Armenia echa raíces en El Burgo

Ana Pilar Latorre
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Los primeros llegaron en 2004 en busca de una oportunidad y sus hijos ya son burgenses. Han instalado un 'jackhar' simbólico

Armenia echa raíces en El Burgo - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Vardan Baghdosaryan y su familia llegaron de Armenia a El Burgo de Osma en 2004 «buscando oportunidades laborales» y abriendo camino a otros compatriotas que se han sumado en los últimos años. Todos ellos han echado allí raíces. El Día de Soria los visita para que nos hablen tanto de sus vínculos con la localidad soriana, que ya consideran su «casa», como del país del que proceden, «con mucha Historia» y que «no se conoce demasiado en España». Varios de ellos acuden a la cita a Villa Bagh, el complejo hostelero de Vardan y su hermano Meruzhan y cuya entrada preside la silueta del monte Ararat. Como sus padres (Azatuhi y Vachagan), su sobrina Miri, Andreanic, Hovhannes, Gor, Sagatel, Misak, Hakob, Arsen... conforman una comunidad «muy unida» de unas 50 personas y diez familias, «compatriotas y amigos a la vez». Los primeros que llegaron tiene ahora en torno a 40-45 años.

Vardan recuerda que su suegro llevaba un tiempo trabajando en Sigüenza (Guadalajara), «iba y venía» de Armenia a España. Y cuando él tenía 22 años y se casó se trasladaron a El Burgo y poco a poco fueron llegando más familiares y conocidos, todos ellos de Yereván, la capital de Armenia, y pueblos cercanos. Al principio, Vardan y su hermano trabajaron en construcción y después se pusieron por su cuenta, con la empresa construcciones Var-Me. También optaron por la hostelería, llevando el Rincón de Acosta durante cinco años, que ahora abre la familia solo en temporada de verano. «Le llamaban el bar de los armenios, sin decir el nombre», recuerda Vardan. Y con el tiempo abrieron el complejo hostelero con apartamentos turísticos Villa Bagh, en la carretera que une El Burgo de Osma con Ucero. Todos ellos son autónomos y «trabajan por su cuenta», destacan, emprendiendo en construcción y otros sectores. Por ejemplo, Andreanic y su hermano trabajaron un tiempo en el sector de la jardinería y después decidió crear su propia empresa de viveros, AndoGahe. Ahora van a abrir un punto de venta de viveros y fitosanitarios en el polígono de La Güera.

Comentan que la acogida en El Burgo ha sido «buena». «Poco a poco hasta que te van conociendo», matiza uno de ellos, incidiendo en que «hemos conocido a muy buena gente y tenemos muy buenos amigos». Miri y su hermana Victoria fueron dama y reina de las fiestas de la Virgen del Pino y San Roque, apuntan con cariño. De Soria les gustan sus fiestas y tradiciones, la Laguna Negra y el Cañón del Río Lobos. Igualmente, se muestran muy agradecidos hacia los burgenses y el Ayuntamiento por el apoyo recibido, sobre todo cuando instalaron el 'jackhar' conmemorativo del genocidio armenio en el parque del Carmen hace dos años. La cruz conmemorativa se talló en piedra en Armenia y se trajo de allí.

clima y paisaje parecidos. A nuestras preguntas, sí que encuentran similitudes entre el carácter soriano y el armenio, describiéndose como «muy alegres». Y son ortodoxos, es decir, también son cristianos, apostólicos y romanos y las celebraciones religiosas son similares. Solo se diferencia en la indumentaria de los obispos y religiosos, por lo que «es lo mismo», explica Miri. En cuanto al clima, también es parecido el de Soria y el de Yereván, «veranos con más calor e inviernos con más frío, pero allí con bastante nieve. Los extremos». «El paisaje también es muy montañoso, tal vez con más piedra y más roca», apuntan. Las familias suelen ir cada dos años a visitar a los suyos, aunque con la pandemia el año pasado no pudieron hacerlo.

