Brigada Filomena, alcaldes que tiran de pala

Nuria Zaragoza
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Es la 'UME' rural. Allí donde no llegan los recursos públicos, son los propios alcaldes, y los vecinos, los quetiran de tractor y pala para limpiar las calles

Brigada Filomena, alcaldes que tiran de pala

Alcaldes sin despacho ni sueldo, pero con tractor. Agricultores convertidos en servicios municipales. Vecinos dispuestos a tirar de pala y escobón por amor al arte o, mejor dicho, a su pueblo. Son... la ‘brigada Filomena’. Se trata de un dispositivo perfectamente organizado y entregado, y eso que no tienen ni jefe, ni sueldo ni horarios. Trabajan de sol a sol, incluidos festivos y días de librar. Emplean sus recursos, su tiempo y su dinero. Y lo hacen «porque sí, porque es lo que toca». Y punto.  

El temporal ‘Filomena’ ha dejado en los pueblos de Soria entre 30 y 50 centímetros de nieve pero en la mayoría de ellos, sobre todo en los más pequeños, no hay -ni se esperan- operativos especiales, ni brigadas de limpieza, ni cuadrillas antinieve... Allí no llegarán ni los militares de la UME, ni las BRIF que refuerzan el servicio de limpieza en la ciudad, ni tampoco las cuadrillas especiales que ha activado el CECOPI(Centro de Coordinación Operativa Integrado). Allí son los que son, los de siempre, y no se esperan refuerzos. Así que allí son los propios alcaldes, con la ayuda de algunos vecinos, los que sin estridencias, sin fotos publicitarias, sin promociones, sin alardes de ningún tipo, se han subido al tractor para combatir la huella que ‘Filomena’ ha dejado en sus calles . 

Esta peculiar brigada ha actuado en los últimos días en Almenar, Villar del Río, Radona, Peroniel, Momblona, Velilla de los Ajos, Montuenga, Alcubilla de las Peñas, Matute, Esteras, Layna, Villar del Ala, Garray, Tardesillas, Almarail, Jaray, Montuenga, Cardejón... y la lista sigue y sigue. Sus integrantes se han organizado por teléfono, a través de WhatsApp, en el café matinal en el teleclub, o simplemente con una mirada cruzada. Tú limpias unas calles, y yo las otras. No hay mucho más que negociar en este empleo sin contrato ni jornal. 

Brigada Filomena, alcaldes que tiran de palaBrigada Filomena, alcaldes que tiran de pala«Entra en el sueldo, que es cero», apunta entre risas el alcalde de Momblona, Fernando Garrido. Él, junto con otros dos agricultores de la zona, sacaron sus «tractores, la cuchilla del Ayuntamiento, palas y sal» ya el domingo y se empeñaron en limpiar el interior del pueblo. Del acceso por la carretera, agradece el regidor, se encargaron las máquinas quitanieves de la Diputación que, «esta vez, han venido todos los días».

En esta pequeña población donde apenas vive una decena de habitantes este invierno se llegaron a acumular hasta 40 centímetros de nieve. «La gente más mayor no recordaba una igual», apunta el edil de esta población, localizada a escasos kilómetros del municipio que esta semana ha protagonizado buena parte de los informativos nacionales, Morón de Almazán, por ser el punto más gélido de España (con 19 grados bajo cero).  Su alcaldesa, Milagros Tajahuerce, se muestra ya cansada de la imagen que se ha dado, máxime cuando «estamos acostumbrados a esto». «Puede que en Madrid les haya quedado grande, pero aquí el frío no es algo nuevo», apunta. Allí, de hecho, estaban preparados para el temporal y tan pronto como dejó de nevar los agricultores locales se empeñaron en «abrir las calles con sus tractores» porque «era inviable». Ahora, se ha contratado una empresas para «retirar los montones de nieve», indica la regidora de Morón. 

beratón, aislado. No se han hecho eco las televisiones nacionales [pero sí La 8 Soria] de la situación vivida en Beratón, el pueblo a las faldas del Moncayo que ha permanecido incomunicado durante horas como consecuencia del temporal o, mejor dicho, de la ventisca posterior que ocasionó neveros de más de dos metros de altura. La cantidad de nieve acumulada fue tal que hasta la quitanieves de la Diputación atascó a escasos metros del pueblo. La suerte hizo que llegara justo la alcaldesa, Carmen Lapeña, y pudiera pedir ayuda subiéndose a un cerro, ya que en el punto crítico no hay cobertura. La ayuda vecinal con tractores logró rescatar la quitanieves, pero fueron necesarias seis horas de trabajo para ello, «de doce a seis», recuerda Lapeña, que asume ya su labor como «servicio civil», apunta entre risas. Entre las curiosidades de esta nevada «excepcional», el viaje ‘organizado’ «en tractor por un camino comunal» a un vecino que debía llegar hasta la ambulancia que le lleva al tratamiento médico periódico que precisa. Apenas le separaban unos metros pero el tapón de nieve hacía imposible superarlos, recuerda la regidora para quien, a su juicio, «falla el protocolo» ya que, recuerda, «la UME llegó hasta el límite con Aragón  pero, como en Castilla y León no estaba activado, no se limpió la parte de aquí y no se podía llegar a Beratón por solo unos metros». 

