'Ven, Vive, Vuelve', la mejor invitación a descubrir Almazán

Ana Pilar Latorre
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Visitar la villa medieval traslada a otras épocas históricas, al tiempo que permite descubrir en cada época su gran riqueza natural junto al Duero

'Ven, Vive, Vuelve', la mejor invitación a descubrir Almazán - Foto: VALENTIN GUISANDE

Almazán, villa medieval, cuenta con una gran oferta turística que ahora, con el lema Ven Vive Vuelve, se quiere impulsar en torno a la riqueza histórica, cultural y medioambiental. Además de la espectacular plaza Mayor, con la iglesia románica de San Miguel, la muralla y el palacio de los Hurtado de Mendoza (donde se ubica el Centro de Recepción de Visitantes), son de visita obligada las iglesias de San Pedro, Santa María de Calatañazor y Campanario, así como la ermita de Jesús y los conventos de la Merced y Santa Clara. Se suman los parques del Cinto y la Arboleda y el Aula de Cultura San Vicente. Enclaves relacionados con la historia y el arte que permiten al visitante trasladarse a otras épocas y descubrir la importancia de este enclave. La muralla, en pleno proceso de restauración, se convierte en un elemento clave para conocer los orígenes de Almazán. 

En 1128, reconquistada la zona por los cristianos, la repobló el rey Alfonso I El Batallador de Aragón. Los Reyes Católicos fijaron su sede temporalmente en el palacio y el príncipe Juan pasó allí varias temporadas antes de su muerte prematura. En aquella época llegaron a Almazán las Tablas de Memling, que ahora se exponen en el edificio de la plaza Mayor. 

La historia de Almazán está ligada a personajes históricos, reyes cristianos y musulmanes, pero también a Diego Laínez, adnamantino que fue uno de los fundadores de la compañía de Jesús junto a San Ignacio de Loyola y ponente del Concilio de Trento, y Tirso de Molina, fraile y dramaturgo del siglo de Oro cuyos restos podrían encontrarse en la localidad. Las Rutas Teatralizadas, impulsadas a través del proyecto de transferencia de conocimiento UVa-Almazán y con el grupo local Almateatro, son la mejor ocasión para empaparse de ello. Igualmente, hay una extensa bibliografía de Almazán, destacando la del cronista, José Ángel Márquez. A raíz de las actas de la inquisición, se está investigando la cocina y la comunidad judía de aquella época, lo que dará pie a unas jornadas temáticas.

A todo esto se suma una gran riqueza natural de esta villa junto al Duero, tanto en la localidad como en los alrededores. La micología es un gran reclamo en otoño y primavera y la zona fue pionera en la regulación de este importante recurso que atrae a numerosos recolectores. Hay una gran variedad de paisajes, desde el pinar hasta la vegetación de ribera. Recordar que la madera y la resina han sido históricamente medios de vida en esta denominada Villa del Mueble. La gastronomía es un gran reclamo turístico, con repostería y menús castellanos de primera calidad. Destacan las jornadas de tapas medievales en febrero, con la Red de Ciudades y Villas Medievales; y Almazán también pertenece a la red de Pueblos Mágicos.

La oferta cultural es muy variada, empezando por la música y los conciertos de la Banda Municipal durante todo el año y las innumerables exposiciones y actividades. Hay certamen de teatro de aficionados y se ha convocado el primer concurso de intervención mural. Las fiestas de San Pascual Bailón son el 17 de mayo y las de Jesús Nazareno en septiembre, con la gran traca.

Almazán es el lugar ideal para la práctica del deporte, porque hay mucha afición y porque es sede de numerosas competiciones (más de 30 años de campeonatos de triatlón). Los deportes acuáticos en el Duero tienen mucho potencial. La pesca y la caza son otras de las aficiones en este enclave; la feria sobre estos sectores, Venalmazán, acaba de celebrarse.