En España hay unas 30.000 personas que han venido de Armenia (14 familias en toda la provincia de Soria) y, sobre todo, es por «descontento» ante la situación del país y para «probar fuera», el lugares como España, Holanda y Estados Unidos. Aunque ellos han emigrado, insisten en que no olvidan a sus familias y las ayudan cuanto pueden. «Cuando viene un armenio de fuera a El Burgo siempre le ayudamos para que encuentre trabajo, vivienda... para integrarse en la sociedad», comentan. Son felices en El Burgo de Osma, «no venimos a trabajar y marcharnos. Hemos echado raíces después de 20 años y nuestros hijos son ya de aquí.Vamos a Armenia de visita pero consideramos que esta es nuestra casa». En cuanto a la lucha de Soria contra la despoblación y desde una localidad que pelea a diario por no bajar de los 5.000 habitantes empadronados, ellos creen que la emigración es un factor importante a tener en cuenta para frenarlo. 

pequeño pero con historia. Armenia «es un país pequeño pero con mucha historia y cultura». Cuenta con tres millones de habitantes, de los que uno y medio están en la capital. Fue el primer pueblo en aceptar el cristianismo en el año 301 y una de las 15 repúblicas de la URSS de 1920 a 1988 (se firmó en 1991). Tras el último conflicto (en 2020 entre Armenia y Azerbaiyán por el control de Nagorno Karabaj), el país «está muy decaído», se encuentra inmerso en un proceso de europeización y «se están cambiando las leyes». Un ejemplo es que se está introduciendo el sistema de la Seguridad Social, explican los armenios vecinos de El Burgo. Ahora tiene las fronteras cerradas con Turquía y Azerbaiyán y el único camino es por Georgia, Rusia e Irán. La economía no está mal, pero la población está «un poco decepcionada por la política» y «algunos deciden irse». Pero, sobre todo, quieren hablar de cosas alegres y por ello recuerdan cuando el violinista Ara Malikian, de origen armenio, actuó este verano en El Burgo de Osma. «Nos hicimos fotos con él», apuntan entre risas. Además, la cantante Lilit Hovhannisyan ofreció un concierto en Alcalá de Henares.

El monumento al que antes hacíamos referencia y que para ellos es un orgullo «simboliza» el genocidio que tuvo lugar en Armenia en 1915, cuando el gobierno de los Jóvenes Turcos del Imperio Otomano persiguieron y asesinaron a un millón y medio de personas con el objetivo de hacer desaparecer la cultura de aquel país. «Lo que conseguimos con ese monumento es que se reconozca en distintos países, ciudades y pueblos... Es muy complicado porque Armenia es un país muy pequeño pero lo tenemos grabado a fuego y es una meta a conseguir. Con estos monolitos queremos dar visibilidad a lo que ha sufrido el país dentro de nuestras posibilidades», comenta Miri, añadiendo que «es un honor» y que han podido aportar en El Burgo su «granito de arena». 

Además, apuntan que es «un símbolo de integración» porque el Ayuntamiento, en nombre de los vecinos, ha cedido el espacio para instalarlo. Cada vez más localidades de España cuentan con un 'jackhar' como gesto que reconoce esta masacre, como El Burgo, Arnedo (La Rioja), Mislata (Valencia) y Benalmádena (Málaga). El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció el genocidio en abril de este año y también lo hizo en 2019 el Ayuntamiento de Soria. «Unos países lo han reconocido pero otros por alianzas políticas o por intereses económicos no lo hacen, aunque sí que admiten que ocurrió», relata el grupo de armenios.

En cuanto a sus costumbres, normalmente se junta el día del genocidio armenio, el 24 de abril, en el monolito para hacer una ofrenda de flores y «reivindicar que el mundo reconozca este hecho». En cuanto a la gastronomía, cuentan que en sus mesas no falta el jamón armenio ('basturma') ni platos como 'tolma', 'blinchik', 'pirozhki'... Entre los dulces, destacan 'pahlava', 'praga'... Y entre las bebidas, el vodka y el coñac. Aunque fonéticamente su lengua se parezca al ruso, no tiene nada que ver, confirman. Es una lengua indoeuropea. Tiene un abecedario único y utilizan por costumbre también muchas palabras rusas al haber pertenecido durante muchos años a la URSS. Sin embargo, allí se estudia inglés en los colegios. 

Tras tomar imágenes en el establecimiento hostelero nos trasladamos al 'jackhar' del Parque del Carmen, donde posan orgullosos junto a tan simbólico monumento. Tras una animada charla sobre su historia y su cultura, nos despedimos de ellos con un 'shnorhakalutyun' (que significa gracias en armenio) y un 'minch  nor handipum' (que es un hasta pronto).