Brigada Filomena, alcaldes que tiran de palaBrigada Filomena, alcaldes que tiran de pala«alcaldes por vocación». Al sur de la provincia se han llegado a alcanzar los 50 centímetros de nieve en poblaciones como Layna. Así que a su alcalde, Rogelio Casado, no le quedó más «remedio» que ponerse manos a la obra para abrir paso a los 20-25 vecinos que en invierno habitan la localidad. «Los alcaldes pedáneos no tenemos ni despacho ni sueldo ni nada. Aquí somos alcaldes por vocación, por interés por tu pueblo, y no miras el tiempo que le dedicas», justifica. Él sabe cómo actuar ante una situación extrema como la provocada por ‘Filomena’ porque trabaja en el servicio de conservación de carreteras por lo que, cuando cayó la gran nevada, no le pilló desprevenido. «Tenemos una cuchilla del Ayuntamiento y, cuando me fui a trabajar a Medinaceli, en lugar de ir con mi coche fui con el tractor y enganché la cuchilla, y ya fui limpiando la carretera y abriendo el acceso», rememora. Luego, ya en el municipio, él mismo con la ayuda de otro vecino (que también puso su propia maquinaria al servicio del pueblo) fueron limpiando las calles. «No nos organizamos como tal. Son cosas que surgen y hay que hacer», asume Casado, a quien le ha tocado estos días reparar también alguna avería de vecinos que viven fuera. E, incluso, llevar el pan para todos los habitantes. «Son las circunstancias y hay que ayudarse», sentencia. 

Cerca de allí, en Montuenga, la nieve también complicó la vida a las 60-70 personas que habitan la localidad. Así que uno de sus vecinos, Ángel Lozano, tiró de voluntariedad una vez más y se encargó de despejar los accesos principales. «Hay que tener humanidad entre todos», considera, porque «hay mucha gente mayor que en cualquier momento puede precisar una urgencia, porque hay gente que tienen que salir a trabajar...». No es la primera vez que este agricultor asume servicios municipales pero, insiste, «esto se hace de forma voluntaria y por ayudar». 

También en Radona al alcalde, Jorge Regaño, le tocó montarse en el tractor para retirar la nieve, ayudado por un vecino, Alfonso Gonzalo, quien fue también alcalde en su día. Porque allí, como en la mayoría de los pueblos de Soria, el ‘cargo’ no da lujos, sino trabajo. «Aquí no es la primera vez y ya no nos pilla desprevenidos», reconoce Regaño, quien recuerda de hecho que disponen de maquinaria para la nieve que acoplan a sus propios tractores cuando ocurren nevadas intensas como la del sábado. «Entre los dos lo dejamos despejado. Estuvimos como no puede ser de otra manera. En los pueblos somos poca gente y siempre nos toca a los mismos, pero es lo que toca y ya está. Si los pocos que quedamos no defendemos los pueblos, ¿quién lo va a hacer?», se cuestiona. «Perdemos tiempo y dinero, pero tenemos la satisfacción personal de que ha merecido la pena el esfuerzo. Eres alcalde pedáneo por el bien del pueblo y, al final, no hacemos nada con criticar a los que no nos ayudan. Hay que hacerlo por interés propio de tener el pueblo decente y, por si surge una emergencia, que se pueda entrar y salir», añade con franqueza. Allí, donde viven una decena de personas, se ha llegado a acumular «medio metro de nieve» y el lunes se llegó a registrar una mínima de 22 grados bajo cero. «Toda la vida ha nevado y ha hecho frío, pero es verdad que como esta no lo recordaba. Generalmente llegamos a 15-17 bajo cero, pero 22 no lo había visto nunca», apunta.  

Brigada Filomena, alcaldes que tiran de palaBrigada Filomena, alcaldes que tiran de palaRadona es pedanía de Alcubilla de las Peñas donde a su alcalde, Juan Luis Antón, también le ha tocado ponerse el mono para limpiar el pueblo. «En cada pueblo (Alcubilla y sus pedanías) tenemos una cuchilla para enganchar a los tractores», explica. Él, con la ayuda de otros vecinos, quitaron «lo más gordo». Y dado que allí hay un operario municipal contratado, desde el lunes este se encarga de «abrir paso con la pala de puerta en puerta». Este municipio donde habitan ahora una veintena de personas está a escasos kilómetros de la autovía. Sin embargo, reconoce su alcalde, en numerosas ocasiones se han quedado incomunicados. «Esta vez tengo que agradecer que han limpiado la carretera muy rápido», felicita a la Diputación, un mensaje que repiten prácticamente todos. «La gente al final te llama a ti, así que aquí hay que trabajar de todo y te tienes que desvivir por la gente», asume. 

El mensaje se repite también por parte del alcalde de Matute, Carlos de Miguel, donde duermen 25-30 personas y donde se han llegado a acumular 50-60 centímetros de nieve. «Nos hemos organizado los vecinos porque aquí no hay ni llegan otros recursos. Mi hermano iba con el tractor y a mí me ha tocado tirar de pala y sal. El que está, ayuda en lo que puede. Somos pocos y es lo que toca», asume De Miguel, quien insiste en que «es lo que hay que hacer, por el pueblo». 

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También en Almarail, en Garray, en Tardesillas... ha sido la voluntariedad de los vecinos la que ha limpiado las calles. Porque, donde no llegan los recursos públicos, llega el amor al pueblo. Porque el amor a las raíces mueve montañas... de nieve.