campo de Soria había supuesto que «el caballo de fuerza movido por carburantes suplantara al animal de pienso».

 «Nuestra comarca [la de Almazán] ha aceptado el cambio y, comparando el rendimiento del animal y la máquina, no ha dudado en unirse a la nueva tendencia», relataba. El Ayuntamiento de la villa era consciente de que las ferias de ganado tradicionales estaban desapareciendo, pero a la vez aumentaba el interés por los animales de sacrificio, debido al aumento de la población y el nivel de vida. «Almazán precisaba de una nueva feria, tomando un cariz acorde a las exigencias actuales», sostenía este alcalde. 

60 años de una feria en constante evolución
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ENTUSIASMO. Reconoce que hubo no pocas dificultades para organizarla, «pero el entusiasmo del Ayuntamiento y los representantes de maquinaria agrícola de la provincia salvaron todos los obstáculos». Tras la primera edición, «en un deseo constante de superación», se fue aumentando el recinto tanto en metros cuadrados de exposición como en número de estands y anunciadores, con firmas «tanto nacionales como extranjeras». Explicaba que en Almazán se exponían todo tipo de máquinas que permitían a los agricultores «lograr un máximo rendimiento con un mínimo esfuerzo». Tractores de diversas marcas y potencias, cosechadoras, excavadoras, abonadoras, sembradoras, riegos por aspersión, automóviles, camiones, motocicletas, remolques, motosierras... conformaban una lista interminable en esos años.El valor de lo expuesto sobrepasaba los 75 millones de pesetas. «Cada año hemos visto mayor afluencia, sobre todo de labradores de nuestra comarca», y la gente quería asesorarse bien antes de comprar, por lo que la feria era una oportunidad para comparar precios y calidades antes de decidirse. De ahí que los expositores presentaran su oferta de la mejor forma para vender, lo que daba «realce» para tener resonancia nacional.