Refugiados en Soria, Navidad lejos de casa

A.P.L.
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Cruz Roja Soria organizó un encuentro distendido para los que han tenido que dejar sus países por distintas situaciones y los voluntarios compartieran momentos de diversión

Refugiados, Navidad lejos de casa - Foto: E.G.M

Paz, salud, libertad, ilusión, felicidad, tranquilidad, reencuentro... Son algunas de las palabras que conforman el árbol de los deseos que 38 refugiados crearon esta semana en la Fiesta de la Navidad o Fiesta del Invierno Cruz Roja. El objetivo de las responsables del programa que los atiende era crear un espacio de encuentro, en un ambiente distendido en el que se conocieran más entre ellos y compartieran esos momentos con los  trabajadores y voluntarios (profesores, acompañamiento, traducción, conductores...) de Cruz Roja. Allí, la música, el baile, las risas de los niños... les hicieron olvidar su difícil situación y recordar como se viven estas fiestas navideñas y otras celebraciones en sus países de origen.

A lo largo del año se realizan muchas más actividades de convivencia y salidas para conocer el entorno, explican Beatriz Barranco, coordinadora provincial del programa de refugiados, y Pilar de la Dedicación, responsable del área de aprendizaje del idioma. Junto a una psicóloga, tres monitoras, una abogada, tres trabajadoras sociales y una técnica de empleo conforman un gran equipo para «ofrecer una atención integral» desde diferentes áreas. Los voluntarios también son un elemento esencial en el programa de refugiados, ya que colaboran dando clases de español, para hacer traslados, traduciendo... Allí nos comentan que para ellos es muy importante a nivel personal y, para alguno de ellos, «una cuestión de justicia social». «Una vez que nos hemos jubilado, creemos que se puede compartir lo que uno sabe con personas a las que estre aprendizaje pueda beneficiar», destacan emocionados. 

Villancicos ucranianos en torno al árbol de los deseos, actuación musical por parte de uno de los voluntarios, bailes árabes, juegos infantiles, animadas conversaciones de los hispanoparlantes y personas de otras nacionalidades que poco a poco van aprendiendo el idioma... Un acto entrañable y multicultural en el que surgen amistades y afloran sentimientos, especialmente la nostalgia, porque estas personas se han visto obligadas a dejar sus países (por la guerra, la violencia...) buscando un futuro mejor para ellos y sus familias, muchas con niños pequeños. Al margen de las situaciones personales tan difíciles que atraviesan, El Día de Soria quiere saber durante esta jornada de convivencia cómo es la Navidad en sus distintos países de origen y cómo la vivirán este año lejos de casa y los suyos.

ucrania en el alma. Los ucranianos son el grupo más numeroso de refugiados en Soria por la situación actual y muchos acuden a esta fiesta de Navidad o de invierno para expresar los mejores deseos para el año que está a punto de comenzar, como la paz. Oxama e Iryna explican que en su país se suelen juntar los días seis y siete de enero a comer (olivier, carne, pescado, dulces, caviar...) entre todos (el año pasado fue 24 y 25 de diciembre) y despiden el año el 31 de diciembre también con la familia, «cantando y bailando» los villancicos o shchedryk. Se va a la iglesia a rezar y suele haber luces en las calles, «este año no será como antes», les entristece mientras recuerdan la última Navidad en su país. Santa Clauss trae regalos a los niños, que se ponen bajo el árbol de Navidad. 

Teona es de Georgia y será madre de nuevo en enero, justo con la llegada del nuevo año. Durante la celebración nos cuenta que, como son también ortodoxos, las fiestas son el 31 de diciembre y el uno de enero y el seis y el siete de enero, el día de Navidad. También en su país son típicas las cenas familiares y se decoran las casas con árboles y las calles con luces. «Nieva en las montañas», recuerda con nostalgia sobre su zona. A la iglesia, comenta la georgiana, suelen acudir el día siete de enero por la mañana para celebrar en comunidad la Navidad. Entre los platos típicos, la ensalada y la carne, y para despedir el año el 31 de diciembre se toma fruta, tartas, chocolate... «Y un pan especial amasado y cocido al horno con queso. Delicioso», cuenta Teona.

 

en colombia y venezuela. Por su parte, Lorena, de Colombia, nos habla de las comidas familiares en su país -también en Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo pero no en Reyes- y platos tradicionales como las natillas, los buñuelos... Destaca, sobre todo, «reuinirse con la familia y la comida». «El 24 se dan regalos a los niños», detalla, y el 31 para despedir el año se toman uvas y vino o champán. Una tradición es salir a la calle con maletas para atraer con ese deseo la posibilidad de viajar en el año que comienza.

