El castillo de Soria comienza a desvelar secretos

Sonia Almoguera
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Los trabajos han dado ya con elementos del siglo XVIII y XIX, pero se esperan muchos más antiguos bajando dos metros hasta el estrato medieval

El castillo de Soria comienza a desvelar secretos - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

«Van a aparecer muchas cosas», augura Fernando Cobos, arquitecto responsable del Plan Director de la Muralla de Soria. El paseo del ronda y los vestigios de antiguas edificaciones dentro de lo que era la ciudadela del castillo, que hace pocas semanas se daban a conocer, son sólo la punta del iceberg. No en vano en toda esta zona se oculta la «historia de Soria», recalca el arquitecto. Aún queda mucho por excavar hasta llegar a la cota original que tuvo el lienzo defensivo de la ciudad en el cerro del castillo, insiste Cobos. Lo que ha 'asomado' ya tras las primeras labores de piqueta, azada y cepillo es, en realidad, «muy moderno», con una antigüedad datada entre los siglos XVIII y XIX, los últimos en los que el cerro estuvo habitado antes de despoblarse, explica. 

Los trabajos de esta segunda fase de rehabilitación de la muralla soriana, tras el tramo ya completado entre el Mirón y el puente de piedra, se ciñen actualmente a un tramo muy concreto, al Norte de la carretera que da acceso al Parador Antonio Machado. Es justo donde se espera que aparezcan más hallazgos arqueológicos significativos de los cuatro puntos en los que está previsto excavar y donde, además, «era más cómoda hacer la excavación» en estos momentos, insiste el director del plan director de la muralla de Soria. El arbolado que data de mediados del siglo XX (el Castillo siempre fue, hasta esa fecha, un cerro pelado de masa forestal) no está tan presente en esta zona a diferencia de otros lugares previstos de excavación en los que será preciso la retirada (un total de 28, según el Ayuntamiento de Soria) o transplante de árboles. 

En concreto, el área en la que se trabaja se inserta en el antiguo ovoide defensivo de la fortaleza, en lo que era el castro militar, el núcleo más protegido del antiguo complejo defensivo. Es un trabajo delicado, insiste Fernando Cobos, en el que hay «que 'bajar' por fases» y excavar «por capas». Ahora mismo, insiste, se está en un nivel muy inicial. Los restos encontrados hasta la fecha se corresponden «con un tanteo casi superficial», insiste. Se calcula que habrá que 'bajar' alrededor de dos metros más para llegar a la cota original de la muralla. 

Además de toda la información que puede arrojar sobre la propia estructura del castillo y de la muralla en esa zona y, paralelamente, sobre «la historia de la ciudad», cuyos primeros orígenes se encuentran en ese enclave, es importante retirar todos los sedimentos acumulados durante todos esos siglos hasta encontrar los sistemas de desagüe y evacuación de las aguas pluviales del propio muro defensivo. Será una de las medidas de saneamiento para ayudar a garantizar la conservación de la muralla. 

Al mismo tiempo, los trabajos contribuirán a sacar a la luz parte del trazado del lienzo defensivo en este entorno y del propio castillo que el comandante José Joaquín Durán, al frente de la sexta división de Soria, ordenó destruir en 1812, durante la Guerra de la Independencia (1808-1814),una vez que la ciudad fue reconquistada, para evitar que las tropas francesas de Napoleón Bonaparte pudieran volver a atrincherarse en caso de tomar de nuevo la ciudad de Soria (algo que finalmente no ocurrió). 

a ras de edad media. Dar con los sillares de arranque de la muralla de Soria en el entorno del Castillo supondrá, asimismo, 'llegar' a la Edad Media, al suelo que los sorianos que la habitaron en ese tiempo pisaban y, por tanto, a partir de ahí, la posibilidad de indagar en una de las pregunta para la que los historiadores aún no tienen respuesta absolutamente certera: ¿Fue Soria fundada por Alfonso I El Batallador en el siglo XII o existía previamente un asentamiento musulmán y hay hablar de refundación cristiana?

En este sentido, hay muchas esperanzas de que se produzcan importantes hallazgos. Mientras se prosiguen los trabajos y se continúa bajando a la cota original de la muralla, los otros tres puntos de actuación de este proyecto cofinanciado con cargo al 1,5% Cultural del Gobierno de España continúan a la espera de que se lleve a cabo la tala y transplante del arbolado afectado. «Se ha hecho un estudio exhaustivo. Se va a trabajar con mucho cuidado. No hay árboles centenarios, pero las piezas singulares se van a respetar», asegura Fernando Cobos. Algunos, insiste, se encuentran en zonas marcadas de excavación. Otros, aunque se encuentran fuera de este perímetro, sí tienen sus raíces en la zona y es preciso también retirarlos por seguridad. 

En este sentido, ante las críticas surgidas desde algunos colectivos, el Ayuntamiento de Soria está llevando a cabo un trabajo de explicación de todo el proceso a la ciudadanía. Este mismo martes 10 de mayo tenía lugar una reunión del Consejo Sectorial de Urbanismo para aclarar el proceso y resolver dudas. 

«No podemos avanzar más hasta que no retiremos los árboles», reconoce el responsable del Plan Director de la Muralla de Soria. En cuanto se pueda, los trabajos también se extenderán a lo que en tiempos fue la muralla paralela al castro defensivo donde, «el nivel del suelo va a bajar brutalmente», insiste Cobos. Es el tramo de la muralla «más oculto» y donde hay mucho material de relleno. Otra de las zonas en las que se trabajará será el tramo que desde el castillo bajaba a la actual calle Santa Clara por la zona del cementerio. Serán sectores de actuación en los que «quizá no aparezcan tantos elementos», dado que estaban despoblados.