Cuadrilla Santiago: Ilusión y recuerdo en el Calaverón

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Esperan desde 2020, cuando la hija animó al padre, que ya fue jurado en 2001

Cuadrilla Santiago: Ilusión y recuerdo en el Calaverón - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Idoia Gallardo Díez, la jurada de Santiago, tenía claro desde muy joven, desde 2001, que quería asumir el cargo. Entonces, sus padres fueron jurados y vivió «la experiencia» desde dentro, y le «encantó». Tanto, que ya entonces se prometió repetirlo en primera persona. Ese momento llegó en 2020, cuando quedaba «libre» la Cuadrilla de Santiago y decidió «convencer» a su padre para que le acompañara en el cargo. A pesar de la 'resistencia' inicial, Avelino Gallardo García no pudo decir que 'no' a la petición de su «hija pequeña» y se animó a acompañarla en lo que promete ser un recuerdo familiar único. «Fui con mi mujer en 2001 y ahora repito con mi hija. En 2020 no había jurados para esta cuadrilla y se empeñó la 'criatura' y no pude negarme, así que... ¡adelante!», asume entre risas. 

La pandemia truncó sus planes en 2020, pero asumieron «con normalidad» que el sueño de padre e hija debía esperar hasta que remontara la situación sanitaria. De hecho, aseguran, ellos nunca han dudado en continuar [cabe recordar que seis voluntarios renunciaron a unos días del Sorteo]. Eso sí, reconoce la jurada, han vivido con «mucho nerviosismo» ese tic tac del reloj que amenazó el Catapán sin tener completas las doce cuadrillas.

En realidad ellos pertenecen, por lugar de residencia, a la Cuadrilla de Santa Catalina, pero están más cerca física -y emocionalmente- de Santiago. «Nuestro barrio de toda la vida es el Calaverón», reparan. Por lo que Santiago era sí o sí su cuadrilla. 

Seis murales espectaculares de Ferrus decoran el local. Era un 'espinita' que le quedó al jurado la vez anterior. Esta vez, se lo pidió de nuevo al artista soriano en 2020, pero se le adelantaron otros jurados y, cuando se lo propuso, ya se había comprometido a pintar otra cuadrilla. Sin embargo, esos jurados decidieron abandonar este 2022 y se lo comentó de nuevo, y accedió. «Ha quedado precioso», agradece. Las pinturas adornan la mayoría de las paredes, pero el local tiene también un poquito del equipo que les acompaña, que está integrado en su totalidad por«familia y amigos». «Tenemos los chalecos y fajines de las seis peñas sorianas [sobre la puerta principal]; a mi hija, que trabaja en un centro de día, le pintaron los carteles de las doce cuadrillas;un toro lo pintó uno de la cuadrilla, otra parte mi cuñado, las columnas otra chica del equipo... todos han puesto su granito de arena», destaca el jurado. Y una de las paredes, que además fue «sorpresa» para parte de la cuadrilla, hace un guiño a la historia sanjuanera familiar y recoge la foto de la jurada cuando fue cartelera en 2001 y, al lado, la de sus padres desfilando cuando fueron jurados. Tras un Catapán «alucinante», «impresionante», con «muchísima gente, ¡como nunca!, pero muy educada», confían en un San Juan «único» porque «hay mucho ambiente».