Este año, echará mucho de menos a su familia y estas celebraciones, «somos muy de estar juntos y de celebrar estas fiestas». Este año en Soria se juntarán con los compatriotas que celebran la Navidad y con refugiados de otras nacionalidades. Su hija pequeña escribió como deseo en el árbol «una muñeca». «La Navidad une mucho a los niños y queremos verlos muy felices», relata. A ellos les gusta mucho la ambientación en Soria y, sobre todo, el alumbrado» que se ha instalado en la ciudad «porque anima mucho».

Julián y Germán, también colombianos, aseguran que allí la Navidad y diciembre se viven con mucha alegría y disfrutando del buen tiempo, contrastando con otros meses del año. «El 24 de diciembre lo típico es la cena navideña a las doce y también el 31. Hay mucha parranda, rumbas, salsa, baile... y mucha convivencia entre familias y vecinos», comentan. Hay muchas comidas típicas, como el asado y el sancocho para el día 31. El siete de diciembre también es fiesta, la de las Velas o de la Virgen, cuando las entradas de las casas se llenan de «velitas» para los santos y hay celebración durante toda la nocha. No hay día de Reyes, pero para esas fechas la gente aprovecha para viajar y se degustan los platos típicos entre los vecinos en los pueblos. Las casas se llenan de luces y se instalan árboles, mientras que las calles se pintan. También se empieza el 16 de diciembre el pesebre, que son las novenas, y se extienden hasta el 24. «Se reúnen los barrios, rezan la novena y hacen como una comida entre todos», comentan.Además, el 24 los niños de bajos recursos reciben sus regalos de Navidad. El 31, en Año Viejo, «hacemos un muñeco y lo llenamos de pura pólvora, al que prendemos candela a las doce en punto». Las uvas son tradición, pero no para todo el mundo, como el sacar las maletas a la calle. También les gusta vinir esta época en Soria, con mucha iluminación aunque también con mucho silencio.

De la Navidad venezolana, Sara explica que «es más bullosa» y «está alumbrada por todos los lados». «Es una época donde todo el mundo se une y hay reuniones familiares y de amigos. La gente se emociona porque es un tiempo para poder disfrutarlo y que se alarga durante tres días en cada fiesta», comenta. En Nochebuena se hacen regalos a los niños y se piden deseos en Navidad, mientras que en Año Nuevo también tienen la tradición de salir a la calle con la maleta vacía, como en Colombia, «para llamar a los viajes y conocer lugares nuevos». Es típico tomar el dulce llamado lechosa, hallaca y permín con pan de jamón. Lo que más le llama la atención, aparte de la comida y la música, «es el hecho de compartir con la familia». Algo que también echará de menos este año, aunque con paisanos y más personas en su situación intentarán disfrutar de estas fechas y la Navidad soriana, «aunque no es lo mismo».

países árabes. Latifa, de Afganistán, dice que la Navidad se celebra en su país cuando comienza la primavera y se despide el año. Otra de las celebraciones grandes es cuando concluye el Ramadán, la fiesta del Cordero. «Tenemos tres días de vacaciones, como en Soria», detalla, «lo celebramos comiendo kebab y cordero juntos en familia, estamos contentos, vamos de vacaciones... Hay regalos para todos», prosigue entre lágrimas. A sus hijos les gusta el ambiente navideño en Soria, sobre todo las luces, que quieren ir a ver a menudo. Se juntarán con otras familias de su país y con la familia de Cruz Roja, a la que está muy agradecida.

Saila, de Marruecos, y Lafatia y Ahgman, de Siria, explican que no celebran la Navidad en sus países y no despiden el año en diciembre porque tienen otras fiestas religiosas (el Ramadán y fiesta del Cordero). Sí que indican que, a nivel comercial, sí hay ambientación, enfocada más a los extranjeros que viven en estos países. Además, la gente de religión católica «sí que viven estas fechas de una manera especial». «Hay libertad y cada uno es libre», comenta la marroquí. «La fiesta del Cordero es la más grande porque se reúne toda la familia para comer juntos, casi como la Navidad de aquí», comenta Saila. De la Navidad soriana, como otros, apunta que les gusta «la ilusión de las luces». Las hijas de Saila y Lafatia también destacan el ambiente familiar del encuentro y las amistades que surgen en Cruz Roja. Les gustan los turrones, según nos dicen animadas por haber podido participar en esta entrañable fiesta de invierno.

¡Shchaslyvoho Rizdva! ¡Feliz Navidad! ¡Shobas gilotsavt! ¡Shchaslyvoho Novoho roku! ¡Feliz Año Nuevo! ¡Gilotsavt akhal ts'els!  ¡Eid milad majid! ¡Sanat jadidat saeida! Son las felicitaciones para todos los refigiados que en estas fechas añoran a familiares y amigos. De la mano de Cruz Roja, comienzan una nueva vida enSoria, su nuevo hogar